Cambio climático y sequía: el desolador pronóstico que dejaron los incendios en Corrientes
“Lo que pasó en esta provincia, va a pasar en todos lados, ya sea por una mayor sequía o por una mayor temperatura”, advierte Sofía Heinonen, de la Fundación Rewilding
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“Corrientes es una provincia de agua, la gente aquí circula descalza, vivimos chapoteando. No teníamos miedo al fuego ni estábamos preparados para este tipo de incendios. Esa es la cultura aquí; la que no le dio importancia a las columnas de humo que aparecían”, describe la bióloga Sofia Heinonen, directora ejecutiva la fundación Rewilding Argentina, una ONG que reintroduce especies en peligro de extinción en ecosistemas naturales. Uno de sus proyectos más importantes de esta asociación está en los Esteros del Iberá.
Hace mas de un mes que la ambientalista se puso al hombro parte de la defensa de esta región, al trabajar codo a codo con brigadistas, lugareños, empleados y voluntarios para atacar los incendios, que arrasaron 1.042.514 hectáreas de la provincia de Corrientes, el equivalente al 12% de su territorio, según un informe del Grupo de Recursos Naturales de la Estación Experimental Agropecuaria del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
Desde la Reserva El Socorro, Heinonen, que convive con los animales que se refugian allí para escapar del fuego, describe en una entrevista con LA NACION su experiencia en lucha contra los incendios, y reflexiona acerca del futuro de Corrientes, y en particular, de las áreas protegidas que alojan a los animales silvestres y que denomina “arcas de Noé”.
–¿Por que se produjeron los incendios de manera tan masiva?
–La primera razón es el contexto climático. Debido a la seca, hay una gran superficie expuesta. Corrientes es una provincia de 8.900.000 hectáreas. El 40% esta cubierta de agua, esteros y cañadas. Cada cuatro años el [fenómeno del] Niño o la Niña afecta la zona. Ahora, está la Niña, que, en combinación con el cambio climático global, produjo esto. La superficie de agua se redujo en un 70%. Esto genera que un combustible adicional este expuesto a un chispazo o un rayo. Ese fuego que antes se apagaba, hoy no lo hace.
–¿Cuándo se dieron cuenta de que el fuego estaba fuera de control?
-Hace un mes la gente entró en pánico. Para el que esta acostumbrado al fuego, bastaba solo el contrafuego. Sin embargo, ahora eso no funciona. [El fuego] Se da vuelta y viene con mas intensidad. Parece que estuviera regado con nafta. La ola de calor y la fuerza de las llamas, producen fuegos más grandes que cruzan una ruta de treinta metros. Nunca ocurrió eso.
–¿Cuánto tiene que ver la emergencia climática mundial?
–Es un llamado de atención para el país y el mundo. Lo que pasó en Corrientes, va a pasar en todos lados, ya sea por una mayor sequía, una mayor temperatura, o una inundación. Nunca tuvimos esta sequia extrema con fuegos que no se apagaban. Es un ejemplo mas de la catástrofe climática.
Causas
–¿Por qué la provincia no estaba preparada para combatir el fuego?
–Nunca fue un problema el fuego. Los únicos preparados eran los [productores] forestales. Las plantaciones de pinos y eucaliptus son un fenómeno nuevo y ajeno a la cultura correntina
–¿Son parte del problema?
–Si, claro, simplemente por un cálculo de biomasa. No es lo mismo un árbol de 20 metros de altura por un metro de diámetro, con un desarrollo de raíz distinto a los de aquí. Si uno planta esos árboles en un suelo con napa colgante que se llena con agua de lluvia, van a secar la napa.
–¿Desde cuándo están?
–Empezaron en los setenta. El boom fue en los 90 y en 2020 Corrientes era la primera provincia forestal de la Argentina. El crecimiento fue rápido y sin leyes que delimitaran lo que se podía o no forestar.
–¿Dieron facilidades?
–[Las plantaciones] Estaban en Entre Ríos y Misiones. En Misiones, existe la ley que impide el desmonte en pendientes mayores a 30 grados. Corrientes es plana y no había que desmontar para plantar otras especies. Se planta el pino en el medio del pasto y la gente no tiene percepción de que esta haciendo algo perjudicial. No es visible la eliminación del ecosistema. Se ahoga con el crecimiento del árbol, pero para la gente, el árbol es bueno frente al pasto.
–¿La lluvia alcanzó a apagar todo?
