Cirugías estéticas después de los 60, la nueva tendencia
Ellas aseguran que no se trata de querer quitarse años. Lo que las motiva a realizarse retoques estéticos después de los 60, 70 e, incluso, en algunos pocos casos hasta los 90 años, son las ganas de “verse mejor frente al espejo y sentirse bien con una misma”, según definen.
Los especialistas en cirugía estética consultados por LA NACION coinciden en que el porcentaje de pacientes mayores de 60 años ha crecido mucho en estos últimos diez años y, actualmente, ronda el 20 por ciento de las consultas.
“Este es el resultado de una generación que decide lucir una imagen acorde con su estilo de vida actual, muy diferente del de una persona de esa misma edad hace 40 años”, dice la doctora Mónica Milito, cirujana plástica y miembro de la Asociación Médica Argentina.
“Si el espejo no devuelve una imagen que concuerde con la energía, la vitalidad y la actitud que uno tiene en ese momento de la vida, entonces está bien recurrir al bisturí”, dice Ofelia Fernández, de 60 años, con varias cirugías plásticas en su haber. La última, un lifting , hace un mes y medio.
¿Cuáles son los tratamientos quirúrgicos más pedidos? "A esta edad, la carta de presentación más importante está en la cara", señala Milito. Por este motivo, la especialista revela que el tratamiento más requerido "es el lifting más blefaroplastia [cirugía de párpados]. En segundo lugar, la dermolipectomía de brazos y de abdomen, ya que generalmente no se sienten cómodas con determinado tipo de vestimenta, sobre todo en verano".
Botox, al frente
En cuanto a los tratamientos estéticos no quirúrgicos, el dermatólogo Sergio Escobar señala que "el Botox es lo más utilizado para las patas de gallo y el entrecejo, y los rellenos para los surcos nasogenianos y las arrugas peribucales, a las que también se las llama código de barras, por las líneas que se marcan alrededor de la boca al pronunciar la letra u".
Cuando Laura D. comenzó a ver fotografías de hace algunos años, notó varias diferencias que la disgustaron. "Tenía un surco en el labio superior, y el entrecejo estaba tan marcado que me hacía cara de enojada -recuerda-. Como siempre fui muy coqueta y me gusta verme bien, no dudé ni un minuto." Por eso, con 70 años, el año pasado Laura llegó al consultorio del doctor Escobar.
"La consulta fue por los labios y para suavizar el ceño con un poco de Botox [nombre comercial más popular de la toxina botulínica], pero finalmente me entusiasmé y también me retoqué los pómulos y el mentón -admite-. Todavía no me hice ninguna cirugía, pero simplemente por cuestiones económicas. Si tuviera el dinero, no me darían las piernas para salir corriendo al quirófano."
Mientras una aplicación de toxina botulínica para todo el tercio superior de la cara puede costar entre 250 y 300 dólares, un lifting hoy ronda los 5000 dólares. Una cirugía de párpados se cotiza alrededor de los 2500 dólares; la dermolipectomía de brazos, entre 2500 y 6000 dólares, y la de abdomen, entre 4000 y 8000 dólares.
Con estos valores, Marta Castro, que en diciembre cumplirá 65 años, dice que deberá evaluar la posibilidad de ingresar nuevamente en el quirófano.
"Estaba pensando en hacerme otro retoquecito. Siempre hay algo para hacer... Hace varios años me hice un lifting y estaba feliz; salí de la clínica y ya me sentía otra persona", recuerda, y agrega que en el momento de tomar la decisión, toda la familia estuvo de acuerdo. "Es bueno contar con el apoyo de la familia, pero uno ya es adulto y sabe a lo que se atiene. En definitiva, se trata de mi cuerpo", dice Marta.
En este sentido, el cirujano plástico Raúl Banegas diferencia a las mujeres de esta edad del resto de las pacientes, más jóvenes. "La señora de 60 pretende recuperar la imagen que tenía algunos años antes, pero sin la necesidad de embellecer, lo que sí es prioridad en una chica de 20 años que quiere hacerse un implante mamario, tener labios más carnosos o realizarse una lipo para mejorar el físico y verse más atractiva", explica.
El objetivo en este tipo de tratamientos, como señala Banegas, "es lograr rejuvenecer pero con un aspecto lo más natural posible, conservando la armonía y particularidad de cada rostro".
Sin embargo, esto no siempre es así, y los especialistas lo admiten. "En la cirugía plástica también hay modas", reconoce el doctor Banegas. Según observa, esas caras con bocas infladas, cejas al estilo de Jack Nicholson, pómulos altísimos y liftings exagerados son típicas de los 90. "Un estereotipo de belleza que repetían en todas sus pacientes una gran cantidad de cirujanos en esa época. Hoy, lo mismo sucede cuando se abusa del Botox o se utilizan siliconas como relleno, producto que no está aprobado por la Anmat y que, con el tiempo, produce deformaciones en el rostro".
¿Con el mismo molde?
Con respecto a este tema, la doctora Milito habla de "una especie de «yomización» [en referencia a Amira Yoma], que tuvo su auge en la década del 90. Y muchos cirujanos operaban a todas sus pacientes con el mismo molde".
Por su parte, el dermatólogo Escobar menciona un dilema al que suele enfrentarse en su consultorio. "A veces debo decirles a mis pacientes que mucho no se puede hacer y se van descorazonadas, como me pasó hace poco con una señora de 91 años. Pero hay que tener criterio y un enfoque global, porque si a una mujer mayor le hago unos labios fantásticos, más que embellecerla o mejorar su imagen la estoy dejando al borde del ridículo."
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