Científicos argentinos destacan la "voluntad de vida" de Hawking
CORDOBA. Hace poco más de un año la física cordobesa Gabriela González participó del cumpleaños 75 de Stephen Hawking, quien murió hoy en su casa de Cambridge (Gran Bretaña). Ella es la portavoz de la colaboración LIGO (la sigla inglesa del Observatorio Gravitacional por Interefrometría Láser); la encargada de contarle al mundo en 2016 que la astronomía había ingresado en una nueva era.
Para ella Hawking tenía "una intuición física maravillosa para pensar cosas nuevas". Destacó en diálogo con LA NACION que, a pesar de sus dificultades físicas, "seguía con interés la ciencia actual, continuaba haciendo ciencia y divulgándola".
González –egresada de la Universidad Nacional de Córdoba- anunció la primera detección de ondas gravitacionales (una predicción de la Teoría de la Relatividad General de Albert Einstein en 1916) y por esos avances fue invitada a la conferencia con el inglés.
Hawking celebró sus 75 años con una conferencia pública en Cambridge, donde ella también expuso. "Ahí lo conocí en persona; fue una de sus últimas presentaciones; hablé con él, me autografió su biografía que había escrito en 2013".
González cuenta que leyó todos los artículos de Hawking y buena parte de sus libros. "Cuando lo conocí no sabía, precisamente, de la biografía que me autografió". Subraya que la impactó el interés del científico por la ciencia en la actualidad. "Su espíritu de sobrellevar sus problemas y seguir adelante, trabajando, es admirable".
La cordobesa rescata la tarea de divulgación porque es una convencida de que la ciencia "se había alejado un poco de la gente y en los últimos años nos damos cuenta que a veces estamos demasiado distanciados y hay que contar porqué se paga tanto en hacer ciencia y en qué se aplica. Hawking tuvo un rol fundamental en esa tarea".
Mario Díaz, el astrofísico cordobés que trabaja con González en Ligo y dirige el Centro de Astronomía de Ondas Gravitacionales de la Universidad de Texas, eligió la faceta humana de Hawking y la inspiración que conlleva para otras. "Su voluntad de vida para hacer una carrera con el cuerpo inmóvil, fue puro cerebro", afirma ante LA NACION.
Recuerda que, cuando hace 40 años, empezó a transitar el mundo de la ciencia estudió la teoría de la relatividad general con un libro de Hawking. "Era ‘La estructura en gran escala del universo’ cuyo primer capítulo era un resumen de la teoría de la relatividad; no lo aconsejo a nadie, pero arranqué por ahí".
El trabajo de Ligo tiene puntos de contacto con el de Hawking en todo lo referido a la cosmodinámica de los agujeros negros. Para Díaz, desde lo científico, los grandes aportes del inglés son que los agujeros negros pueden perder masa perdiendo radiación y los teoremas de singularidad que enunció para cuando se produce un colapso gravitacional.
"Pero lo más importante, para mí, fue su voluntad de vida", reitera.
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