Clases: docentes plantean que rotar por distintas aulas y escuelas podría ser riesgoso para su salud
Cada aula será considerada una burbuja. Los docentes de secundaria y de segundo ciclo de primaria rotarán, como lo hacen siempre, entre las diferentes clases, y en caso de que algún alumno presente síntomas de Covid-19, sus compañeros de clase deberán aislarse. Este esquema, diseñado por el Gobierno de la Ciudad para el inicio de clases -que se hará de manera escalonada a partir del 17 de febrero-, no solo produjo debates y discusiones en redes sociales sino también en los grupos de WhatsApp de los docentes. Mientras algunos educadores apoyan los nuevos lineamientos, otros creen que estos son riesgosos y que las clases no deberían empezar hasta que la comunidad educativa sea vacunada contra el Covid-19.
"Tengo mucho miedo. Me cuidé muchísimo todo el año y ahora que estamos en un pico de contagios tengo que salir a dar clases a dos cursos de chicos. Si estuviera vacunada, no tendría ningún problema, pero no es así", comentó Patricia Dualde, de 56 años, maestra de prácticas del lenguaje y ciencias sociales de dos cursos de 7° grado de la Escuela 30 del distrito escolar 9.
El docente Jorge Ramos, de 43, sigue el mismo lineamiento que su colega, y destaca que el principal riesgo del nuevo proyecto es que los maestros y profesores deban rotar entre las diferentes burbujas de estudiantes. "Realmente creo que hay que volver a la presencialidad, pero no de esta forma, no poniéndonos en peligro", dijo el docente, que enseña Matemática y Ciencias Naturales en cuatro cursos de una escuela primaria de Belgrano.
Por ahora, la vacunación de los docentes porteños no tiene fecha. Según fuentes de la autoridad educativa de la ciudad, la cuestión depende del Gobierno nacional, que es el encargado de diseñar el cronograma de inoculación de la población y de distribuir las vacunas a las provincias y a la Capital. En tanto, el viernes, el gobierno de la provincia de Buenos Aires anunció que la semana que viene se comenzará a vacunar a los maestros y al personal auxiliar docente con factores de riesgo para el Covid- 19. El resto de la comunidad educativa bonaerense recibirá la primera dosis en febrero.
En la Provincia, el inicio del ciclo lectivo está proyectado para el 1° de marzo, con un sistema que combinaría dos o tres días de clases presenciales y el resto de clases virtuales.
Según voceros del Gobierno porteño, el protocolo para el regreso a las aulas -que exige, entre otras cuestiones, distanciamiento social, ventilación y uso de tapabocas- fue diseñado para evitar que exista riesgo de contagio. Sin embargo, en caso de que un alumno se contagie de Covid-19, sus compañeros deberán aislarse en sus casas. Los docentes que hayan dado clases en su aula se aislarán o no dependiendo del tipo de contacto que hayan tenido con los estudiantes de esa burbuja.
Más de dos metros
Consultado sobre este modo de actuar frente a un caso positivo en el aula, el Jefe de Internación del CEMIC y miembro de la comisión directiva de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), Martín Stryjewski, afirmó que lo considera acertado. "Si un estudiante tiene Covid pero el profesor se mantuvo siempre a más de dos metros de sus alumnos, el salón estuvo bien ventilado y todos utilizaron constantemente el tapabocas, uno podría no aislar al profesor, o aislarlo por un período breve y testearlo. Es distinto con los compañeros de clase, porque compartieron mucho más tiempo", explicó.
En la ciudad de Buenos Aires, la jornada escolar tendrá que contar, como mínimo, de cuatro horas de clases presenciales que es lo que se denomina jornada simple. Y aquellos docentes que pertenezcan a grupos de riesgo quedan exceptuados de la vuelta a la presencialidad, así como también aquellos chicos y chicas que pertenezcan a los grupos de riesgo o convivan con personas que requieran especial cuidado.
En tanto, ayer, la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, anunció que se podría descontar el día a los docentes que no concurran a las clases presenciales a partir del 17 de febrero.
"Yo destaco, ante todo, la voluntad del Gobierno de la ciudad por volver a la presencialidad", dijo Bueno Videla, que trabaja como profesor en el Liceo N°9 de Belgrano y la Escuela de Comercio N°21, de Flores y N°28 de Saavedra.
Según afirma, los docentes que están de acuerdo con los protocolos presentados por el Gobierno porteño son la minoría. "Muchos profesores van a intentar eximirse de la obligación de ir. A mí no me parece riesgosa la presencialidad, siempre y cuando se respeten los protocolos", opinó.
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