Censo 2022. Insólito retraso en la difusión de los datos a más de un año y medio de su realización

A dos meses de terminar el año y más de un año y medio después de concluir el relevamiento territorial, los resultados definitivos del censo nacional 2022 aún no se conocen. La última información oficial fue compartida en mayo pasado cuando se publicó el primer, y único, informe relacionado con las condiciones habitacionales de los argentinos. Se sabe el número de personas que viven en el país y no mucho más tras la primera experiencia en formato digital.

Las autoridades del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) habían prometido que la información estaría disponible en forma progresiva durante todo el año después de confirmar, en enero pasado, que hay 46.044.703 habitantes en la Argentina, un millón menos que los informados el año pasado. Cuando se lanzó el Censo 2022 se había prometido que 90 días después del relevamiento del 18 de mayo estarían los resultados básicos preliminares, ocho meses después los resultados básicos definitivos y 13 meses después, es decir en junio pasado, los resultados ampliados definitivo. Pero nada de eso ocurrió.

Los problemas con la difusión de los datos comenzaron al poco tiempo de realizado el censo. Tres meses después el Indec publicó en su página web que continuaba trabajando en el procesamiento de los resultados debido a que “por motivos diversos, un porcentaje de habitantes de las viviendas que respondieron el censo digital no fue incluido y, por lo tanto, no permite reflejar íntegramente los totales preliminares de la población existente en cada una de las jurisdicciones del territorio nacional”.

Sin embargo, recién en octubre del año pasado reconocieron que hubo errores en el procesamiento de los datos. “No se difundieron en la fecha prevista porque un número significativo de planillas resumen que se completaron el día del censo no cumplen los estándares de calidad suficientes”, indicó, en un largo hilo de X, el titular del Indec, Marco Lavagna.

El último compromiso había sido presentar otros ocho informes, además del de las condiciones habitacionales, en forma progresiva hasta fin de este año. Los temas pautados eran estructura de la población por sexo y por edad, migración, identidad de género, afrodescendencia, pueblos originarios, educación, fecundidad, y salud. Entonces, ¿cuándo estarán los resultados definitivos?

“Estamos próximos a la publicación de los resultados”, respondieron fuentes oficiales del Indec ante la consulta de LA NACIÓN sin hacer mención a las razones del retraso. “¿Si esto será antes de fin de año? Sí, prevemos que sea así”, afirmaron. Desde el organismo explicaron que “se está finalizando el control de más de 5.000 tabulados que incluye la revisión de estilo de cada cuadro para la presentación final de toda la información en un esquema de publicaciones digitales”.

La información indica que todos los datos censales se publicarán “en informes temáticos, en archivos XLSX (Excel) y en el geoportal estadístico del Indec para que puedan visualizar los datos georreferenciados con sus respectivos metadatos”.

Datos conocidos

Hasta acá se sabe que entre 2010 y 2022 hubo un aumento del 14,8% de la población que pasó de los 40.117.096 a los 46.044.703. La cifra actual final está compuesta por 23.690.481 mujeres (51,76% del total), 22.072.046 hombres (48,22%) y 8293 (0,02%) que se identificaron como personas no binarias, un dato que se registró por primera vez gracias a la incorporación de la “X” en los formularios. El número más alto de población que se identifica como “no binaria” se registró en Tierra del Fuego, con un 0,09%, mientras que en Chaco y La Pampa ninguna persona optó por esta opción censal.

Tener información sobre la composición de la población y sus características es importante para diagramar políticas públicas en todo el país, dar prioridades a determinadas zonas de acuerdo con sus necesidades y establecer planes de acción en salud, educación, el déficit de viviendas, entre otras variables.

La composición habitacional de todo el país fue el único informe definitivo que se presentó y concluyó que la cantidad de viviendas propias en la Argentina cayó más de siete puntos porcentuales entre los dos últimos censos. En 2010 la cifra reflejaba que casi el 73% de esas viviendas eran propias y en 2022 ese número bajó al 65,5%. El dato a nivel país confirma la tendencia de descenso histórico porque también había bajado entre 2001 y 2010 al pasar de 74,9% a 72,9% cuando había 13.835.751 viviendas totales.

El año pasado también se concluyó que 45.767.858 personas residían en viviendas particulares (un incremento del 15,3e% respecto de 2010) y 273.883 en viviendas colectivas (una disminución del 37,9%). En situación de calle se contabilizaron 2962 personas.

La ciudad de Buenos Aires tiene el porcentaje más bajo de viviendas particulares ocupadas donde viven una o más personas que son propietarias, con el 52,9%. Aunque en el análisis se deben tener en cuenta las viviendas que están cedidas por trabajo, prestada o en otra situación (usurpadas, vacías, en proceso de sucesión, etc.), se deduce que la mayoría de las unidades se encuentran en alquiler.

Entre 2010 y 2022 la Ciudad aumentó casi un 8% su población al sumar 230.461 habitantes y pasar de los 2.890.151 censados hace 13 años a los 3.120.612 contabilizados en 2022. Esta cifra sigue ubicando a la ciudad de Buenos Aires como la jurisdicción más poblada del país si se la compara con La Matanza, el partido con más habitantes (1.837.774), o Córdoba capital, el segundo departamento con mayor cantidad de personas (1.565.112).

La provincia de Santiago del Estero, con 83,7%, tiene el mayor conglomerado de inmuebles propios, al igual que en el norte y noroeste, ubicándose por encima de la media nacional: Chaco, 75%; Jujuy, 73,7%; Tucumán, 73,7%; Formosa, 73,1%; y Corrientes, 70,3%. En el otro extremo aparecen Tierra del Fuego (55,9%) y Santa Cruz (57,8%).

En lo que respecta a servicios públicos, en toda la Argentina en el 84,5% de las viviendas particulares se usa agua para beber o cocinar proveniente de la red pública, es decir, que alrededor del 15% restante no tiene acceso a agua potable por razones de precariedad o falta de conexión. Solo el 62,6% de los inmuebles ocupados tienen cloacas y en el 58,4% se utiliza gas o electricidad de red para cocinar. Cloacas y gas o electricidad son dos servicios básicos que tuvieron un leve incremento desde 2010 cuando fueron del 53,77% y del 57,4%, respectivamente.

Se espera, entonces, que en los próximos dos meses se vaya conociendo la información pendiente que había sido prometida por las autoridades del Indec. Los tiempos de difusión, insisten, son los acordes a los modelos de otros países que también implementaron el censo digital, como ocurrió en la Argentina. La primera experiencia en el país fue un anticipo de lo que vendrá en el próximo relevamiento que, se prevé, hacerlo 100% digital.

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