Buscan a la "banda de los Rolex", ladrones de relojes de alta gama
Antes de cada robo, el jefe de la gavilla pasa por los locales y se hace pasar por cliente
Los golpes estuvieron planificados al máximo detalle. Horas antes de cada asalto, uno de los jefes de la banda visitaba las joyerías y se hacía pasar por un cliente interesado en los relojes de alta gama. Vestido como un verdadero dandi consultaba precios y características, en especial sobre los de marca Rolex. Su mente registraba todo. Después, el robo era cuestión de segundos y el botín, millonario.
Desde marzo pasado, "la banda de los Rolex", como la definieron los investigadores, asaltó cinco joyerías en Belgrano, en Núñez y en Saavedra.
Sólo en el robo perpetrado en el local de la firma Testorelli, en el shopping Dot, ocurrido el 1° de julio pasado, los ladrones se hicieron con un botín de 500.000 dólares, explicaron a LA NACION fuentes judiciales.
Los investigadores de la fiscalía de Núñez-Saavedra, a cargo de José María Campagnoli, y de la División Robos y Hurtos de la Policía Federal, lograron identificar a los presuntos cabecillas de la banda.
Según dijeron fuentes del caso, se trata de Mariano Zambrano, alias "el Rubio", de 26 años, y Hugo Toloza, alias "el Oso", de 19. Ambos tienen pedido de captura desde julio pasado, pero aún están prófugos. Además de los robos, están acusados de asociación ilícita.
Fuentes de la causa sospechan que la gavilla reduce los relojes de alta gama robados en Mar del Plata, donde habrían estado después de cada atraco.
"Con el dinero del botín de algunos de los hechos, los presuntos jefes de la banda compraron dos automóviles 0 kilómetro." Los vehículos que compraron antes del asalto en el shopping Dot son un VW Fox y un Chevrolet Astra, según agregaron los investigadores.
«El Rubio» Zambrano se movía como un verdadero dandi. Siempre elegantemente vestido recorría las joyerías cercanas a la avenida Cabildo y, haciéndose pasar por cliente, consultaba por los precios y las características de los modelos de relojes de alta gama. Así sabía dónde se guardaban los Rolex que después iba a robar con sus cómplices", explicó a LA NACION un investigador judicial.
El gusto por el buen vestir de Zambrano quedó registrado por las cámaras de seguridad de la joyería Testorelli y del shopping Dot. Es el único de los delincuentes que ingresó de traje, según agregaron los voceros judiciales consultados. Ese día llevaba puesta una gorra, quizá para que su rostro no fuera tan fácil de identificar.
Aunque parezca mentira, el robo en el shopping Dot sólo duró 47 segundos. "Así quedó registrado por las cámaras de seguridad", dijo una fuente de la causa.
En las imágenes, se puede observar cómo el delincuente, que para los investigadores es "el Rubio" Zambrano, ingresa en la joyería con una maza para romper el vidrio blindex de la vitrina, en donde estaban los relojes más caros por los que horas antes había pedido presupuestos.
Vidrios rotos
Con dos golpes rompió el vidrio, arrojó la maza al suelo y puso dentro de una mochila la mayor cantidad de relojes que pudo.
Un cómplice suyo, que según voceros con acceso al expediente fue "el Oso" Toloza, les apuntaba con un arma a los empleados de la joyería. Pero no eran sólo los jefes. Esa noche, la banda estuvo integrada por seis ladrones, uno de ellos armado con una ametralladora israelí Uzi. Hubo un tiroteo. Un empleado de seguridad herido. Historia conocida.
Lo que saben ahora los investigadores es que después de ese violento robo, "la banda de los Rolex" protagonizó otro asalto en una joyería sobre la avenida Cabildo.
"Como están prófugos necesitan plata para poder vivir en la clandestinidad. Se «comen» todo el dinero y, por eso, necesitan volver a los robos para tener medios", opinó un investigador judicial.
Antes del último hecho por el que fueron imputados, los investigadores estuvieron a punto de detener al "Oso" Toloza, pero el delincuente logró escaparse por el techo de su casa. Ante la sorpresa del operativo, tuvo que dejar abandonado el vehículo que había comprado tiempo atrás.
"El Rubio" Zambrano no pudo ser ubicado en su casa de Melo al 4200, en Villa Martelli, partido de Vicente López.
Los investigadores confían en que pronto podrán detener a los acusados como líderes del grupo. Saben que, en cualquier momento, los delincuentes pueden cometer un error que los lleve tras las rejas. Un error similar al que tuvo Zambrano en un robo anterior al de la joyería Testorelli, cuando dejó sus huellas marcadas en el vidrio de una joyería de Belgrano.
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