Vuelta al cole 2018: ¿cuánto aumentó la canasta de útiles escolares?
“¡Yo no quiero la de Spiderman, quiero la de Coco!”. El grito viene desde el pasillo donde están exhibidas las carpetas, en la librería Los Pibes, sobre la avenida Cabildo. En el piso, arrodillado, está Mateo: el niño de siete años no quiere al superhéroe, sino la carpeta que tiene en su lomo a los protagonistas del último éxito de Disney. Pero Ernesto Cornejo, su padre, no accede al reclamo y le termina comprando la del hombre arácnido. Entre una y otra hay casi $100 de diferencia, y todo ahorro es bienvenido en lo que, con los años, se convirtió en motivo de negociación entre padres e hijos: la compra de la canasta escolar. Son tiempos de vuelta al cole .
Cuando en el almanaque familiar se asoma el comienzo de clases, la compra de útiles se convierte en un tópico ineludible. “La variación interanual de precios se mantiene igual que el año pasado: los útiles aumentaron en promedio un 22 y 23%, como en 2017 y muy cerca de los valores de la inflación. No son aumentos para nada significativos ”, dice Daniel Iglesias López, presidente de la Cámara Argentina de Papelerías, Librerías y Afines (Capla). Según apunta, “por $500 o menos se puede armar una canasta escolar para un chico que está en la escolaridad básica", es decir 1°, 2° y 3° grado.
Tanto para él como para la mayoría de los libreros consultados lo que desnivela los valores de cada canasta suelen ser las mochilas: “Están las que tienen rueditas y todos los detalles a $2000, pero también hay de $150. ¿En qué parte de la lista menciona que el alumno debe tener sí o sí una mochila del Rey León o La Cenicienta?”.
Desde la empresa BIC manejan las mismas cifras: "En productos de mayor relevancia dentro de la canasta escolar como son los lápices de colores, el aumento de BIC ronda el 23% en nuestro precio de venta al público sugerido, que suele respetarse sobre todo en el canal supermercados", comenta la gerente de la Región Sur, Gisela Carricaburu.
Sin embargo, la opinión de los padres es antagónica. “Para mí siempre aumentan más de lo que dicen. El año pasado compré tres voligomas a $28 y este año pagué $50, casi el doble”, dice ofuscada Mabel Goyeche, madre de tres chicos en edad escolar, cuando sale de una librería ubicada sobre la calle Larrea, en el barrio de Once.
Todos los años la percepción de los padres suele ser distinta a la que ofrecen las estadísticas oficiales. En la esquina de Echeverría y Ciudad de la Paz está la librería Only Choice. De ahí sale Joaquín Zárate con su hija Paula. La niña está muy feliz con sus nuevos lápices de Barbie como para atender el enojo de su padre: “Mínimo, hubo un aumento del 40%, pero bueno, los padres estamos obligados a comprar: es la educación de nuestros hijos y con eso no se jode”, confiesa Joaquín.
"Seguramente llame la atención los productos que se mantuvieron sin subas, e incluso otros bajaron: esto se dio por el mayor acceso a importaciones y por ajustes de mercado, tanto productores como importadores", menciona Vanesa Castro, Gerente de Marketing de Staples Argentina y detalla que los productos más vendidos en la reconocida cadena son los repuestos de hojas, bolígrafos y correctores.
Ante la consulta de LA NACION sobre la variación de los precios en el segmento escolar, desde la Cámara de la Industria de Artículos de Librería (Cial) y la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) la respuesta obtenida fue la misma: no manejan datos. La inflación de 2017 según el Indec fue del 24,8%.
Las listas de útiles son confeccionadas por las escuelas cuando el año lectivo finaliza: desde noviembre los padres saben qué deben comprar. Entre fin de año y febrero se vende el mayor porcentaje de útiles escolares. Casi todos los libreros coinciden en que la idiosincrasia del padre argentino es realizar las compras sobre la hora, aunque también están los que, temerosos ante posibles aumentos, compran en diciembre.
Nuevas maneras de comprar
Otra modalidad que se impuso durante los últimos dos años es la compra de útiles por Internet. “Compre en nuestra web: ahorre tiempo y dinero. Un compromiso contra la inflación, Los Pibes: la mejor opción”, se lee en un cartel que cuelga en el mostrador de la librería ubicada en el barrio de Belgrano. Pero su encargado, Gustavo Improvola, tiene algunas reservas. “Crecieron mucho, pero las compras por Internet generan mucha confusión. Muchos padres se equivocan y compran otra cosa cuando en realidad no se las piden”, comenta.
En la misma sintonía, Iglesias dice: “Los números de Capla muestran que las ventas por la web aumentaron, como así también los problemas que acarrea esta modalidad. Si alguien se equivoca de producto, el cambio es mucho más problemático: por el correo, el envío, etc.”. Ambos comerciantes coinciden en el valor agregado de la compra presencial: “Se pueden ver y tocar los productos, además se cuenta con el asesoramiento de los vendedores, el combo ideal para hacer una compra inteligente”.
