Un equipo de científicos y técnicos se vio obligado a trasladar una futurista base de investigación británica en Antártica para evitar que terminara arrastrada al fondo del océano
Si una mudanza es una casi interminable fuente de dolores de cabeza para cualquiera, imagina tener que llevarse la casa a cuestas.
Eso vivieron de primera mano los científicos de la British Antartic Survey (BAS), cuya base estaba en peligro de ser arrastrada al fondo del océano y se la tuvieron que llevar.
La base Halley se encontraba en la plataforma de hielo flotante Brunt, que se ve afectada por una inmensa y profunda grieta.
Se tuvieron que utilizar tractores para remolcar los ocho módulos que comprenden la futurista base Halley 23 kilómetros "tierra adentro".
BAS había anunciado el mes pasado que estaría suspendiendo las actividades de la estación durante el próximo invierno antártico debido a la grieta.
La fisura se encuentra a una distancia considerable (17 km) de la nueva posición de Halley pero ha generado preocupación sobre la estabilidad de toda la zona.
Glaciólogos quieren más tiempo para evaluar la situación y consideraciones sobre la seguridad del personal requieren que sean evacuados antes de que empiecen a deteriorarse las condiciones y la oscuridad de 24 horas haga la entrada y salida del lugar extremadamente difícil.
La mudanza de Halley fue facilitada por su innovador diseño.
La base tiene un sistema de patas hidráulicas con esquís que le permite elevarse por encima de la precipitación de nieve anual y ser reacomodada periódicamente.
Si estos ajustes no se hicieran, la estación quedaría sepultada y arrastrada hasta el borde de la plataforma de hielo, donde finalmente terminaría zambullida en el océano dentro de un iceberg.
Eso fue lo que les pasó a las bases I a IV de Halley. El nuevo diseño permite hacer ajustes más fácilmente y con menos esfuerzo.
"El traslado ha ido muy bien", dijo a la BBC el director de operaciones de BAS, capitán Tim Stockings.
"Cuando vemos que el gran módulo rojo, que contiene los espacios de albergue y recreación, pesa más de 200 toneladas, estoy seguro que se puede apreciar la magnitud del ejercicio".
"Y, sí, lo planeamos muy bien pero, sólo hasta cuando vemos estas cosas moviéndose de verdad, siempre vamos a estar un poco nerviosos".
Tomó 13 semanas para reubicar la base en su nueva posición en la plataforma de hielo.
La directora de BAS, profesora Jane Francis, añadió: "La reubicación es un logro fantástico de nuestros equipos operacionales. Todo el que trabajó tan arduamente está animado por el éxito del traslado".
Reino Unido ha operado una estación de investigación en la plataforma de hielo Brunt, que tiene 150 metros de espesor, desde finales de los 1950.
La estación tiene dos funciones clave. Una es de vínculo de apoyo a la exploración de campo del interior de Antártida. La segunda y principal tarea es como centro de investigación.
Fue en Halley, por ejemplo, que el equipo encabezado por BAS fue capaz de demostrar en 1986 que un agujero se había abierto en la capa de ozono.
El trabajo actual incluye investigaciones del "clima espacial", el impacto que ocurre cuando partículas y campos magnéticos despedidos por el Sol se estrellan contra el campo magnético y atmósfera superior de la Tierra.
Las tormentas solares suelen afectar las operaciones de satélites y hasta pueden interferir con los tendidos eléctricos en el suelo.
BAS se encuentra en proceso de reorganizar toda esta investigación durante el cierre temporal.
Aunque las estaciones automáticas de tiempo pueden continuar recogiendo sus datos gracias a la generación de energía solar y baterías, casi todos los otros experimentos tendrán que suspenderse.
La grieta en el oeste de la plataforma de hielo motivó la reubicación.
"Vamos a perder algunos de nuestros flujos de datos que se incorporan a nuestro modelo de pronóstico del clima espacial", dijo a la BBC, el profesor Richard Horne, jefe del equipo de análisis del espacio y la atmósfera de BAS.
"Afortunadamente, hemos armado ese modelo de tal manera que es robusto y todavía lo podemos operar".
Eso quiere decir que continuarán emitiendo sus pronósticos, aunque será más difícil interpretar lo que está sucediendo.
"Cuando la energía se apague, va a interrumpir el monitoreo", explicó Horne.
Tomó 13 semanas para reubicar la base en su nueva posición en la plataforma de hielo.
BAS está gradualmente cerrando su base con miras a sacar al todo el personal antes de marzo.
De las 16 personas que normalmente se quedarían durante el invierno en Halley, tres trabajarán desde la estación británica Rothera, en la península antártica.
Otro individuo irá a la estación King Edward Point en Georgia del Sur.
Los demás regresarán al cuartel central de BAS en Cambridge, Inglaterra.
Halley reabrirá en noviembre, al inicio de la próxima temporada de verano austral.
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