Cómo fueron las últimas 24 horas de la tripulación iraní y venezolana dentro del hotel de Canning
LA NACION reconstruyó la estadía de los 19 tripulantes que están bajo sospecha por presuntos nexos con el terrorismo
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Eran las 8.05 y Ghasemi Gholamreza, el piloto iraní del Boeing 747 de la empresa Emtrasur que aterrizó en Buenos Aires el lunes de la semana pasada envuelto en un intrincado misterio, se servía unas frutas, una tostada y una infusión de la mesa del desayuno buffet que ofrece el Hotel Canning Plaza, ubicado en Ezeiza. Caminaba lento y cabizbajo: llevaba puesto el barbijo, un jogging gris, un buzo negro, medias blancas y ojotas.
El desayuno se ofrece desde las 7 hasta las 9.45 en el restaurante E Qui, que está ubicado a unos 200 metros de la recepción. Un empleado del lugar señaló ayer a LA NACION que Ghasemi solía bajar a desayunar a las 8, un pronóstico que erró solo por cinco minutos. De todos modos, la misma fuente había advertido que a medida que se fue extendiendo la estadía de la tripulación (arribaron el viernes pasado al hotel), ellos pasaron de pasear durante el día por el shopping Canning Plaza, a estar más resguardados en sus habitaciones, lejos de las guardias periodísticas y de los agentes de civil que se mueven con discreción.
Ante la presencia de LA NACION, Ghasemi solo miró de reojo y continuó comiendo el abundante desayuno. Luego de las consultas que le hizo este medio, que le ofreció brindar su versión sobre el sinfín de interrogantes que desencadenó la llegada del avión de carga que él piloteaba, solo sostuvo la mirada y guardó silencio. En ese momento, personal del hotel lo resguardó y pidieron a este medio que se retire del restaurante. A los pocos minutos, Ghasemi salió por una puerta trasera del restaurante E Qui y se dirigió a su habitación. El desayuno quedó trunco.
Ghasemi es uno de los 19 tripulantes que no puede salir del país por orden judicial. Están bajo sospecha por presuntos vínculos con el terrorismo.
Desde el viernes pasado que los 19 tripulantes, un número sospechosamente alto para estar transportando autopartes por vía aérea, se encuentran en el Hotel Canning Plaza y circulan por el complejo que cuenta con locales comerciales. Ayer, distintos encargados de restaurantes indicaron a LA NACION que, en un principio, toda la tripulación comía en una misma mesa. En el complejo hay un restaurante japonés, otro italiano, un patio cervecero y un lugar de comida rápida de una famosa marca norteamericana. Según lo empleados del shopping, ahora la tripulación come en distintos momentos y pasaron a preferir la opción de servicio a la habitación.
“Cenan temprano y luego se guardan. Desayunan en el restaurante E Qui, que no es del hotel, sino que el hotel lo alquila para el desayuno. Pero también han cenado en el restaurante. Son amables y no hubo ningún conflicto: saben que por acá está lleno de periodistas y policías de civil”, señaló una fuente vinculada a los restaurantes del complejo.
Otra empleada de uno de los restaurantes del shopping, agregó: “De la carta, los iraníes suelen pedir el ojo de bife o el pescado. Los atendí algunas veces y me costó porque no se entiende nada cuando hablan”.
Los gastos de la estadía de la tripulación son afrontados por la empresa Emtrasur, según informaron fuentes confiables de la administración del hotel.
¿Quién es Ghasemi Gholamreza?
El hombre que esta mañana eligió los gajos de naranja y kiwi junto con una tostada de pan negro para empezar el día es el capitán del avión venezolano-iraní, retenido en el aeropuerto de Ezeiza luego de tocar suelo argentino con otros cuatro compatriotas y 14 venezolanos. Su nombre coincide con el de un integrante de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, que tiene como brazo armando a la fuerza de elite Al-Quds para realizar, entre otras intervenciones, operaciones militares. Esa fuerza es considerada como terrorista por los Estados Unidos.
También existió otro Gholamreza Ghasemi, que fue miembro de la Guardia Revolucionaria iraní, considerado por la revolución como un héroe de la guerra con Irak. Pero murió en 2012, con más de 80 años.
Para constatar su identidad y descartar que se trate de un homónimo respecto del miembro de la fuerza Al-Quds, al piloto que desayunaba en un box del restaurante, le tomaron el domingo las huellas digitales para compararlas con las bases de datos de Interpol. El lunes, el ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, señaló lo siguiente: “Hay una persona que tiene el mismo nombre de un personaje que formaba parte de lo que serían las fuerzas revolucionarias iraníes”. Hoy, sin dar demasiadas precisiones, Fernández dijo que se trata de un “homónimo”, aunque aclararon que seguirá siendo investigado.
Tal como contó este medio, Gholamreza es también administrador de la empresa Fars Air Qeshm, sancionada por el gobierno de los Estados Unidos por supuestos vínculos con actividades terroristas. El avión fue vendido por Mahan Air a Emtrasur, de Venezuela. Mahan Air, a su vez, es señalada como encargada de brindar apoyo a la aerolínea iraní Fars Air Qeshm. El gobierno de los Estados Unidos señala que la nave que está ahora en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza fue utilizada en el pasado para transportar armas y, eventualmente, agentes a otros países.
Ayer, allanaron las habitaciones de los tripulantes que están distribuidas en los tres pisos del hotel. Las autoridades judiciales junto con agentes de la policía de la Ciudad, secuestraron pasaportes, celulares y computadoras. Por el momento, el juez Federico Villena les prohibió la salida del país a los cinco iraníes y los 14 venezolanos. Hoy, el magistrado ordenó inspeccionar nuevamente el avión que habría piloteado Ghasemi.
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