Peligros digitales: por qué no deberíamos usar emojis en mensajes de trabajo
Hombres y mujeres perciben distinto el significado de las caricaturas usadas para abreviar las complejas emociones humanas
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WASHINGTON.- La carita pensativa. La cara de ojos abiertos mirando hacia arriba. El emoji del nerd con anteojos. Esas caricaturas del rostro se han convertido en abreviaturas de las complejas emociones humanas que lanzamos en medio de nuestras comunicaciones digitales por infinidad de razones, desde ahorrar tiempo o liberar tensiones, hasta literalmente no encontrar palabras para describir lo que sentimos. Pero, ¿son apropiados esos emoticones en intercambios relacionados con el trabajo?
Por lo general, no, y especialmente para las mujeres, que según un reciente estudio son más propensas que los hombres a interpretar de manera negativa los emojis neutros o ambiguos.
Lara Jones, profesora adjunta de psicología de la Universidad Estatal de Wayne, en Detroit, dice que los emojis faciales que recibe en mensajes en su teléfono la llevaron a preguntarse si los hombres y las mujeres procesan los emojis de manera diferente. El así llamado sesgo de negatividad emocional plantea que la gente es más sensible a las emociones faciales negativas que a las positivas, y algunos estudios han demostrado que en las mujeres ese sesgo de negatividad emocional es más fuerte que en los hombres. ¿Y si esas conclusiones también se aplicaban al modo en que hombres y mujeres reaccionan frente a un emoticón?
En un reciente estudio publicado en la revista académica Computers in Human Behavior, Jones y tres colegas se propusieron determinar hasta qué punto el género influye en el modo en que interpretamos los emojis faciales. Para eso, reunieron a 299 estudiantes de entre 17 y 35 años de una gran universidad del medio oeste norteamericano y les mostraron 70 emojis faciales muy populares de Apple, en orden aleatorio, de una amplia gama de emociones: positivas, negativas, neutras o ambiguas. Los participantes debían anotar qué tan positiva o negativamente percibían esas imágenes.
Negativo, positivo
El estudio confirmó que las mujeres tienden a percibir los emojis faciales más negativamente que sus contrapartes varones. “El mejor ejemplo es el emoji pensativo –dice Jones–. Los hombres lo ven como levemente positivo y las mujeres, como levemente negativo”. Otros emojis que suscitaron diferencias de apreciación son la cara sonriente con cuernitos y la cara de sorpresa con las cejas arqueadas. Y un detalle notorio: frente al emoji con cara de sorpresa, lo que marcó la diferencia de percepción fueron las cejas arqueadas, porque ante el emoji de sorpresa sin las cejas levantadas, hombres y mujeres percibieron lo mismo.
Muchos otros emojis fueron percibidos como levemente negativos por los hombres y más fuertemente negativos por las mujeres, como el emoji de la cara neutra con una línea horizontal para representar la boca, o el emoji con los ojos mirando hacia arriba, o la cara preocupada, entre otros.
En el estudio, hubo cuatro emoticones que los hombres vieron positivo y las mujeres muy positivo: la cara sonriente, la cara sonriente con ojos sonrientes, la cara con anteojos y la cara saboreando comida. Pero las mujeres no consideraron negativo o ambiguo ningún emoji que a los hombres les haya parecido más negativo.
En promedio, los hombres informaron utilizar emojis faciales en el trabajo un 30% del tiempo, mientras que el promedio entre las mujeres fue del 24%. Jones especula que ese diferencial en el uso de emojis en un contexto laboral se debe en parte a que los hombres son más propensos a usar el teléfono con fines prácticos, como consultar con un colega alguna cuestión de trabajo, mientras que las mujeres suelen usar más el teléfono por motivos sociales y para mantenerse en contacto con amigos y familiares. Así que cuando un hombre inserta un emoji en un mensaje a un colega lo hace por utilidad, mientras que la mujer, por el contexto en que suele usar el teléfono, tiende a interpretar que los emojis son impropios de una relación laboral, señala la profesora.
Jones sugiere abstenerse de usar emojis en las comunicaciones con los superiores, especialmente en un empleo reciente. También recomienda tomar en consideración el género del destinatario antes de apretar el botón de enviar. “Y otra cosa a considerar es el grado de formalidad de cada entorno laboral –aconseja–. De hecho, empiezo a pensar que yo también debería dejar de usar emojis en mis intercambios con los alumnos”.
Por Heidi Mitchell
Traducción de Jaime Arrambide
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