Botes, piletas y casinos, los nuevos espacios para las fiestas en Chile
Nunca el Sector 5 de Reñaca fue tan argentino como este verano 2018. La playa, la calle y también los boliches de primera línea lo evidencian. Todo es mate, muchos mendocinos y cantar bien fuerte, algo que parece marca la idiosincracia argentina. Hasta un puesto de facturas se instaló con un letrero albiceleste para que no queden dudas. En el sector preferido por la juventud que está de vacaciones en las playas de Viña –y también por los chilenos–, la previa comienza en la arena, y gratis, a las 16 horas o un poco antes. Para no repetir diariamente la rutina, la tendencia es buscar fiestas distintas, que se encuentran principalmente a través del boca a boca y las redes sociales.
All day Party
Algunas son muy conocidas, como los after beach en Reñaca. El 5unset Beach (con problemas de clausura por tener autorización para bailar en su interior), el Stingray y el Summer Beach siempre están llenos. Camilo Figueroa, administrador en el 5unset, dijo a LA NACION que este año la afluencia de argentinos subió un 50% comparado con la temporada anterior. En el local entran 400 personas y la fila en la entrada tiene al menos 60 personas más. Funciona desde las 16 hasta las 23 horas, dos ambientes musicales y el concepto es el de “all day party, disfrutar la fiesta de día, frente al mar y después de la playa, con el fin de evitar las salidas nocturnas y disfrutar más del sol”, explicó Figueroa.
Juan Andrade, 27 años, de Mendoza, contó a LA NACIÓN quelos argentinos suelen buscar fiestas privadas en departamentos de amigos que conocen en la playa durante el día. “Es el boca a boca”, dijo. Fue así como Mercedes Avena conoció también el after de la playa Las Salinas, más cerca del centro de Viña, y también las fiestas nocturnas en las dunas de Ritoque. Porteños y cordobeses coinciden con los mendocinos en que “el carrete”, como llaman en Chile a ir de fiesta o joda, está más caro que otros años. Una buena manera de ahorrar son los after, pero llegando temprano, porque se pueden alcanzar tragos gratis o 2x1.
Las pool y boat parties
Hay también fiestas distintas, como las pool parties, que desde hace al menos tres años se volvieron moda en zonas cercanas a Santiago (Chicureo, Lampa, Isla de Maipo o las de Espacio Broadway, camino a Viña) y también en Viña. Las Mandarin partieron este año en la playa Caleta Abarca, pero ahora se trasladaron a un lugar con piscinas (piletas) más grandes: el resort Hippocampus (Concón, calle Las Pimpinelas 763). Los pool parties son de jueves a domingo, de 16 a 21 horas, con distintos conceptos. El jueves es el día de los extranjeros. La capacidad es para 1000 personas, pero los organizadores tratan de convocar a no más de 300, dijo Gabriel Ascui, el productor, a LA NACION, y agregó que su sello está en el bar y los cócteles. La forma de obtener tickets es con los embajadores autorizados o directo en las redes sociales de Mandarin (@mandarinpool en Facebook). Desde el Sector 5 de Reñaca hay transporte gratis y también se puede conseguir acceso liberado.
Una de las buenas novedades del verano 2018 son las boat parties de Deep Margaret. Es una fiesta de cinco horas de duración a bordo de una embarcación que recorre la bahía desde Valparaíso hasta Viña. Lucas León informó que esta temporada probablemente tengan cuatro salidas. La próxima es el 17 de febrero, desde el Muelle Prat, en Valparaíso. Caben 120 personas abordo, incluyendo la tripulación, “nos damos vueltas con música electrónica y yo me encargo de tener los mejores Dj’s y productores de la escena nacional”.
El público de estas salidas es casi por completo extranjero, de Rusia, Argentina, Australia, México, Holanda. “La propuesta es que vengan al último lugar del mundo, no es un catamarán en medio del Caribe”, explicó León, que nació en Córdoba. La difusión es por boca a boca y redes sociales para que no se desborde. Hay solamente dos reglas: no se pueden generar conflictos ni lanzarse al agua. La aventura parte a las 16.30 y hay una lancha de rescate disponible por si alguien se arrepiente y quiere volver a tierra.
Las fiestas electrónicas
Joaquín Lajehanniere organiza dos de las mejores fiestas en Viña. Una es en el casino Enjoy, punto referencial del verano, en la avenida Perú. Los jueves en los salones del tercer piso, de 23 horas hasta las 4 de la mañana, son las fiestas Classic (@escinaclassic en Facebook). Caben 1000 personas y hay música electrónica en la terraza y pachanga en otro ambiente.
La otra es itinerante, hasta para 3000 personas, y va intercalando lugar entre el Sporting Club y el Estadio Español. Las Wicked son para mayores de 21 años las mujeres y 23 años los hombres. El VIP es más adulto. También hay pachanga y electrónica y se suman varios foodtrucks. Las entradas se consiguen en redes sociales, con embajadores o en Ticket Plus (ticket online).
Un espacio distinto cerca de Viña (a veces la ciudad colapsa con veraneantes) es Alto San Andrés, en Valparaíso. Se hacen fiestas electrónicas con vista increíble a la bahía, llevan buenos artistas y en el día el salón de eventos es un restaurante.
Para escapar del tumulto hay una opción de pool party en Curicó, una ciudad que está 186 kilómetros al sur de Santiago. No hay playa, pero sí la pileta del Comalle Party Hotel. Antonieta Caris contó a LA NACION que la próxima fiesta es el 1 de febrero y que esperan entre 300 y 500 personas. “En Santiago los pool parties son demasiado masivos, en Viña está pasando lo mismo. Llegamos acá porque el hotel es boutique y el verano se extiende hasta marzo o abril”, dijo Caris.
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