Buen cambio: la ciencia en el centro de la escena
Einstein, que cuando en 1905 publicó su teoría de la relatividad especial era un oscuro empleado de la oficina de patentes de Berna, estaría anonadado: una inasible partícula del bestiario subatómico a la que se persigue desde hace más de tres décadas será hoy protagonista de los noticieros de interés general... y hasta de los programas televisivos y radiales de la tarde.
Este objeto físico que le pondrá el moño a uno de los logros intelectuales más monumentales de la humanidad, el modelo estándar de la materia (que explica ni más ni menos cuáles son los engranajes del universo) no sólo cautiva a los científicos, sino que reúne todos los ingredientes de una buena historia de suspenso: una elusiva protagonista que estimula la imaginación, tecnología de abrumadora complejidad, misterio y claves ocultas que se van desentrañando poquito a poco.
Agréguese a la fascinación de esta trama, que ya tenía pendientes de las novedades a miles de investigadores de todo el mundo, un nombre sugerente para los no iniciados (la "partícula de Dios") y la circulación instantánea de novedades que hace posible la red electrónica global, y se habrá logrado un espectáculo insospechado: la ciencia ocupa hoy el centro de la escena.
¿Existe el bosón de Higgs? Como las estrellas de rock, los físicos que intervienen en lo que por sus dimensiones se considera el más grande experimento de la historia tuvieron que apagar sus celulares, y contestar con un sucinto "sin comentarios", para hacer frente a la ansiedad de periodistas, blogueros, tuiteros y aficionados ansiosos por anticipar la respuesta.
En fin, es casi de no creer: la ciencia ahora es tema de conversación en la peluquería, en el subte, y en el quiosco de la esquina.
Pero en este caso hay algo todavía mejor: a diferencia de lo que ocurría hace setenta años, cuando comenzaba a plantearse la teoría que hoy intenta explicar los engranajes del cosmos, esta vez hay un grupo importante de científicos argentinos que, junto con sus colegas del resto del mundo, está escribiendo esta historia. Y, créase o no, con papeles protagónicos...
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