Combaten en Misiones el tráfico ilegal de orquídeas
POSADAS.- Un cargamento de 3800 plantas de orquídeas, aparentemente extraídas del Parque Provincial Urugua-í, fue secuestrado por personal de la Gendarmería Nacional.
El Urugua-í cubre una extensa zona selvática, declarada reserva intangible por el gobierno misionero, que está situada a 290 kilómetros de Posadas.
El decomiso se efectuó en un operativo rutinario de control en la ruta nacional 105, cuando los gendarmes abordaron un colectivo de larga distancia y hallaron siete bolsas de arpillera con diversas especies de la familia de la orquidáceas en su interior, que eventualmente serían trasladadas a Buenos Aires para su comercialización.
Calificada como contravención a las normas que protegen la biodiversidad de los parques provinciales, dos personas resultaron detenidas mientras la carga fue puesta a disposición del Ministerio de Ecología de Misiones.
No es la primera vez que se secuestran orquídeas extraídas del monte -a las que se trata de preservar por encontrarse en peligro de extinción- como asimismo cargamentos de palmitos, que también corren el mismo riesgo.
Entre la fauna traficada a menudo, se cuentan loros, papagayos, tucanes, cueros de yacaré y lagarto así como pieles de gato montés. Otros animales silvestres son víctimas de los cazadores furtivos, que se llevan hasta las mariposas coloridas, las cuales, en gran cantidad, son vendidas en el exterior a muy buen precio para adornar cuadros de colección, como oportunamente lo informó La Nación .
Se estima que hay aproximadamente 120 variedades distintas de orquídeas nativas, en su mayoría dentro del Parque Nacional Iguazú, donde se concentran sobre árboles autóctonos de notable porte.
La Legislatura local ha sancionado numerosas leyes para declarar reservas de biosfera y parques provinciales a 270.000 hectáreas que aún cuentan con selva nativa, la que primitivamente cubría casi toda la provincia.
Pero resulta difícil su aplicación por falta de recursos. En tal sentido, la colaboración de Gendarmería es sumamente valiosa y ha dado muy buenos resultados, según destacaron funcionarios gubernamentales.
Una especie que se procura proteger
Las orquídeas secuestradas pertenecen a algunas de las 30 mil especies que, en 600 géneros nativos, crecen en el mundo. Con las híbridas (desarrolladas por el hombre), ascienden a cien mil.
La familia de las orquidáceas se extiende por los seis continentes y hasta hay especies que se han adaptado a las extremas amplitudes térmicas del Artico. En condiciones óptimas de temperatura y humedad, viven desde los 4000 metros de altitud hasta el nivel del mar y se aferran a troncos de árboles y piedras o a tejidos vegetales. Son notables por su colorido y por atraer a insectos y aves, que contribuyen a su polinización.
No sólo ostentan su belleza: algunas son fragantes y casi todas han sido objeto de algún uso, a veces en carácter experimental, por el hombre.
Desde bebidas, filtros mágicos y pociones amorosas o afrodisíacas, para los que creen en ellos, hasta preparados medicinales, y la aromática vaina de la Vanilla planifolia, vulgarmente llamada vainilla, que la cocina adoptó para perfumar postres y chocolates desde antes de la llegada de los conquistadores, que rápidamente la difundieron por Europa.
En 1973 se estableció la convención que regula la prohibición de comercializar especímenes que se encuentren en peligro de extinción.
Las propagadas artificialmente o de cultivo necesitan contar con un permiso extendido por el país de origen. Cada año, el tráfico de especies comprende doce millones de orquídeas y once millones de cactus, entre otras plantas. El mercado negro de todas las especies de flora y fauna traficadas mueve al año más de 20 mil millones de dólares en todo el mundo.