Cómo impacta la denuncia de Fabiola Yáñez contra Alberto Fernández en la sociedad
Según especialistas consultados por LA NACION, esta acusación genera un desgaste de la investidura presidencial como institución y provoca un mayor descreimiento del sistema político
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Las fotos de Fabiola Yáñez golpeada, según su denuncia, por el expresidente, Alberto Fernández, es un escándalo cuyas derivaciones políticas y judiciales aún son inciertas. Sin embargo, la acusación por un hecho severo de violencia de género en el marco de la intimidad del poder en la Argentina ha generado un profundo impacto social.
Según los especialistas consultados por LA NACIÓN, esta acusación a quien fue la cabeza del Estado genera un desgaste de la investidura presidencial como institución y provoca un mayor descreimiento del sistema político como promotor de ideas y causas relevantes para la sociedad. Los expertos también remarcan que en sistemas partidarios o espacios de poder las situaciones de violencia con frecuencia terminan ocultándose en detrimento de los derechos de la víctima. A su vez, destacan la importancia de sostener y reforzar las políticas de género para prevenir o abordar casos similares.
“Cualquier persona puede sufrir violencia, incluso la mujer de un presidente. La Primera Dama no pudo denunciar hasta ahora, es muy importante que eso nos haga pensar en la relevancia de mantener y reforzar las políticas de género”, señala Gabriela Perrotta, coordinadora de la consejería de salud sexual y salud reproductiva de la Universidad de Buenos Aires.
Perrotta analiza que, sin lugar a dudas, el caso genera un shock en la sociedad porque desde la investidura presidencial han ejercido violencia, y que eso se utiliza para ir contra las políticas de género. “Algo preocupante es que se intente invalidar a las políticas de género porque Fernández era el Presidente. Hay que sancionarlo a él como persona, pero no a las ideas y políticas destinadas a la protección de las mujeres. Por ejemplo, este caso hizo que muchas otras mujeres llamaran al 147, pero casi no había operadores para atender esos llamados. Seguramente Fernández tomó consignas vinculadas a la defensa de los derechos de las mujeres por conveniencia política, pero eso no invalida a las políticas en sí”.
La politóloga y escritora María Florencia Freijo señala que los golpes que se ven en las fotos seguramente fueron el lado más crudo de agresiones sistemáticas, como hechos de violencia verbal, no solo a Fabiola, sino a su entorno en general.
“En estos hechos, por lo general, antes del golpe suele estar el maltrato verbal. Entiendo por la información disponible que Fabiola sufría distintos tipos de violencia que no son tan visibles con un moretón. Habrá que investigar cuál era el trato del expresidente con sus hijos, con los empleados o funcionarios. Pero las mujeres siempre aparecen como el fusible de descarga por ser las más vulnerables, y este es otro claro ejemplo de que eso se puede replicar en todos los ámbitos”, analiza Freijo.
Freijo argumenta que es frecuente que lo partidario, o los sistemas de poder, contengan episodios violentos que no salen a la luz para proteger esas estructuras. “Hay una doble vara en el tratamiento de estos casos cuando suceden dentro espacios de poder. Es interesante analizar las tensiones que se generan en el poder cuando surgen contradicciones con la masculinidad enquistada en muchos sectores”.
A su vez, la politóloga cree que es necesaria una autocrítica por parte de la política en general, y del peronismo en particular, por el daño a la legitimidad presidencial y partidaria que esto genera frente a los ojos de la sociedad.
“Por supuesto que la degradación de estas figuras afecta a la institucionalidad, porque entonces, si no podemos confiar en quién nos representa, ¿quién nos representa?”, se pregunta Mirta Goldstein, presidenta de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA).
La especialista subraya que la degradación de la figura paterna, del padre simbólico que podía ser un Presidente, hace que la sociedad se vuelva un caos. “Por un lado puede ser un hecho que de alguna manera avala la violencia en la sociedad. Aunque por otro lado es importante observar la reacción de la sociedad. Hubo una respuesta muy fuerte que también colabora en la visibilización y condena de estos hechos”, indica Goldstein.
Jorge Biglieri, decano de la facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires y profesor a cargo de la materia Psicología Política, sostiene que el impacto social de la noticia es mayúsculo. Biglieri argumenta que si bien hoy el peso de este caso se carga, en términos políticos, en especial sobre el gobierno anterior, la violencia contra los derechos de las mujeres es transversal a todos los colores políticos y se da, lamentablemente, en todos los ámbitos, ya sean estatales o privados.
“Creo que esto genera un impacto mayúsculo en la sociedad, y en especial el rechazo recae sobre un sector político en particular. Dentro de los partidos y los grupos se defienden ideas y cuando se generan contradicciones de estas características luego surgen crisis importantes dentro de esos grupos. Aunque, por supuesto, la misoginia no tiene color político”, subraya Biglieri.
A su vez, Biglieri cree que es importante que la división política que existe en la Argentina no desvíe el foco de la cuestión, que es la lucha contra la violencia de género. El referente de la UBA argumenta que la defensa de Fabiola por parte de mujeres que ocupan, o no, cargos de relevancia es un hecho potente como mensaje para otras mujeres que sufren violencia.
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