Clases virtuales y reprogramaciones: así funciona la cursada universitaria en un cuatrimestre que ya tuvo seis paros
Aunque en algunas facultades de la UBA se reorganizaron los cronogramas, en muchos casos comenzaron a aplicar la modalidad virtual para no atrasarse con los programas de estudio
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El conflicto que atraviesa la educación pública desde principios de año generó una seguidilla de paros en las universidades del país, con especial foco en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Desde agosto, cuando comenzó el segundo cuatrimestre, fueron cinco las medidas de fuerza —12, 20 y 21 de agosto, 26 de septiembre y 10 de octubre—, y ahora se preparan para atravesar la sexta, mañana jueves, como lo anunció la semana pasada el Frente Sindical de Universidades Nacionales. A esto se sumó la marcha federal del 2 de octubre, que congregó, según los cálculos de LA NACION, a 270.000 personas, y que frenó las actividades en varias sedes.
A través de estas acciones buscan visibilizar la situación que las atraviesa, entre las que destacan el desfinanciamiento, especialmente a partir del veto a la ley que lo reglamentaba, que incluye el reclamo del presupuesto para el año que viene, las paritarias por los salarios docentes y no docentes, que alegan una pérdida salarial del 63,5%, la actualización de la garantía salarial —el mínimo que debe cobrar un docente— y la recuperación del Fondo Nacional de Incentivo Docente (Fonid).
Las distintas formas de protesta que llevan adelante los estudiantes tienen impacto en el calendario educativo, y los profesores se han visto obligados a implementar clases virtuales y a reprogramar parciales para evitar retrasos.
Graciela Morgade, vicedecana de la Facultad de Filosofía y Letras y pedagoga de Ciencias de la Educación, contó que las medidas de fuerza siempre afectan la vida institucional. “Lo que están haciendo los profesores es reorganizar los cronogramas, las clases, de manera que los contenidos sean enseñados, pero cuando hay paro, hay paro”, remarcó.
En esa institución se reprogramaron parciales. Aun así, enfatizó, el cuatrimestre no está en riesgo, pero no es una aseveración definitiva, ya que si la situación actual continúa, puede significar menos clases a causa de los paros y las tomas. “La virtualidad es uno de los recursos que están usando los profesores, sobre todo cuando hay contextos más amplios de paro o en el de las tomas. En síntesis, la vida institucional sí está afectada, y los contenidos están siendo reorganizados sobre la base de un fuerte acuerdo que tiene el claustro estudiantil con el docente de que la situación crítica merece que de todas las partes haya un esfuerzo adicional”, concluyó.
En la puja con el Gobierno, las altas casas de estudios además de paros realizaron tomas activas, votadas por asambleas estudiantiles, como se evidenció esta semana. Pero, aclararon alumnos, centros de estudiantes y fuentes de diversas facultades, esto no afectó enteramente la cursada, ya que la decisión implicaba, a su vez, el dictado de clases públicas, ya sea en patios, plazas o calles. Sin embargo, hubo profesores que denunciaron que no les permitieron ingresar a dar clases y no aceptaron darla en la calle.
Ciencias Sociales es una facultad conocida por ser más “combativa” en materia política. Ayer, a modo ilustrativo, realizaron toma con clases públicas en el patio y en la calle. También son usuales las vigilias. Sin embargo, alumnos y autoridades aseguraron que siempre se intenta preservar el dictado del curso. Para quienes debían rendir parcial en medio de la toma, por ejemplo, se les asignaban aulas. “Por parte de la institución, estamos tomando las medidas para que los estudiantes puedan continuar con la cursada. En este sentido, los finales de esta semana se desarrollan con normalidad, y los que estaban pautados para el jueves 17 [día del paro] pasan para la semana siguiente, en las mismas aulas y horarios”, explicaron.
Material que queda de lado
No es el caso de todos los alumnos. Para otros, que prefirieron no dar nombres ni decir a qué sede de la UBA asisten, los paros se cumplen a rajatabla, aunque también remarcaron que “depende de la materia y del propio profesor”. Ante estas situaciones, la mayor queja es que hay material que dejan de lado, temas que no se dan en clase o que los comprimen para que entren en la carga horaria que les queda disponible. Incluso, a veces, “los dan por encima y no van tan a lo profundo”. Esto se convierte en un problema más grande cuando se trata de materias fuera de la orientación elegida para la carrera, ya que no se retoman más adelante en la cursada.
Tal fue el caso, por ejemplo, de Iván Greco, de 19 años, quien comenzó el Ciclo Básico Común (CBC) el cuatrimestre pasado, en la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, y contó que le cambiaron la fecha de un parcial programado para el 2 de octubre, el día de la movilización al Congreso, para el 9 del mismo mes. “Los profesores se adaptan, algunos adelantaron contenido por si había paro y no llegaban”, dijo.
Por otro lado, fuentes de la facultad sostuvieron: “No hay alteraciones, ni cambios de fecha de exámenes, ni se recortaron currículas. Hoy [por el martes] hay una toma, pero con clases. La actividad académica se mantiene como es habitual”.
La afectación de los paros en las facultades es dispar. No solo depende de la sede, sino también de los profesores. Mientras que en algunas instituciones las cinco medidas con cese de actividades impactaron en la cursada, en otras, como es el caso de Exactas, aseguraron que el establecimiento cerró solo una vez: el jueves pasado. La próxima será mañana. “Los otros paros fueron gremios docentes, y eso no es lineal, es decir, no es que adhieren todos, ni mucho menos. La mayor parte dio clases, algunas materias sí, otras no. Pero no se puede generalizar, ni hacer un número de cuál es el impacto general a partir de eso, porque tiene que ver con cada una de las cientos de materias que se dan”, comentaron.
La Facultad de Derecho es otro ejemplo. Varios estudiantes contaron que no perdieron horas de cursada, pero que la postura frente a los paros depende del cuerpo docente: “Yo tuve clases virtuales en varios paros, pero eso lo decide la cátedra. En general está funcionando con normalidad. La semana pasada tuve un recuperatorio, y los programas no se recortaron”, detalló una alumna que prefirió no dar su nombre. Los finales y los parciales en esta facultad también mantuvieron, hasta el momento, las fechas estipuladas desde el comienzo.
“Dentro de todo lo que está pasando, mi experiencia no tuvo muchos sobresaltos —contó Martín, quien estudia en la Facultad de Ciencias Económicas—. Si mal no recuerdo, hubo dos paros que atrasaron fechas de parciales o cancelaron clases. Pero cada cátedra sigue sus reglas”.
Como el resto, explicó que hay profesores que adhieren a las medidas y muestran su apoyo, mientras que otros se limitan a comentar la situación con los alumnos, y otros tantos optan por la modalidad a distancia para quien desee conectarse. También miembros del centro de estudiantes, Nuevo Espacio, comentaron ayer que, en caso de paro, los docentes tienen la posibilidad de acceder al dictado de clases a través del campus virtual. Lo mismo sucede en la Facultad de Farmacia y Bioquímica, en donde muchos profesores cuentan con esa opción para dar clases a pesar de los paros.
A poco de que comience el sexto paro en dos meses, el Frente Sindical en conjunto con el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) y la Federación Universitaria Argentina (FUA) anunciaron el cese de actividades por 48 horas para el lunes y martes próximo, además de clases públicas en el Congreso y en todas las universidades públicas del país para el miércoles 22.
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