“Calmate”: las ocho frases que se deberían evitar en una discusión de pareja, según los terapeutas
De acuerdo a los especialistas, las exageraciones, comparaciones y las generalizaciones deberían eliminarse para disminuir la profundidad del conflicto
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NUEVA YORK.- Una amiga mía, terapeuta de parejas, vino a verme después de una semana larga. Se hundió en mi sofá, cerró los ojos y dijo: “¿Sabes qué frase me gustaría poder prohibir decir a las parejas? ‘Yo nunca dije eso’”.
Era una frase, me dijo mi amiga, que oía casi todas las semanas. Y una vez que alguien la pronunciaba, toda la sesión solía convertirse en una discusión sobre lo que la persona había dicho o dejado de decir.
Esto me hizo preguntarme por otras frases que los terapeutas desearían que las parejas dejaran de decir durante los conflictos.
Estas son sus candidatas, por qué debemos evitarlas y qué decir en su lugar.
Generalizaciones
“Vos siempre…” y “vos nunca…”. Estos términos suelen ser exageraciones y no reconocen ningún esfuerzo que tu pareja esté intentando hacer, dijo Kier Gaines, terapeuta licenciada que trabaja con individuos y parejas en Washington, D. C.
Y tu pareja puede ponerse a la defensiva, añade: “Así que ya ni siquiera estás teniendo una conversación para resolver problemas. Entras de lleno a discutir”.
En lugar de ahondar en el pasado, esfuérzate por permanecer en el presente. “Cuando te remontás al pasado, la conversación se convierte en otra cosa”, dijo Gaines. Centrate en el problema que tenés entre manos, añadió. (Podrías decir: me estoy dando cuenta de que no ayudás a levantar lo que ensucian los niños; te diré por qué me molesta).
Desviaciones
“Sí, pero…”. Alexandra Solomon, psicóloga del Instituto de la Familia de la Universidad Northwestern y autora de Love Every Day, dijo que oye esta frase todo el tiempo. Una persona expresa su preocupación y la otra le da la razón, pero luego añade una advertencia (puede que una persona diga: “has llegado 10 minutos tarde”, y la otra responda: “sí, pero tú llegaste tarde la semana pasada”).
El uso de la palabra “pero” implica que “reconocí superficialmente tu preocupación, pero en realidad no la entiendo ni me parece válida”, dijo Solomon.
En lugar de hacer una defensa, recomendó, trata de reflejar las palabras y los sentimientos de tu pareja. Probá decir algo como: “Lo que estoy oyendo de vos es…”.
Comparaciones
“Deberías parecerte más a _____”. Comparar a tu pareja con otra persona “nunca, nunca es una buena estrategia”, dijo Gaines.
“Lo veo mucho: ‘Bueno, Danny tiene citas con su esposa tres veces al mes’”, continuó. “Danny es una persona diferente. Su pareja es una persona diferente. Vos solo podés ser quien sos”.
Jugar al juego de las comparaciones puede conducir a los celos, dijo Gaines, y “engendrar muchos problemas de imagen personal y confianza en uno mismo y autoestima dentro de una relación”.
“Esto nunca fue un problema en mis otras relaciones”. Esta bomba verbal “realmente destroza la confianza y la seguridad que tienes con tu pareja”, dijo Wonbin Jung, un terapeuta de Silicon Valley especializado en la terapia de parejas LGBTQ. “El mensaje oculto que escucho como terapeuta es: ‘El problema que tenemos en esta relación es por tu culpa’”.
Mantené los demás al margen, afirmó Gaines, y concentrate en hablar de tus propias necesidades. Esto puede hacerte sentir más vulnerable, pero es mucho más productivo.
Invalidaciones
“Estás exagerando”. Ninguna persona es “un modelo de las respuestas emocionales”, aseguró Solomon. Una persona no puede determinar qué reacciones son apropiadas en otros, dijo, y añadió que esta frase se utiliza a menudo para eludir la responsabilidad de nuestros actos.
En lugar de juzgar, dijo Solomon, podés decir: “Está bien, te escucho. Contame más. Ayudame a entender lo que te está costando”.
“Calmate”. Instar a tu pareja a que se tome con calma algo que la inquieta casi siempre tiene el efecto contrario, dijo Jung. “Es como echar aceite al fuego. También lo es: ‘Estás loco’”.
Si uno de los integrantes de la pareja está agitado, o ambos lo están, Jung suele aconsejarles que se tomen un descanso breve y que las cosas se enfríen.
O, según Jung, podés preguntarle a tu pareja: “¿Qué necesitás ahora mismo?”. (Quizá sea que te ayuden, que te escuchen o que te abracen).
“No es para tanto”. Cuando decís que una de las preocupaciones de tu pareja no es grave, es menospreciar lo que siente y también es inexacto, dijo Gaines. “No podés medir cómo le sienta algo a otra persona”, añadió. “No tenés un marco de referencia. No podés definir eso”.
En lugar de eso, dijo Gaines, reconoce respetuosamente que tenés perspectivas diferentes. A continuación, pedí a tu pareja que te ayude a entender por qué un tema es importante para ella y ofrecele todo el apoyo que puedas.
Gaines me contó que su esposa, Noémie, es ordenada y organizada, mientras que él no lo es. Una vez, dijo, le dejó un plato de avena crujiente en la pileta de la cocina recién limpio; ella bromeó acusándolo de “intentar destruirla”.
Mi marido y yo tenemos una dinámica parecida. Después de oír la frase de Noémie, la utilicé con él cuando dejó un montón de su olorosa ropa de ciclismo en el suelo.
“Siempre me haces reír”, me dijo. (Ese es el buen tipo de “siempre me haces reír”).
Por Jancee Dunn
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