Buscaban un avión argentino perdido en la selva de Costa Rica y encontraron restos de una civilización desconocida
Ocurrió durante la misión “Esperanza III”, organizada por la Fuerza Aérea Argentina y realizada en 2009 para ubicar el TC48, una aeronave argentina, y a su tripulación, perdidos desde la década del 60 en la zona; la historia del caso
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A fines del año 2009, la Fuerza Aérea Argentina organizó una búsqueda en la selva costarricense con el objetivo de encontrar el avión TC48, que el 3 de noviembre de 1965 se perdió en la zona con 68 militares argentinos. La misión no ubicó al avión, pero sí se topó con restos de una civilización precolombina hasta el momento desconocida.
El operativo de búsqueda fue bautizado como “Esperanza III”, se llevó a cabo entre el 26 de abril y 17 de mayo de 2009, y fue liderado por el Primer Teniente Juan Gómez y el Primer Teniente Juan Duartez. Consistía en una búsqueda por tierra, en la selva de Talamanca, al sur de Costa Rica.
Este tipo de operativos se habían retomado un año antes, en 2008, a la par de las búsquedas marítimas del TC48, cuya desaparición es uno de los misterios más grandes de la aviación mundial. Hay dos hipótesis sobre la desaparición del avión argentino: o bien se perdió en la selva entre Costa Rica y Panamá, o bien cayó al mar Caribe, en esa latitud.
Durante la misión de búsqueda “Esperanza III”, entonces, los enviados no encontraron al avión o su tripulación, pero sí detectaron restos que en el momento catalogaron como pertenecientes a un “cementerio indígena”. Unos meses después se realizó la operación “Esperanza IV”, que se llevó a cabo entre el 27 de Septiembre y el 12 de octubre de 2009, y cuyo objetivo secundario fue confirmar el hallazgo arqueológico.
El hallazgo
De esa misión participaron los oficiales argentinos Capitán Mariano Mohaupt y Primer Teniente Juan Gómez y también un arqueólogo y un antropólogo de Costa Rica. Confirmaron lo encontrado durante la operación “Esperanza III”: se trataba de restos arqueológicos, pero no de un cementerio, sino de de un asentamiento.
La expedición contactó al Museo Nacional de Costa Rica y un helicóptero argentino acercó a los historiadores locales hasta el lugar. En el operativo se rescataron decenas de objetos de cerámica y piedra, de uso ceremonial y también cotidiano.
Según especialistas, los restos encontrados tendrían alrededor de 1500 años de antigüedad. "El sitio fue inspeccionado por dos arqueólogos del Museo Nacional. Allí hay piezas con una antigüedad de entre 800 y 1500 años", informó entonces el diario local La Nación.
El mismo medio indicó que las civilizaciones de la zona -y de ese tipo de antigüedad- estaban organizadas de manera jerárquica alrededor de un líder, contaban con rituales religiosos y también comerciaban entre sí y con otras civilizaciones de organización social más compleja, como la Maya.
Fortaleza
Pero el hallazgo de una civilización precolombina no fue el único relevante que se realizara durante una búsqueda por el TC48. En 2014, en el marco de otra de las búsquedas “Esperanza”, se encontró una construcción colonial perdida en la misma zona: una fortaleza española del siglo XVII. Hay fotografías de la fortaleza, publicadas también por el medio local La Nación, pero el lugar no pudo volver a ser ubicado.
Es que en Talamanca la vegetación crece a un ritmo de dos metros por año. Cuando se alcanzan 25 o 30 metros de altura, las ramas caen y forman un manto natural que cubre toda la superficie. Así, la selva se “traga” cualquier cosa: una fortaleza española, restos arqueológicos, y quizás un avión argentino.
La búsqueda del avión
Los operativos de búsqueda del TC 48 continúan al día de hoy. Algunos familiares de la tripulación del avión, que transportaba principalmente cadetes argentinos desde Panamá hasta Estados Unidos para realizar cursos de formación, piensan que los tripulantes pueden seguir con vida en la selva costarricense.
Avanza a la vez la búsqueda marítima del avión. En 2016, el Ministerio de Defensa y la Cancillería, a través de las embajadas en Panamá y Costa Rica, anunciaron que apoyan la iniciativa de Mariano Torres García, un empresario argentino que realiza una búsqueda submarina con tecnología sonar.
El 31 de octubre último, Torres García realizó una búsqueda y en abril de 2018 realizará otra, con el fin de reducir la posible área donde se podrían encontrar los restos del avión, en el fondo del mar.