Cómo es el Liceo Franco Argentino Jean Mermoz, donde estudia Antonia Macri
En sus aulas es habitual cruzarse con hijos de diplomáticos acreditados en Buenos Aires o de empresarios; también cursan allí los chicos de Fito Páez, Adrián Dárgelos y Florencia de la V
La comunidad del Liceo Franco Argentino Jean Mermoz ya conoce lo que es ser noticia. La última está vinculada al ingreso de Antonia Macri, nada menos que la hija menor del presidente en ejercicio, pero la institución tiene una historia de casi cuatro décadas enmarcada en una más añeja vinculada a la inmigración francesa en la Argentina y la relación entre ambos países; matizada por el paso de miembros o hijos de la farándula, del ambiente empresarial y el mundo diplomático.
Este colegio de jornada completa mixto, laico, bilingüe y bicultural con una oferta de los tres niveles (inicial, primario y secundario) fue uno de los que se crearon en la Argentina por el acuerdo de cooperación cultural, científica y técnica firmado en octubre de 1964 en coincidencia con la visita del general Charles de Gaulle, quien colocó la piedra fundamental del edificio ubicado en el barrio porteño de Núñez en un acto compartido con el entonces presidente Arturo Illia.
Es un colegio de jornada mixto, laico, bilingüe y bicultural, con una oferta de los tres niveles
Las aulas se abrieron recién cinco años más tarde y absorbieron la matrícula de lo que entonces era el Collège Français. Christian Floquet, uno de los seis hijos del entonces cónsul adjunto de Francia en Buenos Aires, tenía 13 años cuando estrenó un colegio "muy moderno para nosotros, acostumbrados al Collège Français que era de otra época". "El clima era muy bueno, y aun hoy muchos de nosotros siempre estamos en contacto gracias a Facebook o por email", recuerda Floquet, quien para pintar lo cosmopolita del colegio - un rasgo del pasado y el presente- agrega: "Había amigos de todas la nacionalidades: argentinos, franceses, italianos, ingleses, chilenos. Mis dos mejores amigos de aquellos años eran el hijo del embajador de Chile y un suizo que se llamaba como yo".
En esos fines de los 60 en el Collège (donde niños y niñas tenía recreo por separado) terminaba la primaria el ahora actor y cantante argentino nacido en Paris Jean Pierre Noher (59), quien no siguió el nivel medio del Mermoz porque renegaba de la jornada completa y prefería jugar al fútbol. Igual, se considera un ex alumno de fuerte vínculo con el liceo, donde sí cursó una hermana, años más tarde su hijo Michel y algunos sobrinos. También dio charlas de orientación vocacional junto con Fito Páez, otro papá actual del colegio (va la hija que tiene con la actriz Romina Ricci).
Para Noher, el bachillerato francés que se dicta en el Mermoz "te da una base muy sólida. Es muy exigente, claro. Los exámenes finales se corrigen en Francia. Y sí es elitista, carísimo, pero tiene un buen sistema de becas para hijos de franceses y algunos otros. Pero como todo, para las familias argentinas la educación privada es cada vez más cara, aunque tengamos una educación pública bastante buena", aclara.
El bachillerato te da una base muy sólida y es muy exigente
La página web del colegio es muy completa y además de brindar mucha información –incluso algo no habitual como los aranceles que van de 8.900 pesos en el nivel inicial a 10.200 pesos en el secundario - tiene un campus virtual para docentes, alumnos y padres. La currícula tiene una fuerte impronta francesa e incluso algunas materias se dan en el idioma galo y los contenidos son validados por ambos gobiernos. El Estado francés, además, aporta financiamiento.
La dirigente política y ex periodista María Eugenia Estenssoro envío a los tres hijos al Mermoz porque "veía que los egresados tenían una cultura profunda parecida a los del Colegio Nacional de Buenos Aires. La primaria es muy buena, pero la secundaria es excelente. Tiene una educación moderna, de reflexión, crítica y además los prepara muy bien para el mundo que vivimos. Dos de mis hijos ganaron becas y ahora estudian en Francia". Para la ex diputada y senadora, el Mermoz "no tiene una ideología elitista pero obviamente es un colegio para la clase media y alta. Es una escuela que hasta hace unos años era de la comunidad franco argentina pero que por su gran excelencia académica se convirtió en una opción para los argentinos. No es el de los ricos y famosos para nada. Es gente que aspira a tener una buena educación para los hijos", subraya.
