Concursos de vinos: ¿el gusto del jurado es igual al del consumidor?

Los especialistas que valoran vinos no suelen tener relación con las bodegas que evalúan. Su trabajo se ve reflejado en publicaciones especializadas y concursos internacionales, tienen gran influencia en el mercado y normalmente suelen coincidir con el gusto de los consumidores. Las catas se realizan a ciegas y el sistema de puntuación es bastante simple. Las escalas numéricas van de 50 a 100 puntos: un vino que obtiene más de 90 puntos puede ser considerado "excelente y extraordinario", mientras que un vino de 89 puntos puede resultar de gran valor cuando su precio es moderado.

Para ordenar la cantidad de premios y menciones que reciben los vinos y bodegas de todo el mundo, existen reportes que agrupan los resultados de los concursos. Esta puede ser una guía a la hora de identificar los casos más relevantes, como así también una forma de validar el nivel de reconocimiento que ha alcanzado nuestro país. Con todos estos datos, la Asociación Mundial de Periodistas y Escritores de Vinos y Licores (WAWWJ, por sus siglas en inglés) ha reconocido el trabajo de las bodegas argentinas en la última edición de su ranking mundial que realiza desde hace veinte años, elaborado en base a la suma de los resultados de cientos de concursos nacionales e internacionales desarrollados el último año en los cinco continentes.

La clasificación del World Ranking Wines & Spirits de la WAWWJ agrupó este año a 490 concursos mundiales y de sus datos se desprende el buen momento que atraviesa el vino argentino en cuanto al reconocimiento del terruño y del estilo de elaboración, cada vez más sofisticado y sorprendente a los ojos de los expertos.

Los datos del ranking 2016 resultaron un espaldarazo a la industria nacional. Argentina figura en el top ten más premiado con el número 8 entre 69 países elaboradores de vinos de todo el mundo, y sus etiquetas han cosechado 1275 premios en 25 concursos, además de lograr 11 veces el máximo reconocimiento como "vino del año" (Wine of the Year-WRWS).

Entre las bodegas argentinas, Trapiche se ubicó en punta como la más ganadora tras obtener 115 premios en 12 concursos. Su vino Trapiche Terroir Series Malbec Finca Orellana 2011 resultó el mejor vino argentino del mundo, luego de obtener 8 premios en 7 concursos. Este vino ha cosechado elogios en todo el planeta. En el International Wine Challenge de Inglaterra obtuvo trofeo y medalla de oro, como también en la selección mundial de Canadá. En los Estados Unidos, mediante la revista especializada Wine Advocate, Robert Parker lo reconoció con 93 puntos, y el winewriter más conocido del Reino Unido, Tim Atkin, lo destacó con 96 puntos. Cuando un vino cubre las preferencias de más de un catador o de un concurso se puede decir que es un gran vino para todo paladar y una referencia a la hora de elegirlo.

Otros vinos reconocidos de Trapiche fueron galardonados por el WRWS2016. El Trapiche Gran Medalla Malbec 2012 obtuvo seis premios; Trapiche Iscay Syrah-Viogner 2012 cosechó cinco reconocimientos y el Trapiche Iscay Malbec-Cabernet Franc 2009, elaborado bajo la experiencia de Marcelo Belmonte y Daniel Pi, obtuvo tres medallas de oro. Si bien estos resultados son interesantes y validan a Trapiche como la bodega más premiada, lo interesante es cuando esa mismo bodega es capaz de sostener a lo largo del tiempo dichas menciones. Porque eso demuestra la diversidad de gustos que dan cuenta de su calidad, el origen de esos premios y la internacionalidad del producto.

Otras bodegas como Finca La Moras de San Juan, destacada por su Gran Syrah en concursos como Selectiones Mondiales Vins Canada 2015 o Paz en Vinandino y Malbec al Mundo; Viña Las Perdices con su Reserva Malbec; Unánime de Mascota Vineyards destacada en IWSC con doble medalla de oro y un Trophy y con 93 puntos por el crítico James Suckling, al igual que en Wine Enthusiast; El Esteco con Altimus; y Chañar Punco, bodega que se destaca convirtiéndose en embajadora de la región del norte argentino, son quienes posicionan a Argentina como un país cada vez más destacado en el mundo del vino.

En tema de certámenes no se puede seguir un gusto, sino una preferencia estadística. No hay un líder sino un grupo de paladares que legitiman. En general, una medalla de rango es clave para el consumidor, que no conoce a los catadores, pero entiende perfectamente que una medalla de oro es mejor que una de plata. El mejor vino, en el concurso que sea, sirve como guía de valor y el gusto del jurado ayuda a legitimar las preferencias del consumidor.