Clases: la vacunación contra el Covid en escuelas viene demorada y aún no hay protocolos de regreso al aula
La falta de certezas a semanas del inicio del ciclo lectivo preocupa a los padres; solo la mitad de los chicos de 3 a 11 años tienen dos dosis; recién esta semana empiezan a inmunizar en 2000 escuelas bonaerenses
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La decisión está tomada: no se va a pedir pase sanitario para volver a clases. Ni en la provincia de Buenos Aires, ni en Capital ni en otros distritos. En cambio, después de mantener reuniones con la Sociedad Argentina de Pediatría, Unicef, Unesco y con otros especialistas, desde el Ministerio de Educación de la Nación están convencidos de que hay que acelerar la vacunación contra el Covid-19, ya que la mitad de los chicos en edad para cursar los niveles inicial y primario todavía no completaron el esquema y casi el 30% no recibió ninguna dosis. A partir de esta semana, y faltando menos de un mes para que arranque el ciclo lectivo, empezará a vacunarse en las escuelas en todo el país, como parte de una campaña que se anunció a principios de enero, pero recién comienza a ejecutarse ahora.
Como parte de esta iniciativa, denominada “Nos vacunamos para ir a la escuela”, los chicos que todavía no hayan recibido la vacuna contra el coronavirus van a tener la posibilidad de aplicársela en la escuela. La idea era que fueran inoculados tiempo antes del regreso de clases, para llegar al aula con cierta inmunidad, pero el inicio de la campaña se demoró. Empezará esta semana en unos 2000 establecimientos bonaerenses. La ciudad de Buenos Aires, en cambio, todavía no informó si se sumará o no a la campaña nacional, que parece ser la principal estrategia que van a usar las autoridades para intentar incrementar el número de estudiantes inmunizados frente al ciclo 2022, según informaron a LA NACION autoridades de los ministerios de Educación y Salud de la Nación.
También resulta llamativo que, a tres semanas del regreso a clases y a una de que los docentes vuelvan a los colegios en varias jurisdicciones, todavía no está definido cómo será el protocolo sanitario. Pocas son las certezas sobre en qué condiciones tendrán que volver los chicos, cuándo y cómo se aislarán los positivos, si se trabajará en burbujas o si se sostendrá el sistema híbrido. Tampoco se sabe qué ocurrirá con el uso del barbijo en el aula. ¿Será obligatorio en todos los niveles u optativo para los chicos más pequeños, como ocurría en la Capital? ¿Será reemplazado por un “barbijo de calidad”, como propuso el ministro de Salud de la provincia, Nicolás Kreplak? ¿Y, en todo caso, quién lo va a proveer? Justamente, en estos días, los ministerios de Salud y Educación de la Nación están debatiendo si dentro del nuevo protocolo va a haber una prescripción específica sobre los tapabocas o sobre el uso adecuado de estos elementos. En el primer caso, debería ser el Estado el responsable del suministro.
En este contexto de incertidumbre, la agrupación Padres Organizados, que nuclea a familias de todo el país, lanzó una nueva carta para la que juntan firmas en las redes. Cuestionan que el principal foco de las autoridades sea solamente la vacuna: “En estas últimas semanas, el tema preponderante ha sido la vacunación de los estudiantes como estrategia para garantizar la presencialidad. La vacuna contra el Covid no puede ser una condición para que los chicos gocen plenamente de sus derechos”, apuntaron.
“Las familias nos aprendimos todas las jugadas preparadas de los gobiernos para mantener a los chicos lejos del aula. La campaña del pase sanitario escolar y la del barbijo de calidad son estrategias para coartar la educación de los chicos”, publicaron en un comunicado los Padres Organizados de la provincia de Buenos Aires, en el que se suman a una campaña global que se llama #UrgencyofNormal, en español, urgencia de normalidad. “Recuperar la vida normal para nuestros hijos es la mejor manera de apoyarlos y protegerlos. El Covid es un riesgo similar a la gripe para los niños no vacunados. Y los niños vacunados casi no tienen riesgo de enfermedad grave. Ómicron no cambia esto. Las medidas extraordinarias en las escuelas no están justificadas”, dijeron.
Según las últimas estadísticas del Ministerio de Salud de la Nación procesadas por LN Data, el 73% de los chicos de 3 a 11 años tienen una dosis y el 50,4% completaron el esquema; en dos semanas, los porcentajes subieron solo un 3% y un 4,5%, respectivamente. Entre los adolescentes, el nivel de vacunación es más alto: el 88% de los chicos de 12 a 17 años tienen al menos una dosis y el 70,9%, las dos.