Lo de famosos viene a cuento de que en las entradas y salidas o en las actividades escolares desde siempre es habitual cruzarse con hijos e hijas de diplomáticos acreditados en Buenos Aires (lo que enriquece la variedad étnica y religiosa); o de empresarios; y también de Romina Ricci y Fito Páez; de Adrián Dárgelos; los mellizos de Florencia de la V; del rabino y ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Sergio Bergman o Juana Viale -cuando no a ellos mismos- como hace unos años a los herederos y nietos de Carlos Bianchi; la nieta de Antonio Berni o Gerardo Sofovich; o de futbolistas que venían de jugar en Francia; Robertino Tarantini (hijo de Alberto) o Rita Pauls (hija de Vivi Tellas y Alan Pauls), quien sobresalió en el rol que tuvo en Historia de un clan.
El consultor Alejandro Correa, ex padre de dos alumnos del colegio, comenta que siempre hubo un poco de "bandos enfrentados" entre extranjeros y locales. "Es muy gracioso cuando en los actos escolares se cantan los himnos, pese a que hay mayoría de argentinos, la Marsellesa sobresale en intensidad y voces que la cantan".
El liceo te enseña el respeto a la diversidad y a las diferencias
Una ex alumna más actual destaca que el liceo "te enseña el respeto a la diversidad y a las diferencias, que no se sienten porque se daban de una manera muy natural", pero también reconoce que al quitar alguna becas (por decisión del ex presidente Nicolas Sarkozy) se volvió menos accesible y también que quizá se puso de moda. Y para ejemplificarlo cita un comentario en Facebook: "Yo como ex alumna quería que mis hijos fueran ahí, de hecho, me emocioné al llevar a mi hijo al discurso de egresados de mi hermano, me parecía que no había discusión al respecto, pero cuando fui a la charla me pareció tremendo el nivel de la gente y el discurso de los profesionales. Mis hijos van al Franco de Martínez donde me siento mucho más cómoda, porque son inclusivos, progres, abiertos y más humanos".
Esta egresada consultada opina contra la presencia de la hija de Macri. "Estoy de acuerdo con la opinión general de que el presidente debería mandar a los hijos a un colegio del Estado por razones lógicas, pero también que tiene derecho a elegir la educación del hijo como cualquier otro argentino. Personalmente me choca un poco que vaya al Liceo, un colegio que tiene mucho más cultura francesa que argentina. Yo salí sabiendo mucho más sobre historia francesa y la Segunda Guerra Mundial que historia argentina".
Ya en el secundario no hay centro de estudiantes -como en la mayoría de los colegios privados- pero no se ignoran cuestiones como la dictadura militar e incluso el colegio tiene ex alumnos y ex empleados desaparecidos como lo recuerda una placa colocada allí en 2012.
Es innegable que el clima cambió en el liceo con la llegada de Antonia MacriAntes de Antonia Macri y de la reciente visita del presidente francés François Hollande, el colegio había sido noticia en octubre de 2014 por lo que derivó de la tradicional vuelta olímpica de los egresados, una especie de baile o lucha sobre el barro. Originalmente se hacía en el mismo colegio, pero como los alumnos y alumnas de primaria y jardín se asustaban se "negoció" hacerlo en una plaza lindera, el Paseo de las Américas. Aquel año fue la primera vez que el festejo estudiantil llegó a los medios porque se interpretó que el sector que se usó había sido vandalizado.
Es innegable que el clima cambió en el liceo con la llegada de Antonia Macri
"Cuando salió en los medios 'la destrucción' de la plaza -recuerda Correa-, en realidad se trató de una cuidada pantomima. Los chicos compran cientos de kilos de tierra, que trasladan al lugar elegido; allí lo convierten en barro y luego de revolcarse, dejan todo más o menos ordenado. Se trata de una rebeldía civilizada en comparación con otros festejos similares". No es el único testimonio que cuestiona el tratamiento mediático del festejo y en Internet aún es posible encontrar otros. El festejo llegó a la Justicia y unos 90 alumnos y alumnas debieron realizar tareas comunitarias.
Es innegable que el clima cambió ahora en el liceo con la llegada de Antonia Macri, aunque las autoridades –encabezadas por el francés Joachim de Sousa- lo nieguen. También se modificaron ciertas medidas de seguridad como que los visitantes cuelguen un cartel que los identifica como tales. Pero no deja de ser un detalle para un colegio que en algunas cuestiones es igual al resto y en otras parte de un puñado distinto a todos.
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