Cómo dibujar a Harry Potter y explicárselo a los niños
Dolores Avendaño, ilustradora del personaje literario, guía a los visitantes de su muestra en el Museo de Arte Decorativo
"Exponer en este museo es algo muy especial para mí porque mi abuelo, que falleció hace dos años, era el presidente de la asociación de amigos", dice Dolores Avendaño, minutos antes de comenzar a guiar, días pasados, la muestra con sus obras "Fantasía y realidad", en el Museo Nacional de Arte Decorativo.
Avendaño no es una guía más de ese museo, sino la autora de las 78 ilustraciones que muestran, entre otras, las tapas y contratapas de las ediciones en español del exitosísimo Harry Potter , de J.K. Rowling, creadas por ella. Ilustradora y atleta, la artista estudió diseño gráfico en la Universidad de Buenos Aires e Ilustración en Rhode Island School of Design, Estados Unidos. El próximo 27, a las 17, guiará la exhibición por última vez y dialogará con el público, aunque la muestra permanecerá hasta el 3 de marzo.
"Soñé con ser ilustradora de libros para chicos desde niña y nunca dudé al respecto aunque en la facultad en los Estados Unidos, al mes de comenzar, dos profesores me dijeron que debía cambiar de carrera", cuenta al comienzo de un diálogo franco y sincero con el público.
"Cuando salí de la editorial donde me dieron mi primer trabajo iba caminando por Manhattan y tenía ganas de gritar de alegría. Era algo muy importante", dijo al referirse a las 32 páginas de ilustraciones del cuento "Halloween Night", de Ferida Wolff y Dolores Kozielski. "Tenía total libertad para hacer los dibujos; no me dieron ninguna instrucción", dijo y contó que para otros trabajos, en cambio, le dan precisas instrucciones.
La muestra en el subsuelo del museo incluye los originales de Mago de Oz , de Aique, y La liebre dorada , escrito por Silvina Ocampo y publicado por Alfaguara. Muchas de las obras están realizadas con la técnica de sfumature, con colores de acrílico diluido que asemejan acuarelas.
Su pasión por el atletismo y las montañas queda retratada en una de sus creaciones. Allí se la ve a ella caminando por el desierto del Sahara frente a la atenta mirada de un zorro. Como atleta compitió en ultramaratones de hasta 243 kilómetros. Estuvo en el Sahara -pero no vio ningún zorro-, en el Himalaya, en el Aconcagua.
"Tengo la intención de hacer libros para chicos con textos e ilustraciones basados en las experiencias vividas en las maratones", confesó. A los jóvenes y niños que querían saber su método de trabajo les contó que hace las ilustraciones en acrílico "porque no se empasta"; que a un primer boceto -en papel acuarela de 300 gramos- superpone papel de calcar y lo reproduce agregándole detalles.
"Me gusta cómo entinta el papel", dijo Juan Ignacio Cantarella, de 9 años, al término de la visita y luego de que Avendaño le firmara el séptimo volumen de Harry Potter . "Y más me gustan sus dibujos de fantasías", agregó.
"¿Qué te resulta más fácil ilustrar, la realidad o la fantasía?", le preguntaron a Dolores. "Lo más difícil es conectarse con uno mismo y arriesgarse a exponer lo que el corazón te dice ya sea frente a algo real o fantasioso", respondió.
Consultada sobre qué recomendaría a un niño al que le gusta el dibujo y que está rodeado de distintos soportes tecnológicos, planteó: "Lo dejaría que explorara lo que le genere entusiasmo, lo que lo pone contento o lo libera, sea dibujar con algún medio tecnológico o a mano".
Otro de los asistentes a su visita guiada le preguntó si no tenía miedo cuando le pedían esos trabajos tan importantes. "Claro que me da miedo. Ahora quizá más que antes. El secreto está en no pensar en el futuro -¿haré algo bueno?-, o en el pasado -¿me saldrá como lo que ya hice?-, sino enfocarse en el presente, en lo que se tiene entre manos. Si en un momento estoy muy presionada interrumpo, me voy a correr un rato, y después retomo. Hay que quitarse la presión porque la presión no ayuda", sugirió.
Además de su exhibición, seis de las salas del museo lucen ilustraciones suyas. "Éste es un museo para adultos y me pidieron ilustraciones para hacerlo más atractivo para los niños", contó.
"Me divertí mucho haciéndolos", admitió Dolores frente a uno de sus trabajos, que muestra a platos y tazas bailando en medio del salón donde la porcelana de la familia Errázuriz Alvear, que habitó esa mansión, se exhibe en vitrinas.
De martes a sábados, a las 15.30, hay recorridos comentados de la muestra. "Hice una de esas visitas antes de escuchar la de Dolores y la guía refleja muy bien la intención de la ilustradora", dijo María Cantarella, madre de Juan Ignacio.
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