Hasta ahora, la idea más fuerte –y que parece tener más consenso para hacer crecer este número hasta un mínimo de 70% con esquema completo– es la de instalar postas de vacunación móviles en las escuelas. Esto, porque las autoridades suponen que hay muchos padres que no vacunaron a sus hijos porque tienen alguna duda, pero que sin embargo estarían dispuestos a inmunizarlos si se les allanara el camino en cuanto a turnos y lugares y si la escuela les preguntara, sin ponerles una condición para la continuidad de su escolaridad, si quieren vacunar a sus hijos en determinada fecha. “Las estadísticas determinan que cuando se hace en esos espacios, la campaña de vacunación es altamente efectiva”, señalaron desde el Ministerio de Salud.
Reuniones por el protocolo
Ya hace dos semanas, durante una reunión que mantuvieron de forma virtual las autoridades de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), de los ministerios de Salud y Educación de la Nación, de Unicef y de la Defensoría de Niños, Niñas y Adolescentes coincidieron en que se debía que avanzar de forma contundente en la inoculación contra el Covid de los más chicos, el segmento más rezagado. Se propusieron distintas estrategias y finalmente hubo acuerdo en la necesidad de ofrecer a las familias más opciones, en horarios y lugares, para inmunizar a sus hijos.
También se habló del bajo nivel de aplicación de las vacunas de calendario, algo que los pediatras advierten desde mediados de 2020, cuando los padres dejaron de llevar a sus hijos a las consultas y revisiones periódicas. Desde la SAP insistieron en que una vacuna fundamental como la BCG sufrió una baja del 90% al 72%; la de la hepatitis B mermó del 99% al 72%, y con la quíntuple y la triple viral también sucedió algo similar. Ante este panorama, no se informó si en las postas en las escuelas se aplicarán otras vacunas, pero no se descarta la idea de hacerlo, al menos más adelante.
La incertidumbre que reina en torno de cómo será el regreso, a pocas semanas del comienzo de clases, preocupa a los padres. Desde los ministerios de Salud y Educación nacionales, bonaerenses y porteños aseguran que se está trabajando en los nuevos protocolos, pero que al día de hoy no hay nada definido. Entre martes y el jueves de la semana próxima, las directrices para el regreso a las aulas se discutirán en el Consejo Federal de Salud (Cofesa) y el Consejo Federal de Educación (CFE), aunque el modelo definitivo dependerá de cómo evolucione la situación epidemiológica.
En ese sentido, las autoridades educativas y sanitarias esperan que en las próximas semanas se acentúe el descenso de casos y que, para la fecha de volver a las aulas, el panorama de contagios diarios esté más aliviado.
La carta de Padres Organizados
En este contexto, los Padres Organizados difundieron su nueva carta. “Casi dos años después del comienzo de la pandemia y de la aplicación de políticas restrictivas para el conjunto de la población, pero que tuvieron especial impacto en niños y jóvenes, nos volvemos a juntar padres, maestros, médicos, científicos y otros ciudadanos preocupados por la falta de certezas con respecto al regreso a las aulas”, sostienen.
“Notamos –continúan– que se sigue insistiendo en la aplicación de protocolos que no conllevan ningún beneficio y que, por el contrario, se vislumbran perjudiciales después de un año de aplicación sostenida. En un país pobre y en crisis como es la Argentina, cerrar escuelas, enmascarar niños, sostener medidas de aislamiento generalizado en la población de menor riesgo, es persistir en las decisiones más dañinas e injustificadas de la gestión de la pandemia. Nuestros niños necesitan volver a una vida y a una escuela que priorice su bienestar, donde no se les adjudique la responsabilidad de evitar contagios o cuidar la salud de sus mayores, quienes ya cuentan con las vacunas necesarias para ese propósito”.
Y concluyen: “El regreso a las aulas en 2022 exige restablecer un enfoque que priorice el interés superior del niño, eliminando todas las medidas restrictivas que afectan la experiencia educativa y formativa. Exigimos una escuela abierta y mejorada, que trabaje en la recuperación de contenidos y reparación del daño emocional, físico e intelectual provocado por la interrupción de la escolaridad presencial y por las medidas de confinamiento”.
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