“El secreto es el reciclaje: sólo les compro las cosas que ya no pueden seguir reutilizando. Y así, todos los años”, dice Constanza Feije, madre de Nico, Fernando y Matías, alumnos de la escuela Manuel Acevedo de Coghlan. Ella vino a comprar todo sola “porque uno de los errores más comunes es venir con los chicos: siempre eligen lo más caro”, dice entre risas. Quien atestigua esto en primera persona es Nélida Fuenzalida. Están con ella sus nietas Karen, de 7, y Agustina, de 9 años. Alumnas del colegio Casto Munita, eligieron la caja de marcadores marca Maped de $170, y Nélida las trata de convencer para que elijan el mismo producto, pero menos costoso, por ejemplo el Simball de $59. El tira y afloje entre adultos y niños se repite en todas las librerías.
La compra de útiles varía según el colegio y el grado, pero la zona también delimita las preferencias. Además de las librerías pequeñas o de barrio, los padres manejan otra opción: los mayoristas. Casa Paso es una librería mayorista con dos sucursales: una en San Cristóbal y otra en Once. Además también tiene un catálogo de precios disponible en su página web cuyo objetivo es facilitar la comparación de precios. Iglesias sostiene que los mayoristas van a terminar de eliminar al librero de barrio: además de ser el presidente de Capla, es propietario de la cadena Thesis, que aglutina a varios vendedores de útiles. En la página de Staples se destaca una promoción: los padres que envíen las listas de sus hijos reciben un descuento del 25% en su compra.
“Hace cuatro años que nos juntamos con varios padres y compramos en mayoristas. Lo único negativo por ahí es que, por ejemplo, compramos un pack de diez cuadernos y nos sobran tres o cuatro. Y para el año siguiente quizás ya no estén en las mejores condiciones”, explica Sebastián Carrasco, padre de Sol, alumna de la escuela Mariano Acosta. Y agrega: “Nos estamos organizando en un grupo de WhatsApp de padres para saber de cuánto será el pedido de este año”. Las estrategias de los padres para comprar útiles se reinventan constantemente.
Con la mochila llena y el guardapolvo planchado
. Casa Quintás es un comercio que lleva más de 120 años en ventas del segmento escolar: generaciones de alumnos de escuelas estatales vistieron sus clásicos guardapolvos blancos. “Si comparamos con febrero de 2017 hubo un aumento del 18%”, asegura Matías Nápoli, encargado de administración.
En un año, el clásico guardapolvo blanco unisex pasó de costar $271 a $320. El local está ubicado en la avenida San Juan al 2000, pero no sólo va gente de la zona: “Muchos padres se acercan emocionados y nos dicen que hace cuarenta años le compraron su primer guardapolvo aquí: a eso apuntamos, fidelizar el cliente con la calidad de estos guardapolvos”, cuenta Nápoli. “Hoy regatean mucho más los precios que hace un par de décadas atrás”, agrega.
“La variación interanual [de uniformes de colegios privados] es mínima, menor al 10%”, dice Natalia Tesone, encargada de la sucursal Juramento de Juvenilia. El negocio cuenta con un staff de cuatro empleados en temporada baja, pero en las próximas semanas el personal se duplicará. “Los padres que vienen son muy ansiosos. Quieren que sus hijos se prueben la chomba y la campera, todo al mismo tiempo”, dice Natalia.
Juvenilia trabaja con colegios de Almagro, Paternal y la zona norte del conurbano. El precio de los uniformes depende del colegio. “En la zona de Belgrano algunos tienen un uniforme con 30 prendas: integrado por dos uniformes de aula para invierno y verano, y otros dos, pero para practicar deporte. Estos cuestan entre $8000 y $10.000”. También hay uniformes de cinco prendas que oscilan entre los $2000 y $5000. Durante noviembre y diciembre en Juvenilia hacen liquidaciones con descuentos de hasta el 30%. “La semana que viene, con la compra de lista de útiles y uniformes esto va a ser un infierno. Todos los que se acerquen a comprar, van a invertir una parte importante de su vida”, coinciden.
Consejos para la compra online
En todas las librerías que ofrecen esta modalidad, suele haber una pestaña con una serie de tips:
- Optimizar la cantidad: recomiendan comprar productos por bulto o tomando en cuenta las ofertas por cantidad de productos específicos.
- Mejorar el surtido: una vez elegidos los productos, aconsejan “comprar una amplia variedad de colores y formatos”.
- Consultar los envíos: apunta a coordinar fechas y horarios. En algunas librerías el servicio es gratuito y en otras tiene un costo aparte.
- Pagar de manera segura: se ofrecen diferentes vías de pago, desde transferencias, tarjetas y efectivo.
El caso de las escuelas experimentales
La oferta educativa en nuestro país se diversificó en los últimos años. Muchos padres buscan salir del marco educativo tradicional y enviar a sus hijos a escuelas experimentales. Ayelen Biancotto vive en La Plata, y envía a su hija Francesca a una. “En este tipo de escuelas no existe la canasta escolar: a fin de año se paga una cuota de materiales y la institución se encarga de la compra. Los niños no llevan nada”, explica Ayelen, y menciona que el único gasto en útiles que tienen son “los lápices y las gomas que utiliza para hacer la tarea en casa”.
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