Cambiaron La Plata por la Patagonia, sus hijos emigraron a Europa y encontraron su verdadera pasión
En diálogo con LA NACION, Marta y Sergio contaron los inicios de la travesía que empezó en 1991; por qué dieron el salta y cómo es tener una familia separada por la distancia
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En el último tiempo, se hicieron ampliamente reconocidas las historias de personas que emigraron de la Argentina y fueron a buscar una nueva vida al extranjero. Las razones por las cuales toman esta decisión son diversas: por la incertidumbre económica, el cansancio de la rutina o la falta de trabajo. No obstante, también hay un grupo que apuesta por quedarse y cambian de provincias, muchas veces en busca de otro ritmo. Este fue el caso de Marta Zuccheri (54) y Sergio Landoni (58), quienes partieron desde La Plata a nada más y nada menos que a la Patagonia. “Estamos profundamente felices”, afirmaron en diálogo con LA NACION.
De un día para el otro, ambos tomaron una decisión que cambió su vida: armaron las valijas y se mudaron a San Martín de los Andes, Neuquén. En el caso de Marta, los motivos que influyeron en su cambio vienen arraigados con su historia familiar. “Soy hija de inmigrantes italianos; cuando mis padres llegaron a la Argentina, al año nací yo, quizá esto hizo que no pensara nunca en irme, hasta que falleció mi papá y eso generó algo en mí”, expresó.
En el caso de Sergio, admitió que nunca se sintió cómodo en la ciudad donde nació: “Desde muy chico en casa escuché hablar de la Patagonia, de sus paisajes, de su gente y de su riqueza; a esto contribuyeron algunos programas de TV de aquellos años, como Historias de la Argentina Secreta. Desde mi actividad como radioaficionado, en donde tenía la posibilidad de conversar con colegas de diferentes ciudades del sur, con todo eso se iba nutriendo mi fantasía de vivir en esas tierras maravillosas. Cuando conocí a mi esposa y nos pusimos de novios, lo primero que le dije, en broma, pero con un dejo de verdad, fue: ‘Con vos me caso y nos vamos a vivir a la Patagonia’. Creo que La Plata nunca fue mi lugar”.
El primer contacto con el sur de la Argentina
En 1989, la pareja realizó su primer viaje hacia la Patagonia y recorrieron desde la localidad de Villa Pehuenia hasta el sur de Neuquén. “Las experiencias que tuvimos en aquel momento consolidaron la idea de irnos”, comentaron. Fue tal la vida de ensueño que visualizaron y proyectaron que, finalmente, y tras meditarlo por un tiempo, en 1991 decidieron mudarse a General Roca, Río Negro. “El primer año fue duro por la nostalgia y acomodarse al nuevo lugar, pero fue nuestra primera parada ahí”, expresaron.
Si bien las cosas parecían mejorar y se encontraban felices de emprender un nuevo estilo de vida, ambos coincidieron en que aquella ciudad no era la elegida para instalarse y que el destino deseado era la Cordillera. Por ese motivo, en abril de 1996 finalmente se mudaron al lugar en el que hoy viven y disfrutan: San Martín de los Andes: “Estamos profundamente felices de haber tomado la decisión de vivir en este lugar y muy agradecidos por todo lo que nos dio”.
El día en el que se instalaron y el crecimiento personal con su familia
Junto con Lisandro y Delfina, sus dos hijos, se radicaron en una ciudad tranquila, con paisajes de ensueño y con cientos de actividades recreativas a su alrededor. Para aquel entonces había tan solo 15 mil habitantes, lo que les permitió estar en pleno contacto con la naturaleza. “Los chicos se criaron de una manera increíble, entre la montaña, con el cerro Chapelco, las estancias y las comunidades. Al día de hoy los tiempos son tranquilos y hay un gran respeto por el medioambiente”, afirmaron.
En el caso de Sergio, trabaja en telecomunicaciones y durante mucho tiempo estuvo en Parques Nacionales. Gracias a su labor, conoció cientos de sitios recónditos. Por parte de Marta, se desempeñó como docente en el nivel inicial y educación especial, por lo que generó vínculos estrechos con personas que la ayudaron a crecer e hicieron que el cambio de vida no sea tan brusco.
