Bomberos de Berazategui reclaman que asfalten su calle porque la autobomba se atasca en el barro
Se trata del cuartel Juan María Gutiérrez; "Hacemos lo que podemos para poder salir a las emergencias", contó un voluntario
Cada vez que llueve en Berazategui, un grupo de bomberos voluntarios se apura para activar un plan de contingencia. No para asistir a inundados. Tampoco para remover árboles. Lo hacen simplemente para poder salir. El cuartel está sobre una calle de tierra y el barro atrapa como el fuego a las pesadas autobombas. Hace años que los integrantes del cuartel piden asfalto al municipio y, por ahora, no hay respuesta.
Ariel Peralta, jefe del cuerpo 247 "Juan María Gutiérrez", contó a LA NACION que su cuartel se inauguró hace cinco años, cuando el barrio todavía no había crecido y el tránsito era menor. Sin embargo, con el correr del tiempo el ripio se aflojó y ahora cada tormenta es un desafío para los vehículos de rescate. El galpón que guarda los camiones está ubicado en la calle 455 y 410.
"Este es un conflicto de larga data. Se trata de una calle donde hay un destacamento de emergencia. Tiene que estar asfaltada", reclama Peralta. La mayoría de los integrantes de su equipo trabaja en otras fuerzas y cuando terminan sus turnos se turnan para hacer guardias gratuitas en el cuartel de su barrio.
Más de una vez debieron perder tiempo para llegar a asistir a los vecinos. Sin embargo, siempre encontraron la forma. Hacemos lo que podemos para poder salir a las emergencias. Nos las arreglamos con lo que tenemos", confiesa. "Lo que tenemos" no es más que maderas y algunas palas, con las que intentan desencajar a los coches bomba. Uno de ellos, que no contaba con tracción 4x4, tuvo que ser vendido porque no podía circular por la calle cuando había barro.
Subsidios
El cuartel fue fundado en 2010 y, en aquel momento, se les hizo llegar materiales de construcción para levantar el galpón. Sin embargo, pasaron los años y ya no recibieron asistencia alguna por parte del municipio. "Tenemos subsidios de la Provincia y de Nación, pero es muy poco y sólo puede usarse para la compra de materiales. No tenemos plata para combustible ni para el sueldo del cuartelero", cuenta.
El cuartelero es el único que cobra un sueldo, muy modesto, por estar de guardia entre las 7 y las 19. Durante la noche, los mismos bomberos se turnan para atender las emergencias de los vecinos. Los gastos se solventan, como en la mayoría de los cuerpos de voluntarios, con rifas y bonos contribución de los mismos vecinos.
"Si el intendente de Berazategui [Juan Patricio Mussi] sumara por ejemplo tres pesos a la boleta de impuestos municipales, podría mejorar la situación de los bomberos. Eso se hace en otros barrios y encima quedría bien él, porque le saldría gratis", sugiere Peralta, quien remarca también que su cuartel paga impuestos del municipio, cuando no debería por ley. El galpón no tiene cloacas ni gas.
"En la zona hay cuatro cuerpos de bomberos voluntarios. Dos reciben subsidios del municipio y dos no. Hay una direccionalidad que no se entiende. Nosotros estamos reclamando que nos pavimenten la calle para poder salir a apagar incendios y que nos ayuden a pagar un sueldo para el cuartelero. Nada más", insiste.
LA