Cómo vive Cóppola en la cárcel
Prisión: el manager de Maradona no es un preso común; recibe visitas fuera de horarios, como ayer la del futbolista, y los internos lo miran con recelo.
DOLORES (De un enviado especial).- Las primeras horas de Guillermo Cóppola en la cárcel parecen demostrar que no se trata de un preso más. Las visitas que recibió ayer a la tarde fuera del horario dispuesto para los demás internos provocaron malestar entre los familiares de otros reclusos.
El detenido más famoso de la cárcel de Dolores fue visitado por Diego Maradona, que así logró su frustrado cometido de anteayer, cuando llegó hasta aquí para ver a su manager en prisión y no pudo hacerlo por la enorme cantidad de gente que había en la calle.
Cóppola está alojado en el llamado pabellón sanitario de la cárcel de Dolores, donde se alojan otros detenidos notorios, pero las autoridades penitenciarias niegan que se trate de un sector VIP. De todas maneras, Cóppola no fue bien recibido por los demás reos. Desde que se conoció la intención del manager de Maradona de compartir un suculento asado junto con los suyos en la comisaría de Castelli, los ánimos comenzaron a recalentarse. "Los presos lo miran con recelo", reconoció un informante.
Maradona visitó a su manager en prisión
Concesiones: el astro del fútbol y su mujer Claudia Villafañe lo vieron fuera del horario de visita; para que no hubiera festejo por el cumpleaños, el juez Bernasconi envió a su secretario a controlar.
DOLORES.- Finalmente, Diego Maradona pudo ver a Guillermo Cóppola, detenido desde el jueves último en el penal de esta ciudad. Ayer, por la tarde, fuera del horario de visita, el futbolista pudo conversar con su manager y festejar, aunque sea un día más tarde, el cumpleaños número 49 de Cóppola.
Maradona llegó a esta ciudad a las 15.30, al volante de su Mitsubishi 4 x 4 gris, dobló por la calle Riobamba con el irrenunciable objetivo de entrar al penal, a costa de varios fotógrafos, a quienes estuvo a punto de atropellar.
Por culpa de la prensa
Veinticuatro horas antes le echó la culpa a los periodistas por no poder ingresar a la cárcel, cuando en realidad fue la multitud la que le impidió el paso, para tratar de recibir el saludo de su ídolo. "Estuvimos los dos días. Por las dudas volvimos para tratar de verlo. Ustedes tienen suerte porque en Buenos Aires pueden verlo de cerca. En cambio nosotros nunca íbamos a tener una oportunidad", expresó Hilda de Gómez, una de las doscientas personas que llegaron hasta la puerta de la cárcel para recibir a Maradona.
De acuerdo a cómo se dieron las cosas y más allá que en la policía, en el juzgado y en el Servicio Penitenciario bonaerense, se afirmó que Cóppola no es un preso VIP y que está alojado como un interno común, pero los hechos demuestran lo contrario.
Nadie pudo explicar por qué su mujer y su hija lo visitaron fuera del horario habilitado para el resto de los familiares de los internos. Tampoco ninguna autoridad se hizo responsable de la irregularidad que significó la llegada de Diego Maradona cuando sólo se permiten las visitas de familiares directos.
A pesar de que desde el juzgado se dijo anteayer que el magistrado sólo autorizó la visita de Maradona y de su esposa, se afirmó también que se trataba de una excepción debido a que era el primer día de Cóppola en la cárcel, justo cuando cumplía años.
Una importante autoridad del penal consultada por La Nación aseguró que desde el tribunal se había autorizado que Maradona y su mujer vieran ayer a Cóppola, más allá del límite impuesto. Los vidrios polarizados de la camioneta del futbolista impidieron observar si además viajaban otras personas.
Dadas las irregularidades no puede descartarse que con el futbolista hubieran ingresado algunos de los amigos de Cóppola que se habían anotado en una lista para verlo en el día de su cumpleaños y que la fiesta, prohibida el sábado, finalmente se concretó.
Dos horas antes que Maradona, habían llegado Sonia Bruccki, actual mujer de Cóppola, y la hija del manager, Natalia, quienes pasaron la noche en esta ciudad.
