Chequeos femeninos para prevenir enfermedades asintomáticas
Como médico no me canso de recomendar la práctica de la medicina preventiva. Es sorprendente la cantidad de veces que un diagnóstico a tiempo en la etapa subclínica de una enfermedad nos permite corregir la anomalía evitando complicaciones mayores. De esto no hay absolutamente ninguna duda. Contrariamente, como médico sentimos pena y frustración cada vez que nos llega un paciente en una etapa avanzada de enfermedad que sabemos podría haberse corregido si el diagnóstico hubiera sido realizado con tiempo. El diagnóstico precoz siempre, absolutamente siempre condiciona las mejores posibilidades de tratamiento.
Por supuesto que esta generalidad alcanza a todos los seres humanos cualquiera sea su edad sexo o condición. Sin embargo hay características que hacen particularmente útil el diagnóstico precoz en la mujer, y me refiero al control ginecológico y de todas aquellas condiciones que tienen que ver particularmente con la condición femenina.
Si bien usted ha visto gran cantidad de artículos de medicina preventiva y ya sabe lo importante que es hacer los controles periódicos quizás le sorprenda saber que cerca del 45% de las mujeres en nuestro país no realizan los controles clínicos adecuados en tiempo y forma. Obviamente una proporción muy alta de la población.
El motivo por el cual el diagnóstico precoz es de gran importancia, es por el simple hecho que la mayoría de los tumores o cánceres son "asintomáticos" durante mucho tiempo solo se manifiestan cuando alguna complicación se produce como consecuencia de su desarrollo. Tal es el caso de cuadros febriles, pérdida de apetito, pérdida de peso, sangrado, la visualización de una masa tumoral, etcétera. Cuando estas cosas suceden dependiendo del tipo de tumor es posible que ya nos encontremos en una etapa relativamente adelantada en la progresión del tumor. Pero volviendo a nuestra afirmación anterior, el hecho que la mayoría de los tumores presenten un período asintomático durante mucho tiempo nos brindó una posibilidad extraordinaria, una opción de "oro", para realizar diagnóstico, tratamiento adecuado y eventualmente curación.
Estudios para realizarse con frecuencia
Tenemos al ya muy conocido por todos nosotros papanicolau. Este estudio es simple y trascendente y de hecho ha cambiado radicalmente el pronóstico de vida de las mujeres. El famoso médico griego que lo desarrolló, justamente el Dr.Papanicolau se ha convertido en un héroe nacional en su país a punto tal que su imagen figura en uno de los billetes de la moneda griega. En realidad entiendo es un héroe de magnitud mundial. Este estudio, sumamente sencillo, examina una muestra de las células del cuello de útero y de ese modo se pueden descubrir lesiones pre cancerosas. Estas lesiones son fácilmente removidas curando en forma definitiva al paciente. El estudio del Papanicolaou debe iniciarse tres años después de iniciada las relaciones sexuales y en general es conveniente realizarlo anualmente hasta la edad de los 65 años. Después de esa edad es poco probable que se desarrolle un cáncer en el cuello del útero o en la vagina. El momento aquí de señalar que hoy contamos con la vacuna contra el HPV que se aplica en niñas y niños a partir de los 11 años y que al dar protección sobre una serie de virus del grupo de los llamados papilomavirus, disminuye enormemente la posibilidad de desarrollar tumores de cuello de útero.
Otro estudio también de rutina en la realización de la colposcopía. En este sencillo examen de observación el médico especialista examina el cuello del útero y la vagina en busca de lesiones pre cancerosas que de encontrarse se remueven con una simple cirugía resolviendo definitivamente el potencial problema. Este estudio se realiza desde la edad fértil de la paciente hasta la post menopausia. Si el médico tratante encuentra una lesión benigna aplicará la normativa general que todos los médicos tenemos en nuestra mente, no hay tumor benigno, más benigno que el tumor benigno extirpado. Y es que resulta claro que un tumor benigno puede eventualmente mutar en malignidad, pero si usted lo saca el problema está solucionado.
Otro estudio de rutina dentro del chequeo médico específico para la mujer es sin duda, y ocupa un lugar protagónico, la mamografía. Este simple estudio radiológico puede detectar a tiempo anormalidades o tumores pequeños cuyo tratamiento médico y o quirúrgico resuelven también el problema de salud en un altísimo porcentaje, me refiero más del 95% de las veces. Si bien hay cierta discusión sobre la edad a la cual la mujer debe iniciar la realización de las mamografías, dejando esta consulta para que cada quien la evalúe con su médico ginecólogo. En términos generales se indica el inicio de la realización de este estudio a los 40 años de edad y su repetición según indique el médico tratante si la mujer tiene antecedentes familiares de cáncer de mama con grado de consanguinidad directo, que hayan presentado cáncer de mama, digamos el caso de la madre o hermana. En estos casos se hace conveniente iniciar la mamografía antes de la edad comentada. Hay quienes indican que una mujer que tenga un antecedente familiar de madre o hermana con cáncer de mama debiera iniciar sus mamografías 10 años antes de la edad en la cual ese tumor se manifestó en su familia. A la mamografía se le agregan muchas veces la ecografía mamaria. Este estudio resulta particularmente útil, aunque complementario, sobre todo en el caso de los que se denominan "mamas densas", ya que esa condición anatómica puede eventualmente dificultar la visualización de una imagen tumoral pequeña.
Otro estudio particularmente recomendado en la mujer y sobre todo a partir de la menopausia es la conocida densitometría ósea. Este estudio mide de algún modo la densidad de la estructura ósea de la mujer. Para decirlo aún más simple mide la "cantidad de huesos". Sucede que a partir de la menopausia los cambios metabólicos y hormonales condicionan la pérdida de masa ósea y calcio condicionando en una primera etapa lo que se denomina osteopenia y si el proceso avanza termina produciendo lo que se conoce como osteoporosis, que es justamente a lo que nos hemos referido al decir "falta de huesos". La osteoporosis puede condicionar fracturas óseas patológicas tempranas con todas las complicaciones que esto representa. Si se ha realizado una densitometría ósea y el resultado es normal es posible que el médico tratante sugiera recomendar su repetición cada cinco años.
No se usted, pero si es mujer, yo me quedo mucho más tranquilo al haber comentado esta columna. Y si usted es hombre, no deje de hablarlo con su mujer.
Ahora, de usted depende.