La decisión que tomaron sus hijos: emigrar al exterior
Si bien la pareja siempre apostó por el país, nunca intervinieron en las decisiones que tomaron sus hijos y los apoyaron desde el día en el que les dijeron que probarían suerte en el extranjero. Lisandro, de 26, vive hace cinco años en Vancouver, Canadá. Delfina, de 23, en Londres. “Desde nuestro punto de vista, la migración es una herramienta formidable para encontrar posibilidades, madurar, despegarse de la zona de confort y de la dependencia de los padres. A este concepto, se le suma la realidad de nuestro país, con una proyección poco favorable”, reflexionaron.
Por otro lado, hicieron hincapié en una situación recurrente que observan en San Martín de los Andes. “Quizás haya una tradición y es que los chicos se van a estudiar o a buscar futuro en otros lugares por el esquí. Muchos son instructores y se van a trabajar a diferentes centros de invierno del mundo, lo cierto es que la gran mayoría históricamente emigran, solo muy pocos vuelven”, asintieron.
Sobre el crecimiento profesional que lograron sus hijos, sostuvieron: “Consiguieron una buena calidad de vida, con posibilidades de crecimiento y desarrollo. Ellos saben que también tienen la opción de volver a la Argentina cuando lo deseen”.
Su pasatiempo favorito: mostrar las bellezas naturales de San Martín de los Andes en las redes sociales
Además de Instagram, Marta y Sergio utilizan su cuenta de YouTube llamada Patagonian Lifestyle como un espacio donde comparten sus consejos, anécdotas y dan detalles de los distintos lugares que recorren. “Durante la parte más dura de la cuarentena, cuando no se podía salir, al vivir en la montaña salíamos caminar todos los días, nuestros familiares nos pedían que les enviemos fotos y videos de los paisajes y de nuestros paseos”, explicaron sobre los motivos por los cuales incursionaron en las redes sociales, en 2020, en plena pandemia por el coronavirus.
En simultáneo, la pareja seguía en las redes sociales a diversos argentinos influencers que emigraron al extranjero, como Daniel de Toronto, quien relata diversas historias de sus vivencias en Canadá. “Sin dudas sus videos nos inspiraron para crear nuestro canal de YouTube, donde tratamos de transmitir cómo es vivir en San Martín de los Andes desde la mirada de una pareja de cincuentones, todo lo que hay para hacer y conocer, además de la calidad de vida del lugar”, detallaron.
A partir del éxito que generó su arribo en la plataforma, decidieron mostrar otros sitios que cuentan con poca información sobre su historia y actividades para realizar: “Encontramos nuestra verdadera pasión. Creo que la pandemia nos impulsó a esta idea de salir, a descubrir y conocer lugares cercanos, y no pensar tanto en destinos lejanos. Además, cuando casi todo el mundo estaba encerrado, nosotros aquí aún podíamos salir y veíamos que compartiendo esto con los amigos y familia que estaban lejos les alegrábamos el día por lo menos unos minutos. Esto nos hacía muy felices”.
Volver (por un rato) al lugar que los vio crecer
Si bien afirmaron que no volverían a instalarse en La Plata, en ocasiones regresan de visita para ver a sus familiares y amigos de toda la vida. Sin embargo, hay grandes cambios que observan cada vez que vuelven. “Nos da pena la ciudad hermosa que era y lo abandonada que está ahora. Evidentemente, sí se nota degradación en la calidad de vida, la inseguridad, las preocupaciones de la gente y la suciedad en la ciudad”, lamentaron.
En ese sentido, y si bien están felices por la decisión que tomaron en la década de los 90, reflexionaron: “Consideramos que emigrar es una oportunidad, sabemos que no es para todos, hay que ser determinado y decidir cambiar de vida, correrse de la zona confort”.
Asimismo, ambos muestran ser el claro ejemplo de que la edad y el tener hijos no son un factor preponderante que interviene en la iniciativa de emigrar. “Entendemos que en general para los chicos es más fácil, ya que no se arraigan fuertemente a los lugares y mucho menos a los trabajos. Creemos que hay que estar convencido de lo que se está haciendo, aceptar y tomar las costumbres y las formas de vida de los nuevos lugares con alegría, aceptando que no va a ser como aquello que dejamos”, concluyeron.
En la actualidad, se dedican a recorrer cada rincón de la Patagonia. Mientras descubren de a poco nuevos paisajes, publican todo el contenido y detalles en las redes sociales. De esta manera, lo que comenzó como un proyecto envuelto en incertidumbre, se convirtió en una historia repleta de cambios positivos que los ayudaron a crecer en familia.
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