Casa Rosada: el Gobierno no está de acuerdo con varias reformas que hizo Mauricio Macri
"Es un desastre", fue lo primero que dijo el presidente Alberto Fernández al asumir e ingresar a la Casa Rosada para sorprenderse con un edificio en obra. Si bien el impacto fue negativo, y muchos supusieron que paralizaría los trabajos, el mandatario le encomendó a un equipo de expertos evaluar con detenimiento el Master Plan Casa Rosada Siglo XXI lanzado por su antecesor, Mauricio Macri. Dentro 15 días los especialistas elevarán al Ejecutivo un informe que consigne con qué proyectos consideran se deberá continuar y cuales sería conveniente frenar, ya sea por innecesarios o por su elevado costo.
"El presidente nos pidió racionalidad, sensatez y precisión para poder efectuar una correcta evaluación. Es muy pronto para tomar cualquier tipo de decisión", dijo a LA NACION una alta fuente gubernamental durante una recorrida por las cuatro plantas del edificio, en la cual el funcionario mostró cómo gran parte del edificio está cubierto de andamios y escombros. "No se suspendió ningún proyecto, la gente sigue trabajando como siempre", dijo la fuente, en relación a los 70 obreros ubicados en diferentes sectores del centenario edificio, Monumento Histórico Nacional. En tanto, en una de las oficinas, desde hace dos semanas el nuevo equipo liderado por un ingeniero efectúa un relevamiento fotográfico, analiza licitaciones anteriores y escucha opiniones de los expertos en patrimonio.
Una de las cosas que más llama la atención es que en el segundo piso hay un improvisado galpón con cientos de obras de arte arrumbadas, provenientes de pasillos, despachos, halls y del Museo del Bicentenario, también en obra. Si bien algunos funcionarios ya eligieron algunas de estas pinturas para decorar sus despachos, el depósito aún contiene desde cuadros de Benito Quinquela Martín hasta los sillones Luis XIV dorados a la hoja utilizados por el General Roca, pasando por el ropero de Hipólito Yrigoyen. El edificio alberga un total 12.000 piezas de valor patrimonial.
Transitar por Casa Rosada, un inmueble de 25.000 metros cuadrados cubiertos, no es fácil. Uno de los ascensores, llamado Carpani por estar al lado de una escalera que antes lucía cuadros de ese artista, está inhabilitado. Hay un sólo un elevador funcionado, un montacargas utilizado tanto por empleados como por visitas y proveedores. Pero dado que circulan más de mil personas a diario por el edificio, el montacargas generalmente está completo y mucha gente debe subir por una pequeña y oscura escalera de servicio ubicada al lado.
La escalera histórica ubicada cerca de Balcarce 50, fue desmantelada a principios del 2019. En su lugar se construye otra de hormigón, presurizada, de escape. La antigua, cuya desaparición alarmó al nuevo mandatario, data de 1890 y según revelaron los funcionarios sus piezas de mármol de Carrara se encontrarían inventariadas y depositadas junto con algunos muebles descartados por la gestión anterior en el predio de Tecnópolis, Villa Martelli. Según explicaron, Macri prefería el mobiliario de oficina, tal es así que hasta a la Sala de Periodistas se le añadieron varios tabiques divisorios de durlock.
Si bien la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos aconsejó conservar la escalera histórica, Presidencia decidió eliminarla aduciendo que estaba emplazada en el único lugar en el cual se podía construir una escalera de escape.
Respecto al ascensor Carpani, nunca fue reparado. Hubo intenciones de demolerlo para crear un único y flamante núcleo central con tres elevadores vidriados, que llegaría desde el primer subsuelo hasta la terraza, desde la cual el público podría observar el llamado Eje Cívico de la Ciudad, la traza por Avenida de Mayo hasta el Congreso. Sin embargo, apenas se ingresa por Balcarce 50 uno se topa con un gran obrador cubierto por una loneta, encima del pozo destinado a ese nuevo ascensor cuyo proyecto fue interrumpido, ya que al cavar hallaron restos arqueológicos del Palacio de los Virreyes. De todos modos, el futuro del aparato genera dudas entre los expertos. "Tendría 20 metros de altura y cables de acero, lo cual impactaría en la visual. Además, sería muy costoso de mantener", explicó la fuente.
En los temas que sí ya recibieron instrucciones fue en recuperar cuanto antes la Biblioteca Histórica y el Salón de las Mujeres. En el primer caso fue desmontada para construir sanitarios, y en el segundo le añadieron también pequeñas oficinas, que serán retiradas. Además, se decidió discontinuar la huerta hidropónica orgánica para comedor de empleados, al tiempo que colocaron varios aparatos de Split, luego de que el presidente se quejara de que Casa Rosada adolecía de un buen sistema de aire acondicionado.
Otro de los sectores en reforma es el subsuelo. Allí, se interviene el Museo del Bicentenario, la Casa Militar y el Salón Azul, al que la anterior gestión despojó de cuadros y pintó de blanco. Además, se eliminó una de las dos lucarnas, la histórica, para construir un nuevo espacio vidriado.
Un Master Plan a medias
"Nos gustaría mostrarle los trabajos que hicimos al primer mandatario. Vale la pena continuar con ellos", dijo la arquitecta Marité Berdascó, encargada del Master Plan iniciado en el 2015, y proyectado por la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires. Según el informe elaborado en ese momento, las dependencias de la Presidencia de la Nación y los edificios emblemáticos de la Casa Rosada y la Residencia de Olivos se encontraban "en un estado de descuido general, que suponían además un riesgo para las personas que trabajan en cada uno de ellos."
La Primera Etapa de reformas en Casa de Gobierno comprendió el 2º piso, con una superficie de 2.100m2, que hallaron "en estado de demolición, con espacios subocupados que implicaban un serio riesgo de seguridad debido a las instalaciones obsoletas", consigna el estudio. Estas tareas tuvieron un costo de 45 millones de pesos y facilitaron la incorporación de espacios de trabajo.
La Segunda Etapa abarca los sanitarios, la terraza y el núcleo de ascensores. Estaba previsto que finalizara en noviembre pasado, pero continúa en ejecución. La Tercera Etapa, con un costo de 60 millones de pesos, fue suspendida directamente por la gestión anterior. Consistía en efectuar arreglos en la terraza y en las oficinas.
El presupuesto inicial del Master Plan fue de 285 millones de pesos. Hubo un avance del 45 por ciento, con lo cual resta continuar con el 55 por ciento de las obras proyectadas por 180 millones de pesos, cifra que probablemente deba ser actualizada debido al aumento de costos, explicó la arquitecta.
Faltaría una definición sobre qué va a pasar con las fachadas de la Casa Rosada, un edificio de estilo ecléctico, que sufrió varias reformas a lo largo de la vida. A simple vista se observan grietas exteriores, que el tono rosa de la pintura no es similar en los cuatro frentes y que sobresalen las mangueras de los nuevos aires acondicionados, pintadas de rosa para disimularlas. Sólo el tiempo dirá si algún día habrá una puesta en valor integral, y si este icono arquitectónico de Francisco Tamburini es capaz de trascender con su todo su esplendor a los sucesivos gobiernos.
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