¿Pobreza Cero?: la receta de otros países para poner fin a un flagelo milenario
Algunos, como China e India, se enfocaron en los factores económicos pero no lograron disminuir la desigualdad; otros, como Brasil e Inglaterra, optaron por un abordaje multifactorial; los expertos opinan sobre el plan nacional
En el marco de un nuevo informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) sobre "Infancias con derechos postergados (2010-2015)", que se presentará hoy, LA NACION conversó con expertos acerca de cómo lograron reducir la pobreza en otros países y sobre el plan Pobreza Cero, la estrategia del gobierno para afrontar la problemática.
Algunos países lograron interesantes resultados a la hora de encontrar una solución. Lo hicieron a través de políticas novedosas a distintos niveles, que incluyen desde programas de acompañamiento personal a las familias desfavorecidas y sistemas de microcréditos para trabajadores, hasta equipos de articulación de políticas para no superponer esfuerzos y llegar de manera más eficiente a las personas.
Un primer punto a tener en cuenta es que la definición de pobreza depende de cómo se la mida, y de eso dependerá a su vez qué tipo de medidas se implementarán para intentar paliarla.
“Las mediciones más usuales son las que se basan en un paradigma económico, en los que la pobreza se mide en términos del ingreso o el PBI per cápita. Por otra parte, están las que se basan en un paradigma humano, en el cual los índices incluyen el acceso a la salud, la educación y los servicios básicos, como el de Pobreza Multidimensional (IMP) elaborado por las Naciones Unidas”, explicó a LA NACION Héctor Rocha, profesor del IAE y PhD del London Business School.
El IMP incorpora indicadores de educación (años de escolaridad completos y si los niños asisten a la escuela), salud (nutrición y mortalidad infantil) y acceso a servicios básicos (electricidad, agua y saneamiento, medios de transporte y otros). Pero el índice más utilizado dentro de este paradigma es el Índice de Desarrollo Humano (IDH), que incorpora el PBI per cápita pero también el nivel educativo y la expectativa de vida. La Argentina ocupa el puesto 40 de 188 países en este índice.
La pobreza, ¿es económica o multifactorial?
Dentro del paradigma económico, que sostiene que el crecimiento económico es el principal motor para quitar a las personas de la pobreza, los casos que destacan son China y la India. India creció el doble y China siete veces en el periodo 1980-2006. China lo hizo a través de la industria e India a través de los servicios, principalmente.
“Ambos mejoraron también en el IDH, pero levemente y es una cuenta pendiente. Hay que considerar el alto nivel de pobreza inicial de estos países, que actualmente se encuentran en los puestos 90 (China) y 130 (India) en términos de IDH”, describió Rocha.
Desde la perspectiva del paradigma humano, el IDH es un tanto incompleto y el IMP fue desarrollado muy recientemente, en 2010, y aun no existen estudios longitudinales integrales para contar con casos de éxito a nivel de los países. Sin embargo, la mayoría considera esta perspectiva multifactorial para afrontar el problema de la pobreza.
Países cercanos como Brasil, Chile, Uruguay, Colombia, y no tan cercanos, como Inglaterra, desarrollaron sus experiencias abordando la pobreza como una problemática integral, que involucra los distintos aspectos de la vida humana, no sólo los económicos.
- Brasil y el acompañamiento personal
El plan Bolsa familia, implementado en Brasil, alcanza a 14 millones de hogares. Implica transferencia de dinero directo a las familias y funciona de manera similar a la AUH para los niños. "Pero su gran éxito radica en una red de acompañantes que llegan a los hogares más pobres personalmente para asistirlos logrando una movilidad social ascendente", señaló en declaraciones a este diario Daniel Arroyo, ex viceministro de Desarrollo Social de la Nación.
En la Argentina, "si bien se han hecho enormes transferencias directas de fondos a las familias, no se ha logrado gran movilidad social ascendente", dijo Arroyo. La explicación podría estar en que “los planes no llegan a los más pobres; el plan ‘Progresar’, por ejemplo, alcanza a universitarios pero no al chico que está en la calle”, explicó el ex viceministro y agregó que se necesitaría implementar una red de acompañamiento personalizado para estar más cerca de quienes lo necesitan, como en Brasil.
Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social, agregó que en el país "al menos un tercio de los hogares no tienen acceso a los beneficios sociales de un empleo en blanco, ya que entre el 35 y 40% de la población económicamente activa se encuentra en situación de precariedad laboral".
- Articulación de políticas: Uruguay
Otro de los planes que goza de buena imagen por sus resultados es el Cercanías de Uruguay, que implicó la articulación de políticas públicas para no superponer esfuerzos. Un gabinete unificado identifica a las familias más desfavorecidas y entre los distintos ministerios ejecutan conjuntamente las políticas. Esto se tradujo en mejoras en la implementación de programas.
