Carnaval en el mar. El frío inusual no frenó la ola de turistas que desembarcó en Pinamar y Cariló
Abrigados y con la esperanza de que mañana suba la temperatura, los visitantes no se amilanaron frente al tiempo, que ayer estuvo nublado y con algunos chaparrones; desde mañana empieza a volver a subir el termómetro
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PINAMAR.- ¿Vacaciones de invierno? Quizás suene exagerado. ¿Fin de semana largo de agosto? Casi casi calcado. Porque el último de octubre al menos permitió estrenar trajes de baño, lejos de los buzos, camperas y capuchas que se ven sobre la playa en vísperas de estos feriados de Carnaval que parecen escapados de mitad de año. Un febrero irreconocible, helado, que durante estos últimos días anduvo cerca de hacer historia con las marcas térmicas más bajas para la estación.
Y aun así, hay una abrumadora ola de turistas en la costa atlántica. Abrigados, desafiantes frente a los nubarrones, padecieron importantes demoras en las rutas, pero aquí andan, dejando sus huellas en la arena y con algunos aventurados dispuestos a caminar con los pies hundidos en el mar.
“Abrigo traemos siempre, lo que tuvimos que comprar fue una carpita para hacernos de un poco de reparo del viento que congela”, dicen Santiago y Mora, de Banfield, con “Dibu”, su caniche, dormido entre la mochila y el bolso del mate. “Hay que aguantar porque va a mejorar, mañana hay playa de verdad”, dicen, confiados en pronósticos que anticipan una mejora que entre domingo y lunes llevaría la temperatura casi hasta los 25°C.
Más de 90% de las plazas hoteleras están ocupadas en este distrito, con Cariló casi a pleno en sus servicios de alojamiento y casas con actividad, unas con inquilinos y mayoría por propietarios. El panorama es bastante parecido en el resto de las principales localidades balnearias del frente marítimo bonaerense.
Creer o reventar: cuando al verano todavía le queda más de un mes, en los hoteles debieron apurar la apertura de grifos de los radiadores de las habitaciones y espacios comunes. Los equipos de aire acondicionado cambiaron su misión de época para pasar a modo calefacción y en los grandes chalets el humo en las chimeneas delató el uso del encantador recurso de emergencia que resulta el encendido de la estufa a leña del living.
El mal tiempo fue una constante en todo este sudeste bonaerense desde mediados de esta semana, con chaparrones importantes y por sobre todo muy bajas temperaturas, con sensación térmica de un dígito por la influencia de fuertes ráfagas que soplaron desde el sudeste.
“Es tiempo de locos: el fin de semana pasado vivimos acá todo el calor, con más de 35°C, y ahora este frío”, cuentan a Juan Rodano y Valeria Pérez, que vinieron por poco más de una semana desde San Juan con su hijo, Vito. Y a pesar de los nubarrones, están en la playa. “Encontramos acá un lugar hermoso, las playas más lindas, pero también precios bastante salados”, dicen a LA NACIÓN sentados sobre una lona tendida en la arena, a la altura de Avenida Shaw y la costa, de cara al mar.
Ven pasar por la orilla a cientos de visitantes que, pese a los nubarrones, apuestan a la playa. Caminan, se sacan fotos, toman mate, leen o juegan con alguna pelota. “Si tenía gorros de lana capaz que hoy tenía más suerte”, bromeaba una vendedora ambulante que ofrecía bikinis a precios de liquidación de temporada.
Hoteleros, propietarios de inmobiliarias y comerciantes gastronómicos saben que este fin de semana largo marcará el cierre de lo mejor de esta temporada. Pero también tienen claro que quizás, por volumen de arribos y perfil de consumo, estén en marchas los tres o cuatro días de mejor rendimiento económico del verano.
La playa entusiasmó poco antes del mediodía, cuando hubo un primer ratito de sol. La otra cuota, breve, recién llegaría a media tarde, cuando la merienda en confiterías y los paseos de compras parecían mejor opción.
El pronóstico meteorológico anticipa para este domingo una mínima de 10°C y una máxima de 26°C. Y la temperatura irá en ascenso hasta llegar al martes, cierre del fin de semana largo, con pico de 29°C.
Todo ocupado
Cariló fue una muestra del maltrato climático que tuvo la zona. Los accesos al balneario, todos de tierra, tenían verdaderas lagunas en sus principales tramos. Tanto que antes de mediodía se restringió el tránsito por la calle de ingreso desde Ruta 11 donde tuvo que trabajar una pala mecánica para emparejar esa superficie y cubrir los principales baches.
Aquí aseguran que salvo alguna excepción, casi seguro por alguna cancelación de reserva de último momento, no hay disponibilidad en hoteles y complejos de apartamentos al menos hasta el próximo miércoles.
Con capacidad completa en su complejo Ville Saint Germain, Nelson Valimbri asegura a LA NACIÓN que no tenían que prender calefacción en los apartamentos desde hacía cinco años, cuando una sudestada enfrió aquel verano. “Lo que creo que no nos había pasado nunca es pasar de 35°C a 7°C en tres o cuatro días”, comentó.
“Sabíamos que iba a hacer frío, pero ya habíamos alquilado con anticipación”, explican Fiorela Dolcemáscolo y Bernardita Roubio, que con familiares se aprestaban para un almuerzo tardío en una hamburguesería, acomodados estratégicamente en una mesa exterior inmediata a las estufas encendidas. “Va a estar lindo y los próximos días disfrutaremos de la playa”, aseguraron.
En los locales de ropas de abrigo aseguraron que no hubo grandes ventas, pero sí admiten que salvaron más de una emergencia. También desde la gastronomía estuvieron atentos al frío. En El Alemán, sobre la avenida Espora de Valeria del Mar, el plato del día de este sábado congelado fue un muy calórico guiso de lentejas.
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