Los reclusos de la Unidad Penal N° 6 miran con cierto recelo a su nuevo compañero trasladado a dicha cárcel el viernes último, luego de que se frustró el asado que habían planeado realizar para festejar por anticipado su cumpleaños, en la comisaría de Castelli.
No existen pabellones VIP
Tanto fuentes del penal como familiares de los distintos presos revelaron que en este centro de detención no se hacen concesiones especiales. "En esta cárcel no hay pabellones VIP. Lo tenemos alojado en el sector sanitario, donde los internos pasan los diez primeros días sin mantener contacto con el resto de los reclusos, para prevenir cualquier tipo de enfermedades", expresó un alto oficial del penal. Las declaraciones de este vocero se contraponen con lo escuchado fuera del centro, donde algunos chismosos bien informados juraban que el asado lo había comido con Maradona y algunas personas que habrían ingresado al penal en la camioneta 4 x 4.
"A Cóppola no lo ven con simpatía sus compañeros. Se provocaría una revuelta si se enteran de que goza de algún privilegio especial. Quieren que pase por las mismas privaciones que ellos", indicó el oficial.
Le quieren pegar
"Por lo que sé, Cóppola está en un calabozo sin baño, en el pabellón sanitario y con custodia porque había un rumor de que los presos querían pegarle", señalaron algunos familiares que ayer, entre las 7 y las 13, llegaron a visitar a los detenidos. Distinta es la situación del empresario platense Carlos Ferro Viera, detenido por orden del juez Bernasconi, en febrero último, a raíz de la investigación sobre la comercialización de la droga conocida como éxtasis, en distintos puntos de la costa.
Negocios en la zona
"Ferro Viera es el preso más querido por todos. Parece que trabaja mucho y, además, es el que más gasta en los negocios de la zona a través de sus abogados", manifestó otro de los oficiales. A pesar de todo, saltó a la vista que Cóppola es un preso distinto de los demás, ya que le permitieron recibir visitas fuera del horario establecido -su mujer y su hija lo fueron a ver ayer a las 14- y le habían autorizado el acceso a, por lo menos, 18 personas para festejar su cumpleaños (ver aparte).
La fiesta -pese a que estaba todo convenido con uno de los responsables de la cárcel- no fue autorizada por el juez Bernasconi, quien sólo concedió un permiso especial a Diego Maradona y a su esposa, Claudia Villafañe, y envió al secretario del juzgado Roberto Schlagel para impedir cualquier banquete.
Sin embargo, la presencia del delegado del juzgado no habría impedido que algunas delicias se compartieran en el pabellón sanitaria, donde Cóppola fue a dar con sus huesos a fines de la semana pasada.
Además del astro futbolístico y su mujer, Hugo Orlando Gatti y Oscar Ruggeri -que figuraban en la lista- se quedaron sin poder ver a Cóppola en el día de su cumpleaños.
Mientras tanto, comentan que el manager de Maradona no pudo dormir durante sus dos primeras noches, y que rompió en llanto cuando se enteró de la detención del novio de su hija, Mario Dobronich.
Hace un año estrenaba los escandalosos besitos
Hace un año, Cóppola festejaba su cumpleaños con cierto toque de escándalo aunque, por supuesto, con un tono bien distinto al que ahora pone en jaque su futuro. Y también, como en aquella oportunidad, Diego Maradona fue ingrediente infaltable en la celebración.
Curioso: en aquel entonces, Maradona estuvo a punto de no llegar junto a su manager por un impedimento que no parecía estar en sus cálculos: se entrenaba Boca y él tenía que estar allí. ¿Conclusión? Llegó tarde a la concentración y a tiempo a la fiesta.
Ahora el obstáculo parecía más contundente: el rígido reglamento de visitas de una penitenciería se le ponía en contra. ¿Conclusión? Alguien le abrió la puerta y llegó a tiempo. Como en el fútbol, pocos se atreven a dejarlo fuera del juego.
