Cómo será el nuevo aeropuerto de Ezeiza
Metamorfosis: sin interrumpir las operaciones y reduciendo el impacto al mínimo, sobre la actual estación se construirá en poco más de un año la nueva, que costará 245 millones de dólares.
Sobre la pared del fondo de la oficina de Aeropuertos Argentina 2000, en Ezeiza, cuelgan los dibujos computadorizados y los planos donde se muestra un aeropuerto irreconocible, de paredes de vidrio de doble altura, columnas de metal, marquesinas inclinadas y espacios amplios.
Desde un ventanal de la misma oficina, se ve también parte del obrador donde 200 obreros levantan el nuevo hall de llegadas, el primer anticipo -comprobable a fin de este año- del estilo arquitectónico y las instalaciones con los que el nuevo concesionario promete transformar el resto de Ezeiza.
Porque sin alejar tanto la vista, debajo justo de la ventana, las moles grises del actual Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini todavía mantienen el sello de su última reforma, en la década del 70, y el desgaste de los siguientes años de descuido. Con el nuevo edificio, aseguran los actuales administradores, finalizarán también muchos problemas de funcionamiento de la terminal.
A la altura de Milán
"De lo que es hoy el aeropuerto sólo quedará la estructura de pisos, techos y columnas. Se cambiará completamente la circulación de las personas, los ambientes, las comodidades", explica el director de Infraestructura de AA2000, Rudy Vercelli, un norteamericano convocado por el consorcio adjudicatario Ogden.
Escucha y apunta el gerente general de AA2000, el italiano Roberto Belloni, que viene de otro de los socios, SEA (operadores de los aeropuertos de Milán). La empresa que hoy administra Ezeiza y otros 30 aeropuertos nacionales se completa con los grupos argentinos América, de Eduardo Eurnekian, y Riva. El consorcio obtuvo el año último la concesión de un total de 33 aeropuertos por 30 años. Por ellos pagará al Estado 172 millones de dólares y ha comprometido inversiones por 1200 millones.
La Nación conoció el proyecto del nuevo Ezeiza y recorrió las instalaciones junto a los representantes de AA2000, de lo que extrajo estos datos.
Estado actual . La única obra terminada es la del ex hotel, sede administrativa de las líneas aéreas desde el 11 del mes próximo. Además de las señales gráficas -que advierten de la nueva distribución tanto como que está prohibido anunciar servicios a viva voz-, cambios de circulación de personas y vehículos, y las concesiones de confitería, no son notables las mejoras sobre la infraestructura existente. Detrás de los tabiques del hall A, en cambio, se han desmantelado techos y paredes, lo que dejó a la vista un enjambre de cables y tubos de ventilación corroídos. Donde se construirá el futuro hall de llegadas hay dos enormes fosas en las que se concentra la mayoría de los obreros.
Tiempos . El hall A (ex espigón internacional) estará terminado para mediados del año próximo. "Tal vez se demore por imponderables", tienta Vercelli. "Pues debería terminar antes", sentencia Belloni, desde un cargo que atiende a las finanzas del grupo. El fin de la primera etapa de esta obra coincidirá con el comienzo de la temporada alta, en diciembre, y permitirá al flamante hall de llegadas funcionar como lugar de despacho. A fines de año comenzarían los trabajos en el hall B (ex espigón de Aerolíneas).
Inversiones. Las oficinas del ex hotel costaron 9 millones de dólares. El costo de la obra del hall A completo y el estacionamiento cubierto de dos pisos es de 140 millones. Con 16 millones ampliarán la plataforma de aviones y espacio para los operadores, justo detrás. El hall B, todavía sin proyecto firme, costará unos 80 millones.
Contratistas. El proyecto funcional es del arquitecto italiano de la SEA de Milán Luigi Vandoni. Manteola, Sánchez Gómez, Santos, Solsona y Salaberry hicieron el diseño de la fachada y los interiores. Techint tiene la dirección de obra y no se han firmado hasta ahora más compromisos firmes.
Modernización. Las nuevas instalaciones traerán el sistema CUTE (del inglés Common Use Terminal Enviroment), que permitirá que los mostradores de las aerolíneas sean intercambiables, que se centralice la información de los boarding pass, el equipaje y hasta facilitar el acceso a los datos de llegadas y salidas de aviones, que podrán ser consultados por Internet. Las instalaciones serán renovadas, desde la ventilación hasta las cintas que transportan el equipaje. El estacionamiento se pagará en varias casillas distribuidas por la playa, para agilizar la salida.
Funcionamiento. Durante la obra, la funcionalidad no se afectará en más del 30 por ciento y no se suspenderán las operaciones en ningún momento. Una vez finalizada, el gran cambio será la división del tránsito, para evitar concentraciones. Quedarán separados los movimientos de llegadas de los de salidas, los de pasajeros de diferentes aerolíneas en el mismo horario, los de autos particulares de remises u ómnibus. Pero los espacios serán más abiertos para funciones en común: confitería, salas de espera, lugares de paso. De soportar el movimiento de 6 millones de pasajeros al año pasará a tener una capacidad de 8 millones, con una única ampliación, que es la del hall de llegadas.
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