Cómo es la disruptiva Barbie en homenaje a Jane Goodall que invita a cuidar la naturaleza
En el Día del Chimpancé, Mattel lanzó una nueva muñeca de la serie “Mujeres que inspiran”
- 4 minutos de lectura'
La primera vez que una muñeca Barbie se puso a la venta fue en 1959. Y en sus más de 50 años de historia siempre demostró ser un referente cultural y adaptarse a las épocas. Sobrevivió a todo, con momentos de mayor o menor venta, y también ha ido cambiando según los nuevos modelos de mujer. La historia de Barbie se entreteje con la cultura pop y las revoluciones del último medio siglo, incluyendo el feminismo, los derechos civiles y las concepciones de género. Barbie hoy no solo sueña con tener autos descapotables e ir de compras, sino que se pone al día con los sueños de millones de mujeres en el mundo que son médicas, exploradoras, ingenieras o abogadas, sin por eso tener que dejar algunas de las idealizadas y conocidas características de la muñeca.
Hoy, la compañía de juguetes Mattel –fundada por Ruth y Elliot Handler, creadores de la famosa Barbie (que toma el nombre de su hija Barbara)– dio un paso más. Lanzó a la venta la Barbie Jane Goodall, en homenaje a la prestigiosa primatóloga británica. La muñeca lleva prismáticos, un cuaderno, un reloj y un atuendo de campo con camisa color caqui, pantalones cortos y botas.
“Me gustó la primera vez que la vi con todos los pequeños detalles –dice Goodall–. Nunca salí sin binoculares, y siempre fueron usados para ver la naturaleza de cerca. De chica, yo no tenía modelos de mujeres así. Mis héroes eran Tarzán y el Dr. Doolittle, pero muchas queríamos estar afuera en la naturaleza mirando los animales. Así que pienso que Barbie Jane es una idea buenísima. Y viene acompañada por uno de mis seres más queridos: el chimpancé David Greybeard”, el primero en confiar en ella cuando los observaba en el medio de la selva, en Tanzania.
“Gracias a que él se acercó, el resto del grupo pudo confiar en mí”, explica. “A través de él me pude integrar al grupo y conocer sus lazos familiares y relaciones de poder, sus emociones, sus personalidades. Todos conceptos que hoy nos parecen obvios, pero que medio siglo atrás no lo eran. Los investigadores los nombraban con números, ni siquiera tenían nombres”, aclara.
Goodall es mensajera de la paz de la ONU y fundadora del Instituto Jane Goodall, y espera inspirar a la próxima generación de ecolíderes para que se unan a ella en la protección del planeta. Barbie Jane recoge este nuevo paradigma de época, de respeto por el ambiente y los animales.
Con excepción de la cabeza y el pelo, la muñeca fue íntegramente fabricada con plásticos reciclados de los océanos y se venderá en 49,99 euros “Quería esto. Durante mi carrera he querido ayudar a inspirar a niños y niñas a ser curiosos y a explorar el mundo que les rodea. He visto a tantas niñas pequeñas jugando con Barbies... Ciertamente, al principio todas las muñecas respondían a un mismo patrón. Siempre pensaba que las niñas necesitaban otra opción. Ahora han cambiado mucho y ya hay muñecas astronautas, médicas y mucho más”, relata, feliz, la científica.
La muñeca Jane Goodall forma parte de la serie “Mujeres que inspiran”, que también incluye una directora de sustentabilidad, una ingeniera de energías renovables, una científica de la conservación y una activista medioambiental. Es parte de un proyecto de la compañía de reducir un 25% de plástico por producto para 2030. La empresa explica que la colección rinde homenaje a mujeres valientes que asumieron riesgos, cambiaron las reglas y allanaron el camino para que varias generaciones sonaran.
Mattel fijó el lanzamiento oficial de la muñeca hoy, 14 de julio, porque fue la fecha del primer viaje de Goodall a Gombe, Tanzania, a estudiar a los chimpancés. Por eso también fue declarado Día Mundial del Chimpancé.
Se espera que Barbie Jane Goodall se convierta en un objeto de coleccionista. “Quisiera recordarles que pueden ser lo que quieran en cualquier lugar: en el campo, en el laboratorio y en el aula”, expresa Goodall al dirigirse a las mujeres.
“Nos veo en la boca de un túnel muy largo y muy oscuro, con una pequeña estrella brillante al final. No sirve de nada sentarse en la boca del túnel y decir ‘Oh, espero que esa estrella venga a nosotros’. La esperanza consiste en actuar”, reflexiona la primatóloga. “Intentamos trabajar en todos estos obstáculos entre nosotros y la luz, que son el cambio climáticos, la pérdida de biodiversidad, la pobreza, los estilos de vida no sostenibles, la contaminación. Y a medida que avanzamos por el túnel, nos acercamos a los demás, porque hay personas que trabajan en cada uno de estos problemas”, concluye.
Temas
Otras noticias de Medio ambiente
- 1
La advertencia de un psicólogo sobre los festejos en Navidad: “No hay que forzar a nadie”
- 2
En la ciudad. Lanzan un programa para que los mayores de 25 terminen el secundario en un año: cómo inscribirse
- 3
Por qué los mayores de 60 años no deberían tomar vitamina D
- 4
¿El mate nos hace más felices? El sorprendente descubrimiento de un estudio científico