Un par de besitos
Hace un año, la cita fue en Peppermoon, un restaurante ubicado en el barrio de Palermo. Allí, el astro deportivo organizó la fiesta de su manager. Obviamente, con la concurrencia de un selecto grupo de amistades. Como broche de oro, el apoderado recibió algo impensado: un par de besitos en los labios, los clásicos piquitos de Maradona. Claro que, semejante muestra de afecto entre caballeros dejó boquiabierto a más de uno. Y generó comentarios de todos los tonos.
Aquella noche se hizo larga. El entonces capitán xeneize y su mujer, Claudia Villafañe, más Cóppola y algunos amigos, prolongaron la reunión en Gitana, en los Arcos de Buenos Aires News, a puro baile hasta las 6 de la mañana.
Ahora muchos de los que se anotaron quedaron afuera. En la lista estaban, entre otros: Sonia Brucki, la actual esposa del empresario; su hija, Natalia; y, en una muestra de amplitud de criterio, su primera mujer, Isabel Ferri.
También quiso participar del frustrado festejo Mario Dobronich, el novio de la hija de Cóppola, pero hace ya 48 horas que el joven está detenido vinculado en la causa. Lejos de esperar semejante vuelta del destino, el joven llegó a Dolores portando una gigantesca bandeja con sandwiches y una torta de una conocida confitería de Belgrano.
La lista incluía al ex arquero Hugo Orlando Gatti y su esposa.
¿Detalles? Hace un año, Cóppola declaró que cumplía 47 años. Hoy se asegura que son 49, aunque otras informaciones hablan de 50. A esta altura del partido,y como están las cosas, el dato parece lo de menos.
Se sabrá hoy el contenido de la caja fuerte
Sospechas: grabaciones telefónicas incriminarían al comisario mayor Mario Naldi de haberle advertido a Guillermo Cóppola de su inminente captura; el juez analizará las pruebas reunidades hasta ahora.
DOLORES (De un enviado especial).- Hoy, a las 11, en la Brigada de Investigaciones local, el juez federal Hernán Bernasconi abrirá la caja fuerte de pie secuestrada en el departamento de Guillermo Cóppola. Se estima que para tal diligencia el magistrado hará comparecer al manager de Maradona, detenido en la Unidad Penal N°6, y que convocará a sus abogados.
Cóppola afirmó hasta el cansancio que al medio kilo de cocaína hallado en su departamento "se lo habían puesto", así que ahora los investigadores estarían tratando de evitar cualquier suspicacia.
Un ex comisario involucrado
Al mismo tiempo, se supo que el ex comisario mayor de la Policía Bonaerense y ex jefe de la División Narcotráfico Norte Mario Naldi le habría avisado a Cóppola que lo estaban investigando y que lo detendrían en cuestión de días. Aparentemente, el juez Bernasconi tendría en su poder grabaciones de diálogos telefónicos en los que Naldi aparecería comprometido y lo citaría a declarar.
El magistrado dedicará esta semana a analizar las pruebas secuestradas y, a partir de allí, dispondría nuevos allanamientos y más detenciones en la causa por la que fueron apresados el ex futbolista Alberto Tarantini, Héctor Cozza, Tomás Simonelli y Claudio Cóppola.
Conexión con el antidóping
Por otra parte, se confirmó que Bernasconi se reunió anteayer a las 17 en la Capital Federal con el juez federal porteño Carlos Branca, quien investiga el presunto cambio de frascos durante el control antidóping de Maradona y del futbolista del Deportivo Español Martín Vargas que dio positivo. Bernasconi le aportó a su colega las desgrabaciones de las conversaciones telefónicas entre Cóppola y el cuñado de Maradona, Gabriel "La Morsa" Espósito.
Hoy declara Dobronich
Por último, está previsto que hoy el juez en lo penal económico N°2 de la Capital Federal, Julio Cruciani, le tome declaración a Mario Dobronich, el novio de la hija de Guillermo Cóppola, detenido anteayer en el penal de esta ciudad cuando visitaba a Guillermo Cóppola. Dobronich fue apresado a raíz de su presunta participación en el contrabando de una camioneta todo terreno, que habría sido traída al país desde los Estados Unidos con una declaración jurada apócrifa.
