Concluye en la costa atlántica una temporada con altibajos
Comenzó prometedora, pero el mal tiempo de este mes deja un sabor agridulce; qué fue lo mejor y lo peor
MAR DEL PLATA.- Por fin, el sol. Ninguna novedad debería ser cuando el almanaque todavía reserva un mes de verano. Pero el buen tiempo ha sido tan esquivo durante la última semana que la playa desapareció de la agenda de salidas de los turistas, pocos para esta fecha en que la temporada ya deja caer el telón. Por cierto, mucho antes y de manera más abrupta de lo esperado. Pleno de contrastes este período estival que había tenido un arranque prometedor con enero. Con el cierre de febrero dentro de una semana y un ritmo turístico que delata que la mayor parte de lo mejor ya pasó por aquí -sólo queda esperar un repunte con los feriados de Carnaval-, el balance de la temporada tiene buenas y malas que se pueden resumir en un listado de hechos y situaciones que pintan de pies a cabeza este verano que, como ya ocurrió con el anterior, no alcanza a conformar las mejores expectativas.
A FAVOR
1-
Por lo excepcional y el aporte que hizo a mejorar el rendimiento del arranque del año, el dueño del tope del podio es enero. Durante todo el mes, y con muy pocas excepciones, la costa atlántica se acostumbró a vivir bajo el pleno sol y con jornadas calurosas. Tardes de más de 38 grados y marcas de sensación térmica aun superiores, más propias del Caribe que de estas playas. Los turistas que eligieron para vacacionar las primeras cuatro o cinco semanas del año estuvieron de parabienes. De 31 días, enero tuvo 27 ideales para playa.
2
En términos de novedades, los laureles se los lleva el Museo de Arte Contemporáneo (MAR). Una inversión del gobierno provincial de más de 60 millones de pesos. Con su primera muestra, titulada "La Ola Pop", ya superó el medio millón de visitantes. Con entrada gratuita, fue la gran atracción de la temporada. Con un fenómeno especial: el lobo de mar gigante y revestido por 60.000 envases de alfajores que construyó Marta Minujín y que se convirtió en el nuevo ícono de Mar del Plata.
3
Un detalle nada menor para el desarrollo de esta temporada fue la seguridad en sus distintos aspectos. Los asaltos con desenlace trágico fueron la gran noticia de la última temporada. Este año, con una presencia de efectivos más notoria en el marco del Operativo Sol, el panorama mejoró. Para los más críticos fue una puesta en escena con uniformes policiales coloridos que no pasaban desapercibidos. Para la gran mayoría, hubo un avance, en especial en localidades como Pinamar y Cariló. Aunque las denuncias por robos en toda la costa fueron cotidianas, los hechos violentos resultaron muchos menos. Y los homicidios, casi una excepción. También hubo un avance en seguridad vial. Los accidentes en rutas disminuyeron y los casos fatales también fueron escasos. Y un dato nada menor: en tiempos en que el fútbol argentino no acepta público visitante, acá hubo hinchas de ambos equipos en un clásico entre River y Boca y los dos entre Gimnasia y Estudiantes de La Plata. Más de 70.000 espectadores entre los tres partidos y ni un problema.
4
Para celebrar, el repunte de destinos como Pinamar y Cariló. La habían pasado bastante mal en los últimos veranos. Ambos promediaron en enero una ocupación superior al 90%. Uno de los secretos fue aplicar subas mínimas en valores de alquileres, una muestra de que se puede aprender de errores pasados.
5
Y en términos de recuperar, Mar del Plata sumó otros atractivos en uno de sus focos de atracción turística: el juego y, en particular, el casino. Recuperó la sala del Hotel Sasso, con ribetes de la exclusividad que reclaman los apostadores más exigentes. Otro tanto en la sala de juegos del Hotel Provincial: la mudaron y presentaron con ruletas y tragamonedas.
EN CONTRA
1
Las malas duelen, y mucho. Las tormentas eléctricas son visitantes cotidianas de los veranos en la costa. Pero este año, en Villa Gesell, se cobró cuatro vidas tras un rayo que cayó en el balneario Áfrika. Además hubo 21 heridos. Poco después, en Mar del Plata, otros dos rayos dejaron lesiones en cuatro personas. La paranoia llevó a desesperadas propuestas de poner pararrayos en los balnearios. Por ahora, apenas una bandera con la que los guardavidas advierten que, cuando asoman nubarrones, hay que abandonar la playa.
2
Una dosis de prudencia que no termina de instalarse en los espacios de costa abiertos que eligen quienes encuentran en los cuatriciclos un entretenimiento. Pero también un riesgo. Sobre todo cuando los dejan en manos de niños. Un menor de 10 años murió en Pinamar tras un accidente en las dunas. La semana pasada, una niña de 11 sufrió fractura de cráneo en Villa Gesell cuando, tras un vuelco, se le cayó encima un vehículo tipo buggy en el que viajaba. Sigue grave, internada en Mar del Plata.
3
De las malas sin lágrimas asoma febrero y su clima desapacible. Arrancó con calor y casi siempre con nubes. Pero los últimos diez días casi no permitieron disfrutar de la playa. Ayer y hoy, con sol, son una excepción. Porque esta semana habrá más nubarrones y lluvias.
4
Otro dolor de cabeza fue para el rubro teatral. Buenas apuestas en la cartelera, pero resultados magros. Incluso por debajo de la temporada anterior. Sueñan que las boleterías tengan una alegría la semana próxima, con los feriados de Carnaval.
5 Y por último, no deja de preocupar la instalada tendencia de las estadas breves. Y cada vez más cortas. Casi cinco días era el promedio el verano pasado. Fin de semana y unas horas más fue la constante de esta temporada. Y todo en un marco de consumo moderado que deja comerciantes disconformes. Un reflejo bien claro de un verano al que todavía le queda un mes en almanaque. Pero que en términos de resultados tiene sabor a poco.