Caso María Soledad Morales: Guillermo Luque quedó en libertad
La jueza de ejecución penal Alicia Cabanillas le otorgó el beneficio tras haber cumplido los dos tercios de la pena de 21 años por el crimen de la joven catamarqueña; "Soy un inocente que estuvo preso", dijo al salir de los tribunales
Guillermo Luque, detenido hace 14 años por el crimen de la estudiante María Soledad Morales, ocurrido en 1990, en Catamarca, obtuvo hoy la libertad condicional.
La jueza de ejecución penal Alicia Elizabeth Cabanillas accedió a concederle este beneficio por haber cumplido, con buen comportamiento en prisión, los dos tercios de la condena que se le aplicó en febrero de 1998.
La magistrada basó su decisión en una serie de informes de las autoridades carcelarias y judiciales. El único detenido en la actualidad por el asesinato completó ayer 14 de los 21 años de prisión a los que fue condenado por la Cámara Penal, que lo encontró responsable del delito de "violación seguida de muerte".
En un breve contacto con la prensa al salir de Tribunales, Luque anunció que dará una conferencia de prensa, pero señaló que lo primero que hará es "encontrarse con los afectos". Y dijo: "[soy] un inocente que estuvo preso"
El hijo del ex diputado nacional Angel Luque, representante en el Congreso desde mediados de la década del 80 de la hasta entonces poderosa dinastía de la familia Saadi, ya gozaba en la actualidad de salidas laborales.
Desde abril de 2003 hasta ayer, el hombre, de 44 años, dividía su jornada entre su trabajo en una escribanía y estudio jurídico de San Fernando del Valle, la capital del distrito cordillerano, y el descanso por la noche en La Granja del Servicio Penitenciario.
El pedido. El abogado de Luque, Oscar Eduardo Romero, solicitó el beneficio liberatorio en función del cómputo de la pena, favorecido por la excelente conducta que tuvo durante el cumplimiento de la sentencia.
Al respecto, los dos abogados de la familia Morales, Sergio Túa y Luis Segura, consideraron que "la ley favorece a Luque porque cumplió los dos tercios de la condena estipulada y ante ello no hay ninguna posibilidad de recurrir o apelar", porque la norma procesal en ese sentido "es muy clara".
"Soy respetuosa de lo que la Justicia disponga". Horas previas a conocerse la decisión de la justicia catamarqueña, Ada Morales -la madre de la estudiante que tenía 17 años cuando el 10 de septiembre de 1990 apareció muerta, semidesnuda, con el rostro desfigurado, los músculos del cuello desgarrados y con evidentes signos de haber sido víctima de abuso sexual a la vera de la ruta de acceso a la capital provincial- anticipó a la agencia Télam que no iba a impedir que Luque saliera en libertad y que sería "respetuosa" del proceso.
"Esta noticia nos destruyó a toda la familia. Un día negro, me causó impotencia y bronca, pero soy respetuosa de lo que disponga la Justicia, pese al dolor inmenso que siento. Si Guillermo Luque y Luis Tula [condenado junto con aquel a nueve años de cárcel, ya liberado] vinieran a pedirme perdón, sería demasiado tarde", expresó.
La madre de la estudiante asesinada dijo, también, que tiene "la esperanza de que algún día diputados y senadores cambien las leyes, y que si se tienen que cumplir 21 años de cárcel completos, que sea así".
Tras conocerse lo decidido por la Justicia, la mujer sostuvo: "Ahora viene lo más duro para mi familia. Todos saben lo que pasó pero me duele que no tengan arrepentimiento. Luque cayó, los otros quedaron calladitos, nunca hablaron. Que no vengan a decir que es un crimen politico. ¿Por qué Saadi no los entregó? Jamás imaginaron que el pueblo iba a decir basta y salir a pedir Justicia ¿Cómo no van a llenarse la boca si han ido borrando las pruebas? Yo preferiría no encontrarme con ninguno de ellos porque eso sería como recibir otra puñalada"
El crimen. María Soledad Morales desapareció el 8 de septiembre de 1990 después de haber participado de una fiesta para recaudar fondos para el viaje de fin de curso. La joven concurría a 5° año del Colegio del Carmen y dos días después fue encontrada sin vida en la zona conocida como Parque Daza, a unos siete kilómetros de la capital catamarqueña, con el rostro destrozado.
Desde ese día, la familia Morales comenzó un largo camino para pedir justicia por lo ocurrido. Los integrantes de la comunidad educativa a la que concurría, liderados por la hermana Martha Pelloni, junto a vecinos implementaron las denominadas marchas de silencio, que fueron determinantes para que el entonces presidente de la Nación, Carlos Menem, dispusiera la intervención de la provincia que estaba gobernada por Ramón Saadi. También le costó el cargo al padre de Guillermo, el entonces diputado nacional Ángel Luque, que fue echado del Congreso por sus pares, por las declaraciones que realizaba sobre el tema.
En 1998, tras un segundo juicio, Luque fue condenado a 21 años de prisión como autor del homicidio y violación de la chica, mientras que Tula recibió una pena de 9 por ser considerado partícipe secundario del delito de violación.
Con la colaboración de Patricia Carrizo