Cariló. Por qué se reaviva la polémica por la construcción de un hotel de lujo en un club de golf
En Pinamar, el próximo martes habrá una audiencia pública para escuchar a quienes están a favor y en contra; la iniciativa ya fue aprobada por el Concejo Deliberante en diciembre de 2021
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CARILÓ.- Este martes, a partir de las 10, hay cita en el Salón Bonilla del municipio de Pinamar, con audiencia pública convocada para escuchar voces a favor y en contra del proyecto que impulsa el desarrollo de un hotel con amenities y una docena de villas o cabañas para alojamiento en el corazón del Cariló Golf, al que con esta inversión privada buscará sumarle una prestación adicional para jugadores de esa cancha y turismo en general que visita esta localidad balnearia.
El desarrollo, que abarcará unos 5.800 metros cuadrados del predio y una construcción cubierta total de 12.500 metros cuadrados, está aprobado por ordenanza desde hace casi dos años, recibió la aprobación mayoritaria del Consejo Asesor que reúne a colegios profesionales, cámaras empresarias e instituciones vecinales del distrito y encuentra la más férrea resistencia en el Foro Amigos de Cariló, que agita como principal bandera la Ley 12.099 que declara al balneario como paisaje protegido, con condiciones que –entienden- harían imposible el avance de esta iniciativa.
“Oportunamente hemos presentado toda la documentación ante el municipio sobre esta inversión que será un amenitie de calidad internacional para jerarquizar no solo la cancha sino la oferta de servicios y el potencial turístico de Cariló”, explicó a LA NACIÓN el propietario de este campo deportivo, Nelson Valimbri, que hace cuatro años se lo compró a la familia Guerrero, fundadora del balneario.
Para quienes conocen la cancha, el proyecto se plasmaría en parcelas que se extienden entre los fairways de los hoyos 9 y 5, donde en la actualidad están emplazados los galpones que ofician como unidad de servicios para guardar maquinarias y equipos de mantenimiento del lugar. Esa franja incluye unos 500 de los 9500 árboles que hay en todo el complejo. “El impacto ambiental será mínimo porque la obra afecta el 1,24% del total del predio y habrá que remover y reemplazar entre 80 y 100 árboles”, aseguró.
La ordenanza 6087 sancionada por el Concejo Deliberante de Pinamar el 29 de diciembre de 2021 autoriza a la firma Cariló Golf SA el proyecto presentado como Relanzamiento Golf Club Cariló, entendido como “desarrollo de un polo de servicios premium que contempla la incorporación de nuevas superficies construidas con usos mixtos y servicios complementarios a la Cancha de Golf”.
Estudios ambientales y “compensaciones”
Esa normativa, aprobada por la mayoría que tiene el oficialismo (JxC) en el cuerpo deliberativo, fija para el inversor requerimientos de documentos y estudios ambientales vinculados con el proyecto y el compromiso de “compensaciones” en obra pública para el distrito, que entonces se establecieron en un total de $25 millones.
Según Eduardo Bari, vicepresidente del Foro Amigos de Cariló, “esto recién empieza” no solo porque consideran que este emprendimiento incumpliría normas vigentes sino porque, además, lo liga de manera directa con otro proyecto que también resisten: la construcción de una senda peatonal de cemento de más de 1.300 metros de largo sobre el boulevard de calle Divisadero. “Le hacen pagar una parte al inversor del golf y el resto del costo lo quiere hacer un municipio que no puede pagar sueldos”, aseguró a LA NACIÓN.
Valimbri, al respecto, dejó en claro que el compromiso de “compensación” que contempla aquella ordenanza no determina a qué obra pública se debe volcar su aporte. Y sí reconoció a LA NACIÓN que le interesaría que el destino que le dé el municipio de Pinamar implique una mejora para la infraestructura de Cariló.
En este sentido también destacó compromisos adicionales que van atados al proyecto del hotel que se construiría en el golf. El inversor dona 15.000 metros cuadrados del predio para instalación de cisternas destinadas a mejorar el servicio de agua corriente, bases para una red contra incendios y dos drenes para evitar anegamientos en situaciones de lluvias intensas.
Y tiene un tercer incentivo, que no está incluido en la ordenanza, pero es compromiso asumido dentro del proyecto: la consolidación allí de una escuela de alto rendimiento deportivo para formación de jóvenes deportistas.
Inscripción previa y obligatoria
La audiencia pública de este martes requiere inscripción previa y es obligatoria para el municipio frente a emprendimientos considerados “de alto impacto ambiental”. Bari confirma que el Foro participará pero cuestiona la instancia porque entiende que debió haberse realizado antes de sancionar la ordenanza. “Es extemporánea”, dijo a LA NACIÓN sobre un trámite cuyo resultado no es vinculante sobre lo resuelto por ordenanza. Y cree que el proyecto no es viable porque Cariló tiene una única zona hotelera, que está sobre el frente de costa “y por ley no puede ser modificada ni ampliada”. En este sentido entiende que podría haber alguna intervención provincial para evaluar esa legalidad.
“Se cumple con la Ley de Paisaje Protegido porque no se pide rezonificación del área, ya que no deja de ser una cancha de golf sino que suma servicios y de mínimo impacto”, responde Valimbri y cita un detalle: no afecta al macizo que involucra al propio campo de juego, más allá de que sí implicará un par de cambios en los sentidos de juego de hoyos cercanos por razones de seguridad.
La construcción se presenta como un club house dentro del Cariló Golf 50 suites, 9 master suites y 12 cabañas más salón de eventos, gimnasio, spa, pileta cubierta y descubierta, confitería y restaurante. “Es muy lindo el proyecto, se lo dije y reconocí al inversor, pero ahí no se puede hacer”, insiste Bari y destaca que miles de vecinos adhieren a esta postura desde una campaña de firmas digital. “También abrimos una que sumó similar cantidad de apoyos”, responde Valimbri.
El responsable del proyecto cree que es una buena alternativa para darle futuro al campo de golf del balneario. “En el mundo son deficitarios”, dijo sobre la necesidad de pensar en este proyecto para asegurar “sustentabilidad y recursos de mantenimiento” para el predio deportivo.
Desde la Secretaría de Medio Ambiente de Pinamar, que conduce Samanta Anguiano, confirmaron a LA NACION que el expediente de este proyecto “pasó dos veces por la instancia de participación del Consejo Asesor de Cariló y, una vez finalizado el proceso de participación (audiencia pública) pasará una tercera, a efectos de darle la mayor transparencia y participación respecto a la ordenanza 3361/06, la cual reglamenta el paisaje protegido de Parque Cariló, siendo el mismo, meramente urbano”.
“Nuestro deber es analizar el proyecto desde el punto de vista ambiental (medio natural, artificial y social) en el marco de la normativa vigente, solicitar los estudios complementarios que se consideren necesarios y otorgar o no la aptitud ambiental garantizando en el proceso la participación ciudadana.
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