Cáncer de colon: el tipo de alimentación que aconsejan los expertos para reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad

El cáncer de colon es una de las enfermedades prevenibles que más vidas se lleva por año en la Argentina y es la segunda causa de muerte por tumores malignos luego del cáncer de pulmón. Cada año se diagnostican 16.000 nuevos casos de cáncer de colon a nivel local y provoca aproximadamente 7000 muertes anuales. Se trata de un tumor maligno que se origina en el intestino grueso (colon y recto) a partir de una lesión precursora que es pólipo.

Si bien los controles son fundamentales para frenar a tiempo una enfermedad que en un principio es asintomática, hay un paso previo en la prevención: mantener una dieta sana y hábitos saludables.

En el Día Mundial del Cáncer de Colon, Fabio Nachman, Jefe del Servicio de Gastroenterología del Hospital Universitario Fundación Favaloro y ex Presidente de la Sociedad Argentina de Gastroenterología, explica a LA NACION que la principal recomendación en cuanto a la alimentación es el incremento de fibras presentes en verduras, frutas, legumbres, frutos secos, entre otros alimentos, y la disminución del consumo de carnes rojas.

“Lo óptimo es la dieta mediterránea, que es el consumo habitual de pescado, poca carne roja, pero no eliminarla del todo, y comer verduras, frutas y ser cuidadosos con el consumo de alcohol”, indica Nachman.

El especialista explica que una de las costumbres argentinas más arraigadas, el asado, no favorece a la prevención del cáncer de colon por las sustancias cancerígenas que se liberan con ese tipo de cocción.

“Los argentinos tenemos alta prevalencia de cáncer de colon porque consumimos mucha carne. Además, el tema del ahumado del asado no ayuda porque en el humo hay sustancias cancerígenas. Lo mismo sucede con los embutidos que consumimos”, agrega el especialista.

De todos modos, la alimentación y los hábitos saludables, no solo sirven para prevenir el cáncer de colon, sino para mejorar la calidad de vida en general: “Hoy sabemos que el consumo de verduras y frutas estimulan la flora intestinal benéfica y genera sustancias antiinflamatorias para el sistema digestivo, como también ayudan al buen funcionamiento del hígado. Pero este tipo de alimentación, como también evitar el sedentarismo, el tabaquismo y el consumo de alcohol, por supuesto, también ayuda al sistema cardiovascular, al sistema nervioso, entre otros”, señala Nachman.

Leandro Steinberg, gastroenterólogo y endoscopista, también resalta la importancia de la “prevención primaria” para reducir las chances de que aparezca la enfermedad. “La prevención primaria son todas las cosas que uno hace para que evitar la enfermedad. En el caso del cáncer de colon, los estudios de pesquisa son prevención secundaria porque la enfermedad podría ya haber arrancado y uno lo que busca es minimizar los daños. En ese caso, un control a tiempo reduce hasta un 50% la mortalidad. En cuanto a los hábitos saludables, los datos no son tan claros porque es muy difícil medir el efecto de una buena alimentación y buenos hábitos en el tiempo, pero está claro que una buena dieta disminuye el riesgo de cáncer”, describe Steinberg.

¿Quiénes deben practicarse los estudios para la prevención del cáncer de colon?

• Hombres y mujeres que no cuenten con antecedentes familiares deberán empezar a practicarse colonoscopías a partir de los 50 años. Aunque, la Asociación Americana contra el Cáncer recomienda hacerlo a partir de los 45 años. Esta última recomendación surgió a partir de un estudio costo efectivo a partir del cual dedujeron que realizar la colonoscopía desde los 45 años reduce drásticamente el número de pacientes a los que luego se les tiene que practicar quimioterapia.
• Para los pacientes con antecedentes familiares de cáncer de colon, la colonoscopía está indicada a partir de los 40 años.
• La colonoscopía se deberán realizar cada 10 años en pacientes sin antecedentes, y cada cinco años en pacientes con antecedentes familiares.
• Todos los años a partir de los 50 años (en personas sin antecedentes) los especialistas indican un estudio para detectar sangre oculta en la materia fecal, que es un test sencillo y que el paciente puede tomar la muestra en su casa. Las personas con antecedentes, deberán realizar dicho estudio todos los años a partir de los 40.

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