Un joven se recupera en una clínica porteña tras quedar internado en terapia intensiva con asistencia respiratoria debido a una complicación pulmonar grave asociada con el uso del cigarrillo electrónico. Recién este fin de semana pudo volver a comer por su cuenta.
El paciente, de 30 años, había fumado cigarrillos comunes durante 15 años. Hace siete meses, quiso dejarlos y optó por empezar a vapear con un dispositivo electrónico. Pero en los últimos tres meses comenzó a tener cada vez más dificultad para respirar. "Cada vez que daba una pitada, se sentía cada vez peor, que le quemaba el tórax", contó la médica tratante, Roxana Berenguer, neumonóloga y broncoscopista.
Los resultados de los estudios revelaron que padece proteinosis alveolar pulmonar, una afección que se produce por la acumulación de proteínas y lípidos en los alvéolos pulmonares. Aunque no es una enfermedad nueva, es la primera vez que se detecta asociada con el consumo del cigarrillo electrónico, un dispositivo que está prohibido en el país por las autoridades regulatorias.
En los Estados Unidos, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) investigan un brote con 1479 casos y 33 muertes de lo que, hace menos de dos semanas, definieron como enfermedad pulmonar asociada con el uso del cigarrillo electrónico o el vapeo (Evali, por su nombre en inglés). Los síntomas son dificultad para respirar (disnea), tos, dolor de pecho y otros signos del síndrome de distrés respiratorio. Los diagnósticos son enfermedades pulmonares graves, como neumonías no infecciosas.
La mayoría de las muestras de los líquidos para vapear asociados con el brote que analizó la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por su nombre en inglés) contenían tetrahidrocannabinol o THC, que es la sustancia psicoactiva del cannabis, y eran productos comprados de manera informal.
Pero aún no se sabe qué están causando esas lesiones en los vapeadores. Por eso, los CDC recomendaron a la población que se abstenga de usar cualquier tipo de cigarrillo electrónico o producto de vapeo. Su uso "es inseguro a todas las edades, incluidos los adolescentes y los jóvenes", indicaron.
La información del caso argentino a la que pudo acceder LA NACION indica que el joven consultó por los problemas para respirar en una clínica porteña a la que corresponde su obra social. Inmediatamente, quedó internado en terapia intensiva por insuficiencia respiratoria con ambos pulmones afectados.
Al día siguiente, Berenguer le hizo una broncoscopía y, durante la consulta, el paciente comentó que había empezado a usar cigarrillo electrónico con un líquido de origen italiano (Liqua) que contiene saborizantes y nicotina para imitar distintos tipos de tabaco.
"Cuando una persona usa tabaco, sabe lo que está consumiendo y los riesgos que eso tiene, pero con estos dispositivos no se conoce lo que se está consumiendo ni los daños en el corto y el largo plazo", señaló la especialista del Hospital de Clínicas en diálogo con LA NACION.
A partir de la información que los CDC van actualizando y difundiendo a la comunidad médica sobre el brote que se investiga en Estados Unidos, Berenguer indagó si las características del joven coincidían con la definición clínica para sospechar de enfermedad pulmonar asociada con el vapeo. Y así fue. Es la primera vez que se diagnostica la proteinosis pulmonar relacionada con el uso del cigarrillo electrónico. El paciente, como su esposa, negó consumir líquido con THC.
Pero, con el diagnóstico y la asistencia respiratoria, el joven se sintió mejor y pidió el traslado de terapia intensiva a una habitación común. Ahí, solicitó el alta voluntaria sin saber que todo se complicaría a los pocos días.
La semana pasada, cuando empezaba el fin de semana largo, el paciente fue a ver a Berenguer con graves dificultades para respirar. Pero lo hizo en el Clínicas, no en el sanatorio al que había concurrido. La médica no lo dudó, indicó su internación en el centro privado y se comunicó para reservar una cama en la unidad de terapia intensiva. Cuando llegó a la clínica, su estado era tan grave que debieron intubarlo. Su frecuencia respiratoria, que debía ser de entre 12 y 14 respiraciones por minuto, era de 60.
El tratamiento consistió en un lavado pulmonar total para eliminar las proteínas y los lípidos acumulados en los alvéolos. Primero se trató un pulmón y a las 48 horas el otro. La semana pasada, el paciente continuó con asistencia respiratoria. El fin de semana pasado, le retiraron la asistencia y volvió a comer por su cuenta.
"Este es el primer caso que atiendo de proteinosis alveolar asociado con el uso del cigarrillo electrónico -contó Berenguer-. No es una enfermedad nueva, pero sí su relación con el vapeo. Como con las enfermedades detectadas en los casos que se están investigando en los Estados Unidos, es algo relativamente nuevo. No puedo afirmar con un 100% de certeza que la causa sea el vapeo, pero hay una asociación. Y sería la primera asociación que se describe en la práctica clínica".
Cada vez más chicos
En nuestro país, el mes pasado se conocieron los primeros resultados sobre el consumo de cigarrillo electrónico en los más jóvenes.
Los datos preliminares del capítulo argentino de la 5» Encuesta Mundial de Tabaquismo en Jóvenes (EMTJ) que funcionarios de la Secretaría de Salud de la Nación les anticiparon a mediados de septiembre a los miembros de la Comisión Nacional de Control de Tabaco indican que el 7,1% de los alumnos de entre 13 y 15 años usan el dispositivo para vapear. Es decir, seis veces más adolescentes que adultos.
En esa reunión también se repasó cómo reforzar la fiscalización del cigarrillo electrónico y alertar a la comunidad sobre los riesgos para la salud de estos nuevos dispositivos electrónicos que fabrica y comercializa la industria tabacalera. Con los calentadores de tabaco que liberan nicotina a una temperatura menor que el cigarrillo común, se los promociona como dispositivos de riesgo reducido. Sin embargo, para la Organización Mundial de la Salud, que comenzó a investigar nuevos casos en Europa, especialmente en Gran Bretaña, aún no hay evidencia de que una menor exposición a esos productos químicos tenga menos riesgos para la salud.
A diferencia de los calentadores de tabaco, el cigarrillo electrónico calienta un líquido con sustancias químicas, con o sin nicotina, que produce un aerosol que el usuario inhala al vapear.
"Tanto el consumo de tabaco como la exposición a humo de tabaco ajeno en lugares públicos están mostrando una tendencia decreciente en el tiempo con respecto a las ediciones anteriores de la encuesta, pero el consumo sigue siendo alto y es altamente preocupante el de cigarrillos electrónicos en los adolescentes de entre 13 y 15 años, un fenómeno global del que no escapa la Argentina", dijo entonces Verónica Schoj, directora nacional de Promoción de la Salud y Control de Enfermedades No Transmisibles.
Ayer, la Secretaría de Salud de la Nación publicó con el Indec los datos completos de la 4» Encuesta Nacional de Factores de Riesgo: el 22,2% de los argentinos fuman, comparado con el 29,7% en 2005. En 2013, el país gastó $33.000 millones para atender enfermedades causadas por el tabaco, es decir, el 7% del presupuesto de salud de ese año.