Cecilia Roth: "Hay que tener menos miedo de dar amor"
En 2013 hizo teatro todo el año y estrenó dos películas en cine; ahora llevará Una relación pornográfica a Mar del Plata; a pesar de su intensa actividad, la actriz está muy involucrada con la búsqueda interior
Hizo una impasse en el Complejo La Plaza, pero no por mucho tiempo. Cecilia Roth se prepara para el debut en Mar del Plata de Una relación pornográfica, la obra del francés Philippe Blasband que la tuvo como protagonista todo el año, junto con Darío Grandinetti y que enriqueció la cartelera porteña. Aunque parezca raro, esta actriz argentina ganadora de dos Goya como Mejor Actriz y que Almodóvar adoptó como propia, nunca hizo temporada allí.
Pisará por primera vez las tablas del Teatro Corrientes, con funciones de miércoles a domingo y hará del hotel Costa Galana su casa durante el verano. Antes de su llegada encontró un hueco en su agenda de diciembre, cargada de citas para encuentro con amigos y afectos, para contar sobre ella en una charla que la muestra cinto por ciento reflexiva.
–¿Cómo te preparás para el debut en Mar del Plata?
–Es mi debut allí y también la primera vez que hago gira con un espectáculo.
Esta obra funcionó muy bien desde el comienzo y como es una historia muy transportable, Mar del Plata será la previa de una gira más extensa por algunas provincias de la Argentina y países de América latina después del verano.
–Grandinetti fue el compañero de 2013.
–¡ Sí! Nos conocemos de toda la vida, pero recién este año trabajamos juntos por primera vez. Antes de 2013 habíamos hecho alguna cosita en Atreverse, de Doria, pero nada más. Con Darío fue así: pasamos de un Matrimonio (película que estrenaron en marzo de este año) a Una Relación pornográfica (risas).
–¿Abajo del escenario cómo te relacionás con la gente?
–Siempre tuvimos un vínculo muy respetuoso. La gente que se acerca siempre lo hizo con muy buena onda. Es cierto que muchas veces no quiero ser reconocida y entonces no me reconocen. Yo en el supermercado, en la vida normal, me ocupo de pasar inadvertida. No puedo sentirme permanentemente el centro de atención y me respeto. Comencé a trabajar desde muy chica y siempre tuve perfil muy bajo.
–¿Te sentís cómoda viviendo en la Argentina?
–Ehh (dudas). Yo tengo la suerte de moverme mucho. Este año menos por la obra, pero igual viajé a España para el estreno de la película de Almodóvar (Los amantes pasajeros). Este movimiento te da otro aire. Yo siento que la Argentina es mi país, mi hogar, pero también sé que puedo vivir en cualquier lugar del mundo. No tengo ningún problema con las fronteras.
–¿Tu cable a tierra?
–Hice siempre y sigo haciendo terapia (ahora diferentes). Ya no creo que uno solo cambie las cosas con la cabeza, hay mucho de lo espiritual que es intangible, pero que está y puede ayudar a vernos y a modificar aquellas cosas que nos hacen mal y perjudican a la gente que amamos. Con los años es una obligación hacerse cada vez más consciente de uno mismopara no hacerse ni hacer daño. Puede parecer un lugar común, pero hay que tener menos miedo de dar amor. Aunque suene cursi, con el tiempo uno se da cuenta de que lo único importante son los vínculos, la gente que dejó huella en uno y esa otra en la que dejaremos huella nosotros.
–¿Cómo te cuidás?
–Hago yoga ashtanga desde hace muchos años. Tuve varios períodos con la meditación. Creo que es un excelente ejercicio con uno mismo tomarse el tiempo para respirar y encontrar su propio eje. Trato de tomarme tiempo para que la vida no se me vaya de las manos como si fuera agua. Quiero que cada momento que vivo con la gente que quiero tenga peso y esté en el recuerdo para siempre.
–¿Esto se te hizo más fácil con los años?
–Ahora me lo tomo como un objetivo y un deseo. Eso no quiere decir que siempre lo logre. Me parece importante aprender a no angustiarte cuando no podés. Pero todos deberíamos tomarnos el trabajo de encontrarnos, saber quiénes somos y saber qué vinimos a hacer por estos lares.
–¿Sos solitaria?
–No especialmente, pero disfruto de la soledad. Quizá porque por otro lado me siento muy acompañada, aunque no esté con gente todo el tiempo.
–¿ Estás en pareja?
– No tengo en este momento un proyecto de pareja. Uno no puede imponerse cosas que no suceden. He tenido momentos en los que me resultaba muchísimo más fácil enamorarme. ¡Sucedía! La adolescencia de un hijo es algo que te ocupa mucho espacio. A mí por lo menos (habla de Martín, el hijo que tuvo con Fito Páez).
–¿Lo viste grande de repente?
–Por mi manera de ser nunca mi hijo podría haberse vuelto un señor grande sin que yo me diera cuenta. Hay un momento (y creo que a mí también me pasó a los 14 años) que él empezó a sentirse más capacitado para hacerse cargo de su propia cotidianidad. Estamos atravesando justo por eso. Trato de no invadir, de no ser hincha. Pero bueno..., creo que los adolescentes nunca hacen lo que les decís, sino lo que ven. Trato de mostrarle lo mejor de mí y esto implica tomarse un tiempo e involucra una reflexión permanente.
–¿Qué virtudes reconocés en vos?
–Me gusta compartir la vida. Me encantaría vivir en comunidad, cada uno con su espacio privado, pero a la vez con un gran espacio comunitario. Creo no ser intolerante, intento siempre ser justa y soy muy bancadora: de mucha paciencia con la gente que amo. Y lo que seguro también soy es buena amiga de mis amigos.
–¿Lo que no te gusta ?
–Estoy un poco fóbica, un poco obsesiva compulsiva, controladora y muy exigente conmigo y con los demás. Lo bueno de los años es que te conocés más y todo lo tomás con un poco más de humor.
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