Clases: enseñanza bimodal, ¿una buena experiencia que debería sostenerse en el tiempo?
Si bien hay una marcada preferencia por el modelo presencial, un cuarto de la población apoya el esquema mixto para la pospandemia, según un informe del Observatorio Argentinos por la Educación
- 4 minutos de lectura'
Después de las vacaciones de invierno, los estudiantes porteños comenzaron a volver a la escuela todos los días, como era antes de la pandemia. El regreso fue gradual, por niveles. La presencialidad plena en las escuelas fue posible por un cambio radical en el protocolo, que redujo el distanciamiento de 1,5 metros dentro del aula. Luego se sumaron otros distritos, hasta que la propuesta fue adoptada en las 24 jurisdicciones del país.
Si bien la presencialidad escolar dio un salto abrupto tras el receso de julio pasado, solo el 46,5% de las escuelas primarias estatales trabajó con modalidad 100% presencial al regreso de las vacaciones; una proporción similar (47,5%) mantuvo la dinámica bimodal y un 5,6% seguía en la virtualidad absoluta tras las vacaciones de invierno, según el último informe del Observatorio Argentinos por la Educación publicado con el título ¿Qué opinan las familias del sector estatal sobre la vuelta a la presencialidad?
El documento indaga en el formato de las clases durante el ciclo lectivo 2021 en las escuelas primarias estatales, con el objetivo de entender cómo fue cambiando la modalidad propuesta por las escuelas y el abordaje de la dinámica pedagógica en todo el país. De acuerdo con el trabajo, con autoría de Sandra Ziegler, de Flacso Argentina; Gabriela Catri, Martín Nistal y Víctor Volman, del Observatorio de Argentinos por la Educación, este año predominó el formato bimodal. Solo una de cada diez escuelas tuvo clases totalmente presenciales desde principios de año, mientras que un 7% optó por las clases totalmente virtuales.
Si bien la implementación de un esquema mixto habilitó nuevas herramientas y formas de trabajar en los colegios, la presencialidad es lo más valorado por las familias. “Una vez que se haya superado la pandemia, ¿cómo preferiría que fuese la escuela de los alumnos?”, indagó el cuestionario. Siete de cada diez familias quieren que la escuela vuelva a ser únicamente presencial y el 23% preferiría continuar con un formato híbrido. Mientras que un 5,2% optó por continuar de manera virtual.
El informe presenta los resultados de una encuesta a familias de alumnos que asisten a escuelas primarias urbanas de gestión estatal y educación común de todo el país. El relevamiento se realizó entre el 27 de agosto y el 21 de septiembre pasados. La muestra es representativa a escala nacional.
“Si bien hay una marcada preferencia por el modelo presencial, un cuarto de los encuestados apoyan la enseñanza bimodal una vez que se estabilice el regreso a las instituciones. Este dato constata que la experiencia de la pandemia abre posibilidades para desarrollar opciones que no necesariamente implican el regreso al esquema vigente antes de marzo de 2020 –plantea Ziegler–. Cualquier iniciativa de esta naturaleza debe cuidar que no se incrementen las condiciones de desigualdad, como ha acontecido, pero se pueden considerar alternativas para tener experiencias relevantes de aprendizaje y enseñanza”.
Mariano Narodowski, profesor de la Universidad Torcuato Di Tella y académico asociado de Argentinos por la Educación, también sugiere que los resultados obtenidos demuestran que un segmento de la población tuvo una experiencia positiva con la bimodalidad y que es preciso evaluar que parte de esa experiencia se sostenga en el tiempo. “Un 28% de las familias encuestadas preferirían que sus hijos continúen estudiando en una modalidad escolar que combine algún tipo de presencialidad y virtualidad, o directamente en formato virtual. Este resultado hubiese sido impensado en 2019, antes de la pandemia”, reflexiona Narodowski.
Una presencialidad restringida
Las restricciones sanitarias llevaron a que tres de cada cuatro escuelas (75,7%) vieran interrumpida la presencialidad durante 2021. Solo en dos de cada diez instituciones (21,8%) no hubo interrupciones.
“La pandemia mostró el lugar central de la escuela para enseñar pero también para organizar la vida económica, social y cultural de las familias. Las familias pasaron a hacerse cargo de cosas que en prepandemia realizaba la escuela, y es muy posible que no estén dispuestas a borrar la tradicional frontera entre ambas instituciones. Si comprendemos esto es posible construir un nuevo pacto donde, posiblemente, haya muchos más espacio-tiempo educativos compartidos entre ambas”, concluye Flavio Buccino, maestro y especialista en gestión educativa. Para Buccino, la pospandemia es una oportunidad para repensar un nuevo pacto entre la escuela y el hogar.