–No, la lluvia aplaca, pero es tal la seca que los embalsados –plantaciones flotantes de vegetación orgánica compuestas por raíces y materia orgánica– se asientan en el suelo formando un turbal que queda encendido. Debe llover mucho para que se apaguen y si sale el sol empiezan a humear. Son como hornos. Hay que apagar uno por uno para que no se reaviven y debe llover muchos días seguidos. Esto sucede dentro de los esteros. Son capas y capas comprimidas de paja y materia en descomposición, que se quema.
–¿Eso no ocurría?
–Al estar debajo del agua, no se pudría. Ahora sí y es como carbón vegetal.
–¿Por que Rewilding hace quemas todos los años?
–Entendemos que el fuego es parte del ecosistema. El fuego aumenta la biodiversidad del pastizal y el pajonal, permite que entre luz. Si hay un pajonal continuo, sin respiro, la especie dominante es la paja, que crece y tapa lo de abajo.
–¿No es natural?
–Esa paja se quema en verano, pero si sucede, al mismo tiempo, la fauna se muere. Es un manejo artificial para generar condiciones mas próximas a lo natural en un mundo reducido. En un planeta donde la huella humana no es tan grande, los animales se resguardarían en otro lado.
–¿Está terminada la problemática de los incendios?
–No. Para darlo por terminada tendrían que cambiar las condiciones de extrema sequía. Llover continuado. La evaporación es altísima. Todo lo que llueve ahora se seca rápido y esa humedad genera condiciones para que se levante temperatura. Durante el respiro que da la lluvia, hay que reagruparse, priorizar cómo se van a usar los recursos, y coordinar. Es muy difícil organizarse ya que no está claro en cada táctica quién dirige la operación. Hay mucha gente colaborando de grupos distintos y el fuego se divide a medida que rota el viento. La gente que viene de Córdoba queda en una punta, los brigadistas bolivianos en otra, el vecino en el frente de el medio, nadie tiene handy y no podes saber lo que pasa del otro lado. Entonces llega la noche y la mitad se repliega y se va. Es muy difícil. Terminás de apagar el fuego adelante, y atrás se te escapó…
El rescate
–¿Cómo se organizó Rewilding para salvar a los animales?
–En Yerbalito nos organizamos, pero fue tan rápido que en menos de 12 horas estaba todo quemado. En el resto de los lugares hicimos nosotros la defensa. Fue de noche y no había nadie mas.
–¿Qué responsabilidad les cabe a las autoridades nacionales y provinciales?
–A cualquiera le hubiera pasado. El cambio climático, que es el contexto en que se dio esta situación, hubiera agarrado desprevenido a cualquiera. Esta situación es nueva y cambia todas las reglas de juego
–¿Cómo ve el futuro?
–El gobierno tomó conciencia de que tiene que generar una política de prevención de incendios. Tendrán que coordinar con Nación y atender las necesidades de todo el resto, no solo de los forestales.
–Con respecto a los animales, ¿cuál fue la imagen que más la conmovió?
–La de los Los guacamayos. Fue emocionante ayudarlos. Estaban con sus pichones de diez días, y no abandonaron el nido. Se dejaron agarrar, y hoy están en el centro Aguará. Los sacamos entre las llamas. Estaban intoxicados por el humo, pero salieron adelante. La capacidad de supervivencia que pusieron fue impresionante.
–¿Armaron un lugar de primeros auxilios?
–En el centro Aguará, a cargo de la provincia, les daban los primeros cuidados. Era muy difícil salvarlos en medio de las llamas.
–¿Hubo algún indicio por parte de los animales de lo que se venía?
–Ellos huelen el fuego a distancia. Los rapaces van adelante, comiendo lo que escapa del fuego, pero hay otros, la gran mayoría, que se alejan, pero pueden quedar encerrados.
–¿Qué especies sufrieron más?
–Todas las que buscan refugio en el agua. Los yacarés y los carpinchos estaban desconcertados, y el fuego los atrapó. Hubo muchos yacarés calcinados y carpinchos con las patas quemadas por caminar arriba de las brasas.
–¿Cuál es el peligro hoy para los animales silvestres, además del fuego?
–El riesgo es que sean invadidos por vacas [N.de la R: por la acción del fuego, se quemaron los alambrados que contenían el ganado, lo que permitió que los animales escaparan]. El parque es para la vida silvestre y es la que tiene que tener prioridad. Hay ocho millones de hectáreas para las vacas y dos tercios de los Esteros es para que la fauna se recupere, por eso no podemos permitir que entren. Se puede ayudar con las aguadas. Nosotros nos debemos a nuestra tierra y la recuperación de los animales que sobrevivieron.
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