Caso Solange. El obispo de Córdoba pidió que "estas situaciones no se repitan más"

CÓRDOBA.- El caso de Solange Musse, la joven con cáncer que murió sin poder reencontrarse con su papá por la aplicación a rajatabla del protocolo del coronavirus en Córdoba, llegó a la homilía del obispo de esta provincia, Carlos Ñáñez. En su discurso, pidió esta mañana que no se repitan situaciones como esta, que conmovió al país.

"Nos unimos al dolor de la familia de Solange Musse, fallecida recientemente sin que su papá pudiera despedirla. Pedimos por su eterno descanso, por sus seres queridos y pedimos a las autoridades que, situaciones de este tipo, el no poder despedirse de los seres queridos, no se repitan más entre nosotros", dijo Ñáñez al terminar su homilía dominical, que se transmite por las redes.

El obispo se sumó así a una cuestión que profundizó el debate en la Argentina sobre el límite entre el ejercicio de las libertades individuales y las disposiciones del Estado en medio de la pandemia por el Covid-19.

Precisamente a ese punto se refirió Solange en la última carta que escribió dos días antes de morir: "Siento tanta impotencia de que sean arrebatados los derechos de mi padre para verme y a mí para verlo. ¿Quién decide eso si queremos vernos? Acuérdense, hasta mi último suspiro tengo mis derechos, nadie va a arrebatar eso en mi persona".

Pablo Musse, padre de Solange, no pudo entrar hace una semana a Córdoba después de viajar desde Neuquén. Dos tests de Covid-19 positivos "sospechosos" causaron que en Huinca Renancó, en el sur provincial, lo hicieran regresar junto a su cuñada discapacitada motriz. Su hija murió este viernes a la mañana sin verlo.

Llegó ayer para el velorio, después de presentar un amparo y recibir la respuesta positiva de la Justicia Federal. Las autoridades cordobesas insistieron en que cumplieron el protocolo. "Si le permitíamos el ingreso, poníamos en riesgo a la población de Alta Gracia", definió Claudio Vignetta, del Centro de Operaciones Estratégicas (COE).

Hace un mes Ñáñez –un obispo de perfil bajo- dijo que la Argentina sufre "un virus tan o más grave que el coronavirus: el virus de la corrupción". Con 21 años como arzobispo en esta provincia, suele evitar pronunciarse públicamente sobre temas conflictivos.

Iniciativa

La Red de Cuidados, Derechos y Decisiones en el final de la vida, que depende del Conicet, busca impulsar un protocolo que permita a familiares despedirse de enfermos terminales por coronavirus, según anunció hoy una de sus miembros en el reporte del Ministerio de Salud de la Nación.

"Desde la Red lo que queremos es desarrollar protocolos para que el acompañamiento humanizado sea posible y las despedidas y los rituales funerarios tengan un lugar", aseguró Graciela Jacob, médica paliativista, quien agregó que "por cada persona que muere el impacto (que produce) está calculado en seis personas más entre su familia y su entorno afectivo". De esa manera, agregó "si ustedes multiplican por seis los números que tenemos a diario sabremos que tenemos un problema de salud pública".

"Los pacientes tienen derechos a tomar decisiones, a estar acompañados y a expresar sus voluntades, y en esta pandemia hay cierta condición entre los derechos y lo que el sistema tiene que ofrecer en función del aislamiento. Por eso, entendemos que tenemos que desarrollar protocolos que puedan cuidar a todos, al personal de salud, a los pacientes, y que puedan cuidar a los familiares que se puedan acercar para despedirse", señaló la integrante de la red que depende del Conicet, de acuerdo con lo publicado por la agencia Télam.

Al referirse a las muertes ocurridas en el contexto del aislamiento, Jacob aseguró: "En estos días hemos escuchado historias muy desgarradoras, historias en las cuales alguien no se pudo despedir, historias donde madres ancianas quedaron aisladas, donde familiares no se pudieron despedir de sus seres queridos y algunas veces ni siquiera pudieron ver el cuerpo de su familiar fallecido. Estas muertes en aislamiento, en soledad, casi desaparecidas del entorno familiar, son muertes que se cursan con muchísimo sufrimiento para la familia y es un impacto para la sociedad".

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