Su sorpresiva detención se realizó cuando llegó a la cárcel de Dolores para festejar el cumpleaños de su futuro suegro. La División Leyes Especiales de la Policía Federal lo seguía de cerca.
Bernasconi, con el apoyo de Duhalde
LA PLATA. Aunque manifiesta haber abandonado hace años la militancia partidaria, nadie ignora ni niega que el juez federal de Dolores, Hernán Bernasconi, formó parte del riñón político del gobernador Eduardo Duhalde. El magistrado, quien hoy tramita resonantes causas, como en la que se encuentra detenido Guillermo Cóppola, cuenta con 49 años, es divorciado y padre de tres hijos: dos varones, de 18 y 17 años, y una mujer, de 13.
Reparte su tiempo entre los hijos que lo visitan los fines de semana, sus viajes a Buenos Aires y sus cabalgatas en Dolores. Cultor del cine "para pensar", es hincha de Boca Juniors y amante de las pastas.
Pero aunque sostiene que la función judicial por cierto lo apartó de los avatares del peronismo, todavía se recuerda su estrecha vinculación con el selecto grupo que acompaña al mandatario provincial.
Mostró las uñas
Aún así, mostró las uñas en la agitada vida partidaria: una vez abandonó la banca de legislador justicialista, por enfrentar en la Legislatura la particular conducción de Herminio Iglesias. Pero como para destacar además que no todo en política es negro sobre negro, también declinó su cargo de subsecretario disgustado con el ministro de gobierno de turno, Luis Brunatti, dirigente enrolado en la vertiente justicialista de izquierda. Pese a haber transitado esas procelosas aguas del PJ, repara con nostalgia su paso por la Justicia Nacional del Trabajo, en la Capital Federal, sus trabajos como meritorio, auxiliar de 7a, y luego su ascenso a oficial.
Desde 1979 a 1983, trabajó al lado del jurista Juan Carlos Fernández Madrid. Fue profesor asociado de Derecho Agrario y del Trabajo en las universidades de Belgrano, Buenos Aires y Morón.
Militante justicialista
Aquilató una vasta experiencia jurídica que le permitió ser coautor del Código de Derecho del Trabajo y redactor de más de 25 trabajos publicados en revistas especializadas. Militante del justicialismo, llegó a la banca de diputado provincial en 1983. En 1985, como se dijo, renunció a la diputación en franca oposición a la conducción del controvertido Herminio Iglesias.
Regresó a Ramos Mejía para desempeñarse como secretario de Gobierno del municipio en 1985 y 1986. Desde 1987 a 1988, fue subsecretario de Justicia bonaerense, pero dimitió en desacuerdo con la política impuesta por el ministro de Gobierno, Luis Brunatti.
Fue también presidente de la Oficina Institucional de Reclamos y directivo del Mercado Central. Se ocupó entonces del Mercosur y en ese carácter impulsó acuerdos con los vecinos países.
Tras un interregno, se alejó de la función partidaria hasta que impulsado por el gobernador Eduardo Duhalde, el Senado de la Nación le prestó acuerdo para ser juez federal en Dolores, con el natural consentimiento del presidente Carlos Menem.
En la justicia federal
Embarcado en la justicia federal, desde marzo de 1994, Hernán Bernasconi ha intervenido en varios casos de resonancia, como son las captura y procesamiento del empresario platense Carlos Ferro Viera, la búsqueda del narcotraficante apodado "Flipper", aún prófugo, y que fue el eslabón para permitirle posteriores detenciones y secuestro de drogas en Pinamar y Villa Gesell. Tuvo algún tropiezo durante el último verano, cuando anunció que se había secuestrado un enorme cargamento de pastillas de "Extasis", la denominada "droga del amor", antes de que se hubieran realizado los peritajes correspondientes. Luego se comprobó que eran solamente anfetaminas.
Como derivación de ese trabajo encabezado por el magistrado federal, se registraron, como es público, las detenciones de Guillermo y Claudio Cóppola, de Gabriel Espósito -el cuñado de Maradona luego dejado en libertad-, del ex futbolista Alberto Tarantini, a quien ya había detenido meses antes y de una joven que lo acompañaba.