Ciudad: cómo se vivió el primer día sin barbijo obligatorio al aire libre en las escuelas porteñas
Desde hoy rigen modificaciones en el protocolo escolar, al alcanzar el 70% de la población vacunada con esquema completo
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Aún faltaba media hora para que la Escuela N° 9 Juan Crisóstomo Lafinur, en Gorriti 5740, en el barrio porteño de Palermo, abriera sus puertas, pero ya aguardaban varios chicos en la entrada. Se saludaban, charlaban, jugaban, revisaban sus mochilas esperando que no faltara nada. La rutina de todos los días, pero con una pequeña novedad: hoy no hacían dos filas distintas porque, desde este miércoles, se eliminó el ingreso escalonado en las escuelas de la ciudad de Buenos Aires.
Alexandra llegó con el tiempo justo para dejar a su hija de 11 años e irse a trabajar. Cuando se aproximaba a la escuela, se subió el barbijo, que llevaba levemente bajado. “Pasalo bien y tené cuidado”, le dijo a la niña.
Es que hoy, además, entre las nuevas medidas en el protocolo escolar contra el Covid-19 en la ciudad ya no es obligatorio el uso del tapabocas en espacios al aire libre dentro de los establecimientos ni tomar la temperatura al entrar; los ingresos y egresos pueden ser por el mismo acceso y las familias pueden acceder a las instituciones educativas. La normativa rige tras alcanzar una meta clave del plan de vacunación: el 70% de la población porteña cuenta con el esquema de inmunización completo.
“Mi hija no lo asimila todavía. Esta mañana le expliqué, pero ella insistió en que todavía es peligroso y que no quiere quitarse aún el barbijo si está con gente. Es muy cuidadosa”, explicó Alexandra.
La directora del colegio, Vanina Casali, afirmó que se trata de medidas muy esperadas por la comunidad educativa: “Tenemos jornada completa, y es mucho para los más pequeños tanto tiempo con el barbijo. Estamos muy contentos, tanto docentes como familiares”.
La escuela, que cuenta con 270 alumnos, no registró ningún contagio de coronavirus. “Somos conscientes de que hay que mantener el distanciamiento, la ventilación, la utilización del alcohol en gel y, sobre todo, el cuidado del otro. Todas las normas son para beneficio nuestro, para que las escuelas sigan abiertas. Poder vernos los rostros y las expresiones es un gran avance”, insistió Casali. Y agregó: “Los chicos son los que mejor se portan y no se quejan de nada. En esta pandemia aprendimos que tenemos que tomar muchas de las cosas que ofrecen y seguir aprendiendo de ellos”.
Precaución
Alejandra Rivera dejó a sus hijos de 7 y 12 años, Alejandro y Sofía, a la entrada de la escuela. “Es muy complicado para la respiración de los chicos hacer educación física con barbijo. La gente que hace running en la calle no lo usa, ¿por qué ellos sí? La escuela es uno de los espacios más seguros en pandemia”, destacó a LA NACION, aunque señaló que prefiere quitárselo únicamente en espacios como parques, donde transite menos gente. Desde hoy, al igual que en los establecimientos escolares, en el resto de la ciudad también dejó de ser obligatorio el uso de tapabocas en espacios abiertos.
A las 9, comenzaba el recreo para los chicos de primaria del Instituto Sagrada Familia, en General José Gervasio Artigas 1276, en Flores. Alejada de la clásica escena de una multitud de chicos corriendo hasta llegar al patio, todos caminaban tranquilamente, manteniendo la fila. “Es una de las imágenes que nos dejó la pandemia”, explicó el director, Maximiliano Borgia.
“¡Podemos jugar sin barbijo!”, gritaban algunos. Los más cuidadosos únicamente se lo retiraban para comer. Cada curso, de primero a quinto grado, está dividido en un área del patio. A un lado, un grupo grande de chicos jugaba al pilla-pilla. Al otro, tres niñas intentan mantener el equilibrio al instante que su compañera de juego se giraba bruscamente tras cantar: “Jugaremos, muévete luz verde”. La gran mayoría, con barbijo.
“Lo tienen demasiado incorporado”, señaló Patricia Salaberry, directora de primaria. Y agregó: “Pero es importante esta medida, porque hay mucho desgaste y esto afecta a su ánimo y a sus relaciones sociales, su ímpetu. Nos da alegría y esperanza percibir que la pandemia se va yendo poco a poco. Son pasitos adelante, si bien no nos descuidamos”.
El instituto tuvo que aislar a varias burbujas de secundaria tras diez casos positivos a la vuelta de las vacaciones de invierno. “Podemos confirmar que el mecanismo de las burbujas funcionó y permitió la continuidad del ciclo lectivo”, señaló Maximiliano. En la institución se continuará por el momento con la toma de temperatura en el ingreso. “No queremos que sea un cambio tan brusco, después de un control tan específico. También es un sistema de prevención y de control, para cuidar a los chicos”, agregó el director.
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