Cómo es la receta electrónica bonaerense que ya pueden emitir 4000 médicos
Son los profesionales con matrícula provincial o nacional que se registraron en los 176 puntos que habilitó el Ministerio de Salud local para obtener la firma electrónica; la prescripción con código de barras convivirá con la de papel y las que se emitan en otros sistemas o plataformas disponibles
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LA NACIONFabiola Czubaj
Los pacientes que se atiendan con algún profesional en la provincia de Buenos Aires y necesiten un medicamento podrán recibir a partir de hoy la receta tradicional en papel o la versión electrónica bonaerense que pueden emitir los 4000 médicos que en las dos últimas semanas se registraron en alguno de los 176 puntos habilitados en el distrito.
Esta receta convivirá también con las demás prescripciones digitales o electrónicas que los profesionales con matrícula provincial o nacional emitan en otras plataformas o sistemas disponibles y sean aceptadas en las farmacias, según aclararon a LA NACION desde el Ministerio de Salud bonaerense ante la consulta.
“Esta modalidad de prescripción regirá para pacientes con cualquier tipo de cobertura, ya sea pública, de obra social o de empresas de medicina prepagas”, aclararon oficialmente.
Para poder utilizar ese servicio, los profesionales tienen primero que registrarse gratuitamente y de manera presencial en los hospitales o centros de salud habilitados desde hace dos semanas para otorgar un usuario y contraseña, validar sus datos y contar, entonces, con la firma electrónica. Esos puntos de registro aparecen mapeados acá.
Recién entonces, el profesional puede realizar la receta en cualquier dispositivo (celular, computadora o tableta). Lo hace a través del sistema web provincial Historia de Salud Integrada.
De acuerdo con el modelo que viene difundiendo la autoridad sanitaria local, en ese documento consta el nombre genérico del producto (hasta dos), su presentación y cantidad de envases a dispensar, número de dosis o unidades y cuántas se indica por día con la duración prevista del tratamiento, además del diagnóstico y cualquier otra observación a considerar. Automáticamente, se incluyen los datos del profesional (nombre, matrícula y especialidad validados en el momento en que se registró para obtener la firma electrónica), con la fecha en que se prescribió y vence la receta.
En la farmacia
El archivo que el paciente recibirá por WhastApp o correo electrónico para presentar en la farmacia posee dos códigos de barra: uno es el número de receta y, otro, el de su DNI. Además, se consigan el nombre, la cobertura, número de afiliado y edad.
Aun cuando no es indispensable que en la farmacia el paciente tenga la receta electrónica en el celular o la haya impreso, en la cartera sanitaria a cargo de Nicolás Kreplak recomiendan hacerlo porque con la lectura del código de barras se agiliza la dispensa.
Las farmacias en la provincia, según se precisó, acceden a las recetas que se generan mediante un convenio con el Colegio de Farmacéuticos de la Provincia de Buenos Aires.
“En el caso de que el no la tenga en el momento de ir a la farmacia, puede acreditar identidad y se busca la receta en el sistema cifrado. Pero lo más rápido es utilizar el código de barras”, indicaron a este medio.
Esta receta convivirá en la provincia, como se dijo, con la receta de papel tradicional y las recetas electrónicas o digitales que los profesionales emitan a través de otras plataformas o sistemas disponibles, como lo habilita la Ley de Receta Electrónica o Digital y su reglamentación, que aparece hoy en el Boletín Oficial. Ya sean códigos de barra o QR, la condición es que las farmacias puedan validar la información para dispensar los productos prescriptos.
En tanto, como publicó LA NACION, a partir de mañana ya no se aceptarán en todo el país las órdenes médicas o las recetas recibidas por foto, un mecanismo adoptado durante la pandemia de Covid-19. Es tras una prórroga de la decisión que el Ministerio de Salud de la Nación había tomado en diciembre pasado para exceptuar especialmente a los pacientes con enfermedades crónicas o en tratamientos prolongados que habían recibido prescripciones para más de un mes.
Por Fabiola Czubaj
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