Cómo es la relación poco conocida entre las encías y el riesgo de ACV y otros problemas cardíacos
Aunque sólo la asociamos a la boca, la inflamación de las encías impacta sobre el resto del cuerpo
Hipertensión, alcoholismo, obesidad, diabetes, sedentarismo y tabaquismo. En general, la lista de factores de riesgo de accidentes cerebrovasculares es conocida cada vez más. Sin embargo, existe un elemento extra menos difundido y que también puede aumentar la probabilidad de sufrir uno de estos dos eventos: la enfermedad periodontal, llamada también enfermedad de las encías, una patología prevenible a partir de una correcta higiene bucal.
No es una novedad que la boca es uno de las partes del cuerpo con una importante colonia de bacterias que, junto a otros partículas, pueden formar una placa de sarro sobre las piezas dentarias si no hay un correcto cepillado. Pero si esta acumulación de sarro no se elimina, luego la placa se endurece y entonces pueden aparecer los primeros problemas, como la inflamación de las encías, que pueden sangrar y causar molestias al masticar. “Esto se conoce con el nombre de gingivitis, que es la expresión más leve de la enfermedad periodontal. Es una etapa inicial en donde la enfermedad se localiza solamente en los tejidos blandos o la encía. Es una enfermedad reversible”, explica la odontóloga Silvina Filippo, integrante de la Asociación Odontológica Argentina. Claro que si no se hace nada al respecto, todo puede empeorar. El problema nuevo tiene su nombre propio: periodontitis, que puede desembocar en la destrucción del tejido de las encías y la caída de los dientes. “Desde el punto de vista de la composición microbiana y de la respuesta inmune es una enfermedad mucho más seria para el sistema, y es irreversible, porque se puede tratar pero no se pueden regenerar los tejidos perdidos”, afirma la especialista, profesora titular de la cátedra de periodoncia de la Universidad del Salvador.
Una asociación a distancia
Creer que las enfermedades de la boca tienen su afecto limitado a esa parte del cuerpo es una idea para nada infrecuente. Sin embargo, desde hace un poco más de 20 años los médicos le prestan una creciente atención a estas patologías y a su relación con otras en el resto del organismo. “Se ha demostrado que la enfermedad periodontal representa un factor de riesgo para padecer un ACV isquémico, que es cuando por algún motivo una arteria se tapa y el territorio del cerebro que dependía de la irrigación de esa arteria deja de recibir sangre y se daña”, explica el neurólogo Pedro Colla Machado, integrante del Grupo de trabajo de enfermedades cerebrovasculares de la Sociedad Neurológica Argentina. “Hay que tener en cuenta que cuando uno habla de riesgo es cuánto más propenso está alguien a tener un evento comparado con quien no tiene esto. En algunos casos se demostró que los pacientes que tienen enfermedad periodontal severa tienen el doble de riesgo de tener un ACV que alguien que no lo tiene”, agrega.
¿Cómo es que la periodontitis aumenta la posibilidad de tener un ACV? La enfermedad periodontal hace que “se liberen en el cuerpo sustancias propias de una reacción inflamatoria. En personas que tienen depósitos de colesterol en las arterias, lo que se conoce como aterosclerosis, puede suceder que esas placas se tornen vulnerables, o sea que ya no sean una cosa íntegra sino que se desmembren y eso genere embolias de colesterol que viajen por el torrente sanguíneo al cerebro”, dice Colla Machado. La consecuencia, entonces, puede ser un ACV isquémico, por la obstrucción de una arteria cerebral.
Norberto Raschella, neurólogo del Hospital Universitario Austral, agrega que dentro de los factores de riesgo que son modificables, como la hipertensión arterial, el tabaquismo, la hipercolesterolemia, la diabetes, el sedentarismo y el sobrepeso, “últimamente se empezó a darle mayor atención a otros trastornos, como por ejemplo a las enfermedades obstructivas del sueño y las enfermedades gingivales. Sin embargo, de estas últimas no hay estudios que muestren una relación causal directa, pero sí que aumentan la probabilidad y que a mayor grado de enfermedad periodontal hay mayor riesgo de ACV”. Raschella resalta la importancia de las visitas al odontólogo: “Se ha estudiado que aquellos pacientes que tienen un control odontológico rutinario tienen cerca de cuatro veces menos probabilidad de tener un ACV con respecto a aquellos que no lo hacen o que lo hacen solo cuando hay una situación puntual”.
Encías y corazón
Pero la enfermedad periodontal no solo puede ser un factor de riesgo de ACV. La médica cardióloga Analía Molteni, asegura que hay “una gran asociación” entre las gingivitis y periodontitis y la salud cardiovascular. Y nuevamente, las bacterias presentes en las inflamación de las encías pueden ser las protagonistas de una complicación, en este caso, para el corazón. “Esos gérmenes en algún momento pueden pasar a la circulación, y van a parar al corazón, fundamentalmente a las válvulas cardiacas, en donde pueden llegar a producir una enfermedad que se llama endocarditis bacteriana”, dice Molteni, vocera de la Federación Argentina de Cardiología.
Los síntomas de la patología pueden incluir fiebre, sudoraciones, fatiga y malestar general, aunque aclara Molteni, esto puede ocurrir fundamentalmente en personas con predisposición, ya sea por defectos congénitos o que ya hayan tenido operaciones de corazón. Aunque esta no es la única complicación posible: como ocurre con los ACV, la inflamación puede generar el desprendimiento de las placas de colesterol y, con esto, la obstrucción de una arteria coronaria, con el consecuente peligro de sufrir un infarto. Sin embargo, Molteni prefiere evitar la alarma: “Lo importante es tener encías sanas. Con una correcta higiene bucal, un buen cepillado, ir al odontólogo cada seis meses o una vez al año, y evitar otros factores de riesgo, no va a pasar nada. Esta es la tranquilidad que queremos llevar. Solamente debemos saber que esta asociación existe, que debemos tenerla en cuenta y hacer la prevención”.
Filippo, por su parte, da una visión distinta de la correlación entre las patologías. “Está bien decir que hay que consultar al odontólogo porque la enfermedad periodontal puede ser factor de riesgo para enfermedades sistémicas, pero creo que la conciencia que hay que generar es que la boca es un órgano como cualquier otro. Lo que creo que hay que decir es que si alguien tiene un problema en la boca, está enfermo y se debe tratar. No importa si es un factor de riesgo para algo peor”, concluye la odontóloga.
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