Cementerio de Malvinas: el Gobierno quiere analizar nuevas tumbas de soldados argentinos
El Gobierno negociará un ampliación del acuerdo humanitario que permitió identificar 100 tumbas de los soldados argentinos enterrados en el Malvinas sin nombre. La idea es poder avanzar con el análisis de otras tumbas cuyos cuerpos no fueron analizados y que se sospecha que estarían mal identificados.
Así lo anunció hoy Claudio Avruj, el secretario de Derechos Humanos. La negociación será el 20 y 21 de noviembre en un viaje que realizará a Ginebra para revisar junto a la Cruz Roja y el gobierno de Gran Bretaña el funcionamiento del acuerdo. La idea es sumarle una adenda que permitiría nuevos trabajos de exhumación.
El problema se generó por una denuncia judicial que apunta a que cinco tumbas que tienen lápidas con los nombres de 12 soldados no albergan los cuerpos de los combatientes mencionados allí. Estas tumbas no fueron analizadas en primer trabajo realizado por el equipo encabezado por la Cruz Roja. Es lo que se busca subsanar con este nuevo acuerdo, que implicaría un nuevo viaje de los expertos a Malvinas.
Viaje original
En el marco del acuerdo original, un equipo con especialistas de varios países viajó en junio de 2017 a Malvinas para exhumar los cuerpos que carecían de indentificación y les confeccionó una ficha, que incluía muestra de ADN, que luego comparó con el banco de datos de familiares que tenían un soldado caído en Malvinas y sin identificar. Ese trabajo ya entregó 100 resultados positivos. Muchas de esas familias viajaron a Malvinas en marzo de este año para estar en la ceremonia donde se inauguraron las nuevas placas identificatorias.
El alivio de estas familias responde al trabajo de muchas personas, pero tiene un gran responsable: Julio Aro. Como soldado conscripto había peleado en la guerra y en 2008 volvió a Malvinas. La leyenda "Soldado argentino solo conocido por Dios" lo angustió. "Podría haber sido yo", dice. Como los soldados en todos los conflictos, llevaba una chapita colgada del cuello donde debería haber estado grabado su nombre, pero por la falta de previsión de las Fuerzas Armadas Argentinas muchos no la tuvieron. La de Aro solo tenía el escudo de su división, y él escribió su nombre en un papel y lo pegó con cinta adhesiva. "Con el clima de las islas, ese papel no duró ni un día", dice.
Aro fundó la ONG No me Olvides y comenzó a batallar para ponerle nombre a esas tumbas. Su primer gran avance llegó gracias a un inglés, Geoffrey Cardozo, el militar británico que tuvo a su cargo la dura misión de recoger los cuerpos de los soldados argentinos esparcidos en los campos de batalla y de exhumar aquellos que se encontraban en tumbas de guerra para darles digna sepultura en el cementerio de Darwin. Aro se reunió con él en Londres y se fue con un informe pormenorizado que Cardozo había elaborado durante su trabajo en Malvinas. Estaban los datos de todos los caídos, incluso aquellos que no había podido reconocer, e incluía dónde los había encontrado y en qué tumba estaban enterrados. Allí comenzó la tarea.
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