Buenos Aires es la ciudad que más productos ingresa con "viajeros amigos"
El ránking es de la plataforma Grabr, que conecta a personas que desean un artículo de otro país con viajeros que se los pueden traer; los porteños son los que más la utilizan
“Yo conocí Grabr por una necesidad urgente, me habían robado mi celular y necesitaba comprarme uno nuevo y acá valía el doble; me arriesgué a comprar a través de la página y salió perfecto”, dice Álvaro, que es argentino y tiene 36 años, sobre su primera compra a través de la página.
Grabr es una plataforma comunitaria online que conecta a compradores que buscan artículos que no consiguen, o son muy caros, en sus países; con viajeros que se los traen del exterior. Buenos Aires encabeza el ranking de las ciudades que más operaciones realizaron a través de la página y los artículos electrónicos son los productos más solicitados.
Las restricciones a las importaciones llevaron a que la oferta de algunos productos en Argentina sea casi inexistente, o que los productos sean ofrecidos a precios extremadamente más caros que en otros países. En abril de este año LA NACION publicó una nota donde se comparaba el precio de distintos modelos de iPhones en Argentina, Chile, y Estados Unidos. Los precios locales duplicaban, e incluso llegaban a casi triplicar, los precios en el exterior. Muchos porteños encontraron en Grabr, una alternativa para acceder a estos productos, a precios levemente más elevados que en el exterior.
“Nosotros alentamos a que paguen los impuestos”, dicen fuentes de la empresa. Sin embargo, es responsabilidad de cada viajero el pago de aranceles sobre lo que ingresa al país.
La Aduana Argentina autoriza el ingreso de algunos productos sin pago de arancel, como libros, ropa y objetos de uso personal. Para el resto, existen dos tipos de franquicia. Por via terrestre, se pueden ingresar productos hasta un costo de 150 dólares por mes, sin pagar arancel; por vía aérea o marítima, la franquicia es hasta 300 dólares. Si el costo del producto ingresado fuera mayor, se deberá pagar el 50% del excedente de la franquicia.
La plataforma creada por Daría Rebenok y Artem Fedyaev busca sustituir a la "azafata amiga" y quienes viajan, pueden aprovechar el espacio libre de sus valijas para poder tener un ingreso adicional por el trayecto. Los compradores, logran acceso a artículos que son difíciles, o imposibles, en sus mercados locales. La empresa, que une la oferta y demanda, cobra una comisión de 7% por cada transacción. La aplicación está disponible para los sistemas iOS y Android.
Buenos Aires, la ciudad con más pedidos
Los porteños son quienes más compras realizaron a través de la plataforma. Quienes trajeron productos a la ciudad, llevan cobrados, como recompensa, 1.093.986 dólares. La página tiene registrados un total de 33.844 pedidos.
Las otras principales ciudades donde funciona son San Pablo, Brasilia y Río de Janeiro, en Brasil, Montevideo, Uruguay, Asunción Paraguay, Moscú, Rusia, Lima, Perú, Ho Chi Minh, Vietnam.
Los productos más solicitados
Electrónica es el rubro más demandado por los compradores argentinos; computadoras, teléfonos y playstations. Pero también hay mucha demanda de ropa y accesorios para bebés, y juguetes. Otros productos que se suelen pedir bastante son vitaminas y complementos alimenticios. El dato curioso es que hay un pequeño nicho de coleccionistas que utilizan mucho la plataforma, para conseguir objetos particulares.
Luego, existen las necesidades y caprichos particularidades de cada comprador. Los antojos alimenticios también son un rubro que varios buscan satisfacer por este medio: se observan pedidos de mantequilla de maní, caramelos o confites que no se consiguen en el mercado local.
¿Cómo funciona?
La primera condición es que una persona quiera traer un producto del exterior. Debe ingresar en la página donde lo venden, copiar el link y pegarlo en la página de Grabr. El sistema arma una publicación automática que se le envía a todos aquellas personas que estén registrados como viajantes, al destino requerido por el comprador, en los próximos 60 días.
Los viajeros comienzan una puja con publicaciones de cuánto le cobrarían por traer ese producto. Cuando el comprador acepta la oferta de un viajero, se sella la operación. En ese momento, el comprador deberá enviar el monto acordado a la empresa, junto con el 7% de comisión. Grabr retiene el dinero e informa al viajero que puede realizar la compra.
El viajero paga con su propio dinero para adquirir el bien deseado en el exterior, y sólo lo va a recuperar, junto con la recompensa, contra entrega de lo comprado. El horario y lugar de entrega serán fijados de común acuerdo por las dos partes.
Muchos viajeros destacan la posibilidad de conocer gente local con este sistema. Los compradores suelen estar agradecidos de haber logrado la compra y muchas veces incluso van a buscar sus productos con un regalo para el viajero.
Julia Long, viajó de Estados Unidos a Brasil, y cuenta que el comprador la recibió con sus productos brasileros preferidos: chocolates, bebidas y galletitas locales. "Armar amigos instantáneos es lo que más me gusta de Grabr", dice.
La Recompensa
La recompensa es lo que le cobra el viajero al comprador por traerle lo que solicitó. Suele oscilar entre un 15 y un 30% del producto, depende de lo que se compre. En general, a los productos más económicos se les cobra un porcentaje mayor que a otros, como artículos electrónicos. Así, cada viajero junta el monto total, que luego de pagar impuestos en aduana, constituirá su ingreso por todo lo traído y entregado.
Además, los viajeros tienen otro beneficio indirecto por comprar con sus propias tarjetas de crédito: suman puntos y millas que constituyen otra forma de monetizar el beneficio de sumar estas operaciones a sus viajes.
Compradores y viajeros
La empresa busca que haya una demanda equiparada entre quienes necesitan compran y los viajeros dispuestos a traer productos. Para ello, apuntan a armar una base de personas que viajen en forma orgánica y deseen tener un ingreso con este sistema.
Por el momento, son muchos más los compradores que lo viajeros. Para compensar esta desequilibrio, y suplir la falta de viajeros, cuentan con un equipo llamado “travel squad”. “Muchas veces son americanos que, por ejemplo, quieren conocer Buenos Aires y desde Grabr les pagamos el pasaje; en general son conocidos de alguien, gente de confianza”, dicen fuentes de la empresa.
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