Cómo preparar a tu hijo para la llegada de un hermano
La llegada de un hermanito es todo un acontecimiento que implica un cambio importante en el orden cotidiano y los roles de cada integrante de la familia. Y para los más chicos, además, representa todo un misterio difícil de comprender y de procesar que genera ansiedad, celos, alegría y muchas otras emociones a veces contradictorias. Por eso, lo ideal es preparar al hermano mayor con tiempo y de a poco, para que pueda ir entendiendo y adaptándose al acontecimiento de la mejor manera posible.
Cómo darle la noticia
Según la Lic. Mora Marengo, psicóloga del Instituto Sincronía, "es importante hablar de la llegada del hermanito de manera clara y tranquila. Explicarle al niño qué va a pasar, cuándo, cómo va a ser cuando el hermanito nazca. Los padres se pueden apoyar con diferentes recursos teniendo en cuenta la edad del niño y sus intereses. Por ejemplo, se le puede armar una historia con dibujos, contarle un cuento que narre el nacimiento de un hermano, representarlo con muñecos; explicar de manera más concreta y gráfica las fechas (va a nacer en Navidad o en invierno cuando hace mucho frío); mostrarle fotos de cuando estuvo en la panza de su mamá y cuando era bebito...". Todas estas ideas son buenas para poner en práctica al momento de dar la noticia. Aunque también depende de la edad que tenga el hermano mayor y cuánto pueda comprender de lo que le contamos: siempre hay que tratar de adaptarse al lenguaje del niño, sin sobrecargarlo de información. "También hay que dejarse guiar por las preguntas y dudas que al niño le surjan, para explicar hasta lo que el pequeño pueda llegar a asimilar", agrega Marengo.
Posibles reacciones
Ante esta noticia los chicos pueden reaccionar de distintas formas, dependiendo de su edad, su personalidad y el vínculo que establecieron previamente con sus padres. "Algunos niños responden con mucha ilusión y entusiasmo, mientras que otros presentan indiferencia, enojo o mucha necesidad de estar con su mamá y no despegarse de ella en ningún momento", cuenta la psicóloga.
Al ser una situación desconocida para el niño, implica una gran incertidumbre sobre lo que va a pasar y pueden surgir miedos y ansiedades: "Esto puede verse reflejado muchas veces en cambios en la conducta (puede estar más irritable, peleador, hacer más berrinches), en el sueño (no quiere dormirse, tiene pesadillas), en los hábitos alimentarios (disminución o aumento de ingesta), en la falta de control de esfínteres, en el lenguaje. Es importante que en estos momentos, los padres puedan estar atentos al niño para contenerlo y ayudarlo a expresar lo que le sucede, y poder así, validar y calmar su angustia y ansiedades", explica Marengo.
Cómo ayudarlo a prepararse
Para Cecilia Nasiff, psicopedagoga y maestra, "lo principal es tratar de involucrarlo. Una buena idea puede ser llevarlo a las ecografías, ir preparando juntos el cuarto del bebé si el chico es más grande... Que él se sienta también parte de este proyecto". También podemos pedirle que nos ayude a pensar posibles nombres juntos, a elegir la ropita para el recién nacido, siempre haciéndolo partícipe de las situaciones que estén relacionadas con el nuevo integrante.
Otro buen consejo de Nasiff es "ir contándole a las maestras del chico que va a llegar un nuevo hermanito". De este modo, ellas y todas las personas que forman nuestra red de contención, pueden ir ayudándonos a preparar a nuestros hijos. "Siempre está bueno que haya otros acompañando. La maestra le va a prestar más atención, etc. Es muy importante la red de contención que armemos", asegura la psicopedagoga.
Y obviamente, si hace falta, hay que, con palabras, asegurarle que la nueva situación familiar que va a vivir no va a modificar el amor que sus papás le tienen y darle siempre la oportunidad de expresar lo que siente para ayudarlo a calmar sus ansiedades y miedos.
Después del nacimiento
Es normal que surjan los celos con la llegada del nuevo integrante. "Esta emoción es una reacción natural y transitoria, frente a la posible pérdida de poder, atención y amor de sus padres", explica Marengo. "El proceso de adaptación va a depender de cada niño y es esperable que muestre cierto ‘amor-odio’ con su hermanito". Por eso en estos momentos, la psicóloga aconseja que los padres moderen estas primeras interacciones entre los dos, para que el hermano mayor comprenda qué es lo que se puede y lo que no, dejando claros algunos límites. Y si el hermano mayor se muestra interesado en participar del cuidado del bebé, "siempre es aconsejable darle algunas tareas para que pueda ayudar a los papás, teniendo en cuenta las precauciones necesarias. Esto va a fomentar que se relacione de una manera más positiva y significativa con el bebé", añade.
Otros consejos clave de la psicóloga son:
-Compartir momentos de disfrute entre los padres y los hermanos, incentivando el nuevo vínculo fraterno.
-Si el niño se muestra muy resistente a interactuar con el bebé, no forzarlo. Respetar sus tiempos e incentivarlo de a poco y de manera progresiva a que se vaya conectando con su hermanito.
-Es fundamental e imprescindible que los padres encuentren un momento para interactuar con su hijo mayor a solas, sin que la atención esté puesta en el bebé. Que pueda tener un momento de plena y absoluta atención por parte de sus padres. Esto le va a significar al niño que, a pesar de tener un menor tiempo disponible con sus padres, puede disfrutar de ellos y de su atención exclusiva por un momento, todos los días.
Cecilia Nasiff también aporta una recomendación importante: "Hay que tratar de respetarle los tiempos, no dejar de hacer cosas que hacíamos antes con el por la llegada del nuevo hermano. Intentar mantener las actividades y las rutinas en la medida de lo posible". Y también aconseja apoyarse en los padrinos, abuelos y demás personas cercanas: "todos ellos juegan un rol importante porque pueden hacerlo sentir especial al hermano más grande, sacarlo a hacer programas, llevarle algún regalito…"
Así, de a poco, los hermanos se irán acostumbrando el uno al otro y podrán empezar una relación que va a durar para siempre. Después de todo, como concluye la maestra y psicopedagoga Nasiff, "los hermanos son aliados para la vida. Son los únicos que van a haber vivido nuestra misma situación familiar, con sus problemas y sus cosas lindas… Son los únicos que tienen los mismos padres. A ellos vamos a poder acudir toda la vida".