Con 200 muertes por día, el Covid se acerca al promedio que causan las enfermedades cardíacas
Con una aceleración que corta el aliento (1232 fallecidos el 28 de junio, 3200 el 30 de julio, 9859 en el último reporte), las muertes por Covid-19 siguen las huellas del número de infectados. Se calcula que ese desenlace se produce en alrededor del 0,5% o 0,6% de las personas que adquieren el virus (incluyendo los confirmados, los asintomáticos o los que, por tener síntomas leves, no contactan al sistema de salud), de acuerdo con la distribución etaria de cada población.
Tal como suele explicar Roberto Etchenique, químico analítico de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, la mortalidad por Covid-19, aunque sea más baja que la de otras enfermedades infecciosas, puede alcanzar números muy altos, dado que, todavía sin vacuna ni tratamientos efectivos, ataca a un universo de personas mucho mayor.
De hecho, con un promedio de 200 muertes por día en la última semana, el SARS-CoV-2 se está acercando al saldo de la mayor causa de mortalidad en la Argentina: las enfermedades cardiovasculares, que matan a 266 individuos por día (97.219 por año), según las últimas cifras.
Entre otras, en el ranking general, y de acuerdo con números de 2019, las cardiopatías serían responsables del 28,5% de las muertes; los tumores, del 19,2% (65.488); las respiratorias, del 19% (64.869); las lesiones, del 5,7% (19.419); las infecciosas, del 4,2% (14.495), y la diabetes, del 2,6% (8893).
Para hacerse una idea de la trascendencia que tiene esta pandemia, baste con mencionar que la gripe A (H1N1), que en 2009 también recorrió el planeta, produjo unas 19.000 víctimas mortales en el mundo. En la Argentina, ese número quedó muy lejos de lo que estamos viendo hoy: fallecieron 626 personas.
Según las últimas estimaciones, en la Argentina mueren anualmente unas 340.000 personas, o 930 por día. Si se mantuvieran estos números, las muertes por Covid serían alrededor del 21% de nuestra mortalidad diaria por todas las causas, sin olvidar que si se llegara al límite operativo del sistema sanitario, estas cifras podrían duplicarse.
Los informes diarios que distribuye el Ministerio de Salud de la Nación indican que la edad media de los fallecidos oscila entre los 72 y los 74 años. Pero un minucioso análisis del físico Jorge Aliaga revela que, contrariamente a lo que se piensa, una cifra sustancial de los fallecidos no se encuentran en las franjas de edades más avanzadas, ya que si bien aproximadamente el 60% tienen más de 70 años (de estos fallecen alrededor del 25%), el 40% son menores de esa edad.
En el país hay 5.227.722 mayores de 64 años, 3.569.844 mayores de 69 y 1.246.451 mayores de 79. Fallecieron 7065 mayores de 64, 5976 mayores de 69, 3496 mayores de 79 años (teniendo en cuenta que la población de mayores de 64 incluye a la de 69 y 79).
Esto significa que, en promedio, ya murieron el 0,28% de los mayores de 79 (o 28 de cada 10.000). Ese número, en la ciudad autónoma de Buenos Aires (CABA), llega a 82 de cada 10.000. Y de los mayores de 90 años, en la Capital ya fallecieron 131 de cada 10.000 (el 1,3%).
Así, a fines de agosto había 1129 fallecidos de 75 años; 1070, de 70, y 1109 de 80, pero también habían corrido esa suerte siete chicos de 5 años, 12 de 15, 19 de 20, 50 jóvenes de 25, 66 de 30, 110 de 35, 151 de 40, 288 de 45 y 379 de 50. Esto sugiere que, sin forma de saber qué pacientes desarrollarán un cuadro grave, es inevitable que las medidas de prevención sean cumplidas ampliamente por toda la población.
En cuanto a la distribución geográfica, la provincia de Buenos Aires presenta los números más altos, con 6009 muertes. La siguen la CABA, con 2381; Jujuy, con 251; Chaco, con 223; Río Negro, con 207; Córdoba, con 160; Mendoza, con 141, y Santa Fe, con 126. El resto tienen menos de 100 cada una y San Luis no tuvo fallecimientos.
Este panorama se desarrolla en un escenario en el que es imposible soslayar las medidas inéditas que se implementaron en todos los países, y que también se hicieron notar en el impacto de otras enfermedades respiratorias, ya que este año casi no hay casos de influenza o virus sincicial respiratorio.
Pero también hay que tener en cuenta que la pandemia puede ocasionar mayor mortalidad por falta de atención de otras patologías. Un trabajo multicéntrico en el que participaron 31 centros de salud mostró que las consultas debido a emergencias cardiovasculares disminuyeron un 75% y las hospitalizaciones, un 48%; los ingresos por dolor de origen coronario, un 62%, y por accidente cerebrovascular, en un 46%. Los procedimientos invasivos también disminuyeron: 59% las angioplastias coronarias (colocación de stents) y un 58% las cirugías cardíacas.
A solo seis meses del primer caso de Covid-19 en el país, habrá que esperar hasta que se publiquen las estadísticas vitales de este año (es decir, a fines de 2021) para hacer una evaluación adecuada del verdadero impacto de la enfermedad.
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