Todos los especialistas consultados por LA NACION coincidieron en que la articulación es clave, tanto entre ministerios, como entre gobiernos (nacional, provincial, municipal) e incluso entre empresas, ONG y el Estado. “En la Argentina cada programa hace su acción y se pisan”, criticó Arroyo. Incluso mencionó que desde hace años existe un Consejo coordinador de políticas sociales, que debería operar por encima de los ministerios, y que no se ha puesto en marcha.
Rocha planteó que otra articulación importante debe darse con el sector científico tecnológico: "Las universidades deberían brindarle al Estado asistencia técnica, planificación e intervención".
- Seguimiento y evaluación en Chile
Chile implementó un programa de seguimiento y evaluación de políticas públicas, que les dio buenos resultados. La evaluación es una instancia clave para saber si las políticas están teniendo los resultados esperados y poder corregir sobre la marcha y no cuando ya pasaron años y se gastaron numerosos recursos.
Además, "en Chile aprovecharon la última década de prosperidad y lograron un importante descenso de la pobreza, acompañando el crecimiento económico con políticas de desarrollo social", dijo Salvia y agregó que "en la Argentina si bien hubo reducción de la pobreza en ese periodo tuvo poca relación con la evolución del PBI."
- Los Job Center de Inglaterra
Otra política que puede tomarse como modelo a seguir es la implementada por Inglaterra a través de las oficinas de Job Center (Centros de Trabajo). Esta es una forma de intervención del Estado como intermediador en cuestiones laborales. Los Job Center ayudan a las personas a conseguir empleo, brindan capacitaciones y asesoramiento. También tiene a la cercanía con la gente como eje de la política.
- Los Parques Biblioteca de Medellín
Bajo el lema: “lo mejor para los más necesitados”, la ciudad de Medellín, en Colombia, creó los llamados Parques Biblioteca, espacios de fina arquitectura y parquización, donde acceder a la más alta tecnología y a eventos culturales y recreativos. Los Parques Biblioteca son Centros Culturales para el desarrollo social que fomentan el encuentro ciudadano, las actividades educativas y lúdicas, el acercamiento a los nuevos retos en cultura digital.
Están emplazados en los barrios más pobres de la ciudad y desde el comienzo generaron un impacto positivo en las comunidades en que fueron ubicados y también en la opinión pública internacional. Son un ejemplo siempre citado de intervención exitosa con resultados que sorprendieron hasta a sus propios creadores.
- Crédito accesible y economía rural
Otros programas, de menor alcance pero exitosos también, provienen de Ecuador y México.
Ecuador diseñó un sistema de créditos a tasas muy bajas para quienes trabajan en oficios, como gasistas, carpinteros, electricistas, que les permitió adquirir herramientas y capitalizarse.
En México implementaron el plan ‘Progresa’ para desarrollar la economía rural familiar. “En la Argentina la situación rural no es tan fuerte como en México (que tiene muchos más pequeños productores) pero sí es muy crítica”, explicó Arroyo.
Pobreza Cero en la Argentina
La mayoría de los expertos consultados por LA NACION coincidieron en que hay que realizar un abordaje multifactorial y que el plan Pobreza Cero está pensado en este sentido, aunque señalaron los desafíos que el gobierno tiene por delante.
Pobreza Cero, el plan lanzado por el gobierno de Mauricio Macri , incluye lograr mejoras en nueve aspectos de la vida de la sociedad: educación de calidad a todo nivel, vivenda, trabajo digno, protección social, especial cuidado de los adultos mayores, desarrollo del campo, obras de infraestructura, ciencia y tecnología, y desarrollar la cultura emprendedora.
Algunos de los desafíos que el gobierno tiene por delante, de acuerdo a los especialistas consultados, son lograr el crecimiento económico acompañado de desarrollo social; mayor articulación intersectorial, y tener un enfoque territorial. También poder plantear políticas de estado, ya que la mayoría de los problemas son de resolución a largo plazo, como lograr una educación de calidad, para lo cual se necesita un consenso de las distintas fuerzas políticas y el compromiso de los demás sectores.
Agustín Salvia aportó a LA NACION los últimos datos obtenidos a partir de la encuesta que elabora la UCA y que fueron presentados recientemente en el informe 2010-2016 sobre "Deudas sociales al final del Bicentenario".
"La pobreza en la Argentina ronda el 30% en términos de ingresos y supera el 45% si se consideran carencias en materia de vivienda, salud, alimentación y trabajo. El 15% de la población no tiene acceso al agua corriente, el 31% no tiene red cloacal, el 20% vive cerca de basurales, el 25% no tiene red de gas y el 12% se encuentra en zonas inundables," dijo el investigador.
En materia de infancia, la situación es más preocupante. El último informe de la UCA, que se presentará hoy y que tiene un enfoque multidimensional donde la pobreza implica tener vulnerado el acceso a al menos un derecho para el desarrollo humano social, indica que en 2015 el 56,2% de la población de niños y adolescentes tiene "carencia en al menos una dimensión de derechos, y 19,2% bajo umbrales que se consideran severos". La situación de la infancia es más crítica en el Conurbano bonaerense, donde el 68,2% de los chicos tiene vulnerado el ejercicio de derechos en al menos una dimensión, y donde el 25% se encuentra en umbrales graves.
"La pobreza podría reducirse a menos de la mitad para 2030 si se logra una inflación de un dígito con crecimiento de 3% anual, se universalizan los planes sociales y se implementa un programa de desarrollo integral, que incluya inversión en infraestructura y creación de políticas que acompañen. En ese camino están tomando algunas buenas medidas, especialmente en lo económico y en los planes", dijo Salvia.
Desafíos, riesgos y críticas
Rocha, señaló que la mayoría de las propuestas de Pobreza Cero son de mediano y largo plazo (educación, hábitat, infraestructura, trabajo, emprendedorismo) y por lo tanto se necesita tiempo para medir su impacto, "además de contar con información pública, es decir, del INDEC". Por el momento, "se pueden enumerar acciones realizadas más que realidades de pobreza modificadas. Por ejemplo, la secretaria de Emprendedores y PyME viene desarrollando una estrategia fuerte con el programa Argentina Emprende y el incentivo a emprender en ciudades y provincias del interior, lo cual tiende a mejorar el indicador de emprendedorismo y la creación de empleo".
Salvia advirtió que "el crecimiento va a generar empleo, pero va a generarlo en la crema de las clases bajas; hay una clase marginada crónica que no es empleable y allí hace falta enfocarse más. Si en el shopping toman gente no van a tomar a los manteros". Concluyó que hay que trabajar en el sector de las Pymes, donde "puede crearse empleo cada vez más digno y más productivo".
Sostuvo que para abordar esta problemática estructural debe emplearse un enfoque integrador, con mayor articulación entre todas las instancias (Estado, privados, academia). Y todas estas articulaciones deben pensarse con un abordaje territorial. "No basta montar una escuela acá, un dispensario allá, hay que entrar con todo al territorio", dijo Salvia.
En eso coincidió Arroyo al resaltar como la clave del éxito de los programas de Brasil o Inglaterra el acompañamiento personal a los más necesitados. Con la idea de "entrar a la casa de los más pobres" para garantizar, entre otras cosas, la seguridad alimentaria.
El ex viceministro de Desarrollo Social de la Nación fue más duro al analizar el plan Pobreza Cero: "Hasta ahora no veo el abordaje integral. Este gobierno cree que lo económico mejora lo social. Tiene la idea de que las inversiones van a venir y van a crear empleo. Pero está buscando ser competitivo donde ya es competitivo, es decir en el sector primario, y allí no es donde se genera el empleo. Hay que trabajar en los sectores de la construcción y textil, que actualmente están parados."
Rocha coincidió en la necesidad de priorizar "acciones que promuevan empleo de calidad a través de una conexión intrínseca entre los sectores que son demandantes de trabajo (construcción, textil, turismo, comercio) y los más rentables (financiero, extractivas, agro)".
En tanto, Arroyo señaló que otro desafío es trabajar en una red de tutores para garantizar el empleo, trabajando en la vinculación con la escuela secundaria y las empresas, a través de incentivos a éstas para tomar empleados jóvenes.
La mirada puesta en la riqueza
Invitado a debatir en la reciente presentación del informe de la UCA, el ex ministro de Cultura de la Nación, José Nun, se llevó uno de los escasos aplausos de la noche al poner el foco en lo que considera un tema omitido en las discusiones sobre la pobreza: la riqueza.
En este sentido, dijo que hay que abordar el tema de la desigualdad más que el de la pobreza, y que para ello hay que medir la pobreza en términos relativos y no absolutos, "tal como se hace en Europa, en que se mide en relación a los que están por encima" y no en términos absolutos, sin comparar con lo que sucede en el resto de la sociedad.
En esta línea, criticó un punto de la ley de blanqueo de capitales, promovida por el gobierno, que derogó el impuesto a las ganancias sobre los dividendos de las acciones (que existía desde 2013), que constituye la principal renta financiera, que en la Argentina, en general, no está gravada. "Es decir, el gobierno derogó un impuesto a la riqueza", dijo el especialista.
Nun aseguró que luego de décadas se observa que las políticas sociales tienen un techo y que no se pasa de allí porque para hacerlo "tendrían que meterse con los de arriba, habría que hacer una redistribución del ingreso, fundamentalmente a través de una reforma impositiva". Ya que el sistema actual fue originado en la época de Martínez de Hoz, y se trata de un sistema regresivo, "un caso que se enseña como único en el mundo", en que se pasó de un sistema de impuestos progresivo a uno regresivo.
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