Cerró el restaurante del músico Zorrito Von Quintiero: “Fue por la ‘PyMEdemia’”
El local estaba ubicado en el Bajo Belgrano; “Adiós a la vida de gastronomía PyME argentina y sus consecuencias”, se despidió el rockero
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Fabián “Zorrito” Von Quintiero, el músico que tocó con Charly García y formó parte de bandas como Suéter, Soda Stereo y Los Ratones Paranoicos, también es chef y emprendedor. De esta manera, potenció la fórmula música + gastronomía, y la llevó al ADN de los distintos rincones que fue fundando a lo largo del tiempo en la Argentina, como Soul Café, Super Soul, Nina Wok, Vodoo Bar, Eh, Santino y Bruni. Ayer, anunció el cierre de ese último restaurante, que estaba ubicado en la esquina de Sucre y Castañeda, en el Bajo Belgrano. “Fue por la ‘PyMEdemia’”, lanzó.
Al conversar con LA NACION en 2019, este rockero ya había advertido que tener un restaurante suele ser “una cadena de problemas”. Sin embargo, todas esas dificultades se elevaron por la pandemia del coronavirus y por el alto costo que tiene en la Argentina mantener un emprendimiento, lo que llevó al cierre de Bruni: “¡Adiós! ¡Ya te desarman! ¡Sos historia! Adiós a la vida de gastronomía PyME argentina y sus consecuencias”, comenzó Quintiero en una reflexión que compartió en sus redes sociales.
Entonces, comenzó a enumerar todas las cuestiones que le pesaron y por las que debió pasar en su afán por sacar el restaurante adelante: “Bienvenida una vida más libre de IVA, Ingresos Brutos, ART, seguros de vida, seguridad social, cuota sindical, retenciones, percepciones, comisiones de tarjetas de crédito, débito, Mercado Pago y aplicaciones de delivery, servicio de posnet, alquiler, ABL, luz, gas, agua, cuenta de banco, impuesto al cheque, autónomos del presidente, sueldos, abonos de sistema facturación, abogados, contador y, si te queda algo, el 30 por ciento de Ganancias”.
Así, tildó de “demencial” la lógica de las PyMEs que hace que “todos coman del mismo plato”. Y siguió enumerando: “Adiós también a los gestores, inspectores y el Código imposible. Adiós también al leonino contrato de alquiler que siempre se está acabando, a sus hijos propietarios y a mantenerles su herencia, su ingratitud y su miserable soberbia. Adiós al robo hormiga de cada día de algunos recursos y sus socios caranchos”.
El “Zorrito” deslizó algunos titulares de historias “tragicómicas” que se vivieron puertas a adentro, “como la de la manager confesa, como que no vengan chefs tantas veces, como la del Día de la Madre que se trabó la cocina, y tanto para contar”.
“Lo vine intentando desde abajo, con éxitos y golpes, pero no es por la pandemia, es por la ‘PyMEdemia’. ¡Te cansa, posta!”, explicó. De todos modos, y más allá de la fuerte crítica, el autor de libros como Ni se te ocurra, yo te asezorro y I’m Zorry aprovechó para agradecer al staff; a los proveedores; a su sponsor, Stella Artois; a los restaurantes vecinos (”por convivir y competir con afecto, salvo excepciones como siempre”); y a los clientes, “que vinieron a compartir y disfrutar buenos momentos, con alegría y ganas, sintetizado en las personas de Alberto y Stella Esperber, quienes fueron los primeros en entrar cuando no entraba nadie, aquel 2 de Junio de 2008″. Y entonces contó que “cariñosamente” bautizó a esa clienta “Stella Hartas” “un mediodía que se quejaba por algo”.
“Son emociones mezcladas y una decisión personal culpa de Nadie, sin embargo, tengo esa nostalgia de seguir, acá comiendo, la esquina me extrañará, siempre bebiendo, siento la tristeza de partir, ya estoy saliendo, yo también la extrañaré, pero sonriendo, solo me queda por decir, que me estoy yendo, a un lugar que me haga más feliz.... ¡vamos viendo!”, cerró Von Quintiero despidiéndose a la esquina del Bajo Belgrano.
Cabe recordar, que a fines de mayo, fundió Fame, un histórico restaurante de Belgrano, ubicado en la intersección de las avenidas Cabildo y Congreso.
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