Carlos Torrendell hizo su primera aparición pública como secretario de Educación: su visión para la gestión y el libro que lo ayudó a sanar
Participó hoy del XVI Foro de Calidad y Equidad Educativa “Rumbo al Futuro, la educación que necesitamos”, que organizó Educar 2050
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Fue su primera presentación pública como secretario de Educación, aunque el ámbito le era conocido. Carlos Torrendell participó esta mañana del XVI Foro de Calidad y Equidad Educativa “Rumbo al Futuro, la educación que necesitamos”, que organizó Educar 2050 en el auditorio de la Fundación Telefónica. Evitó dar definiciones políticas, aunque sí dio algunas pinceladas de cuáles van a ser las claves de su gestión: aprender de las buenas prácticas educativas y apalancarse en las reformas por fuera de radar, las más pequeñas que no chocan con la limitación del presupuesto, para sacar a la educación del cono del miedo y llevarlo a “la aventura”, como él mismo dijo.
Ante un auditorio de mayoría de especialistas en educación, con figuras como Axel Rivas, profesor, y director de la Escuela Educación de la Universidad de San Andrés, (quien en 2020 presidió el Consejo Nacional de la Calidad de la Educación, que integró Torrendell junto a otros especialistas), Alejandro Morduchowicz, especialista en Economía y financiamiento en educación, que después participaron de un debate sobre las prioridades de los próximos pasos en materia de la educación. Incluso el director de Educar 2050, Manuel Álvarez Tronge.
Torrendell fue breve en su presentación y no se quedó a presenciar el resto del debate. Cuando tomó la palabra se disculpó por tener que retirarse: “Sabrán disculparme”, dijo. Pero sus primeras palabras como secretario de Educación dieron una línea de su visión para la gestión.
“Siempre es lindo ver cómo estas iniciativas son lugares no endogámicos, un concepto importante para la escuela. La Argentina se construye, como diría Eduardo Mallea, con esa Argentina invisible, la que va haciendo cosas pequeñitas que nadie valora, pero es lo que mantiene a nuestro país en pie pese a todo. Hay que poner en valor esa artesanía de lo cotidiano que nosotros mismos muchas veces no valoramos. Pongámosle un valor”, dijo Torrendell.
Después, hizo foco en rescatar y valorar las experiencias educativas que dieron buenos resultados, aunque sean pequeñas pero generan grandes impactos a nivel micro. “A los periodistas yo les digo siempre, no con ánimo de retarlos, sino de estimularlos: ¿por qué no hacen en los grandes diarios un cuarto de página por semana de una buena práctica educativa? ¿Es tan difícil? ¿Por qué en la educación son siempre malas noticias? Quiero impulsar esa idea de poner en valor lo cotidiano, también en lo público”, dijo.
“Si estamos todo el día hablando de todo lo que anda mal, nadie aprende a hacer las cosas bien. Para aprender hay que hablar de lo que hay que mejorar, de los errores, pero también hay que conocer buenas prácticas. Entonces, dediquémonos a hacer públicas las buenas prácticas”, apuntó Torrendell.
El secretario estaba hablando de algo que varios especialistas señalan que es importante para las primeras acciones de Gobierno en materia de educación, que en el contexto de reducción de presupuesto pone en duda cómo generar las reformas que el sistema educativo requiere. Ahí es donde se apunta a las pequeñas reformas por fuera de radar, que no requieran grandes inversiones pero signifiquen mejoras concretas.
Cuestiones personales
“En educación no necesitamos soluciones de shock”, dijo Axel Rivas. “Es muy difícil hacer políticas de transformación en un contexto de crisis como el que tenemos. Creo que vamos a requerir una capacidad de interacción. Primero, para tomar el tema de la crisis muy brevemente, de interacción, de escucha, de las necesidades más inmediatas de las escuelas, mucha capacidad de captar lo que necesitan los actores y las escuelas porque responder desde arriba, macro, lanzando recursos genéricos, no va a funcionar. Entonces tenemos que tener una sintonía muy fina para lograr dar mejores ayudas a las enormes necesidades que tenemos ahora y vamos a tener. Eso requiere también una gran capacidad estatal”, apuntó Rivas.
“Algunos que me conocen saben que a mí me han pasado cosas durante los últimos años, personales”, dijo Torrendell, en la inauguración del Foro de Educación. Se refería al fallecimiento de hace tres años y medio de Ana, su esposa y compañera en la docencia, después de una larga enfermedad.
También al fallecimiento reciente de la socióloga Inés Aguerrondo, que fue la gran impulsora de la transformación de la Facultad de Educación de la Universidad Católica Argentina, a quien se le realizó un homenaje, razón por la que él quiso estar presente y se comprometió antes de saber que sería secretario de Educación.
“Alguien me recomendó un libro, La bailarina de Auschwitz, de Edith Eger. A mí me hizo muy bien. No soy muy de los libros de psicología o de autoayuda, pero debo admitir que me fue muy útil. Y una vez estábamos con Inés, nos habían pedido dar un taller, y no sabía qué decir porque ya me había aburrido de mí mismo, por suerte me aburro de mí mismo seguido, lo cual está bueno porque me permite hacer otras cosas. Y se me ocurrió una idea, estando dormido, literalmente”, contó.
Y siguió: “El problema del libro es cómo sanar. Y entonces vinculé el libro con la innovación educativa. Hice un paralelismo entre el proceso de sanación de las personas frente a grandes crisis y la innovación, porque en definitiva la innovación en educación y la mejora es también un proceso de sanación institucional, en el que siempre estás tratando de suturar y plantearte algo mejor. Esto aplica a una escuela, y a un sistema educativo. Y una de las cosas que dice, que a mí me impactó mucho, es que nadie puede sanar si tiene miedo. Nadie puede sanar si tiene miedo. Entonces, ningún sistema educativo va a mejorar, ninguna escuela va a mejorar, ninguna política va a mejorar, ninguna comunidad va a mejorar, ninguna experiencia educativa va a mejorar si tenemos miedo”, dijo.
“El gran problema es que, con las historias complejas de la Argentina, el miedo ha florecido. Entonces me parece que ahí vamos a tener que trabajar. Sin confianza no hay cultura, no hay educación. ¿Cómo podemos generar confianza? ¿Cómo podemos generar confianza en las aulas? ¿Confianza en las escuelas? ¿Confianza en el sistema educativo? Hay un famoso libro de un sociólogo norteamericano de la educación, Anthony Bryk, que se llama Trust in Schools. Y señala que las escuelas en las que hay confianza, la gente aprende”, apuntó Torrendell.
Y concluyó: “Dios quiera que en Educación podamos seguir trabajando, inspirándonos, y salir del miedo, y pasar a la aventura”. Por las dudas, antes de saludar e irse recordó, como hombre de fe: “Como dice Francisco, recen por mí. Y si no creen, mándenme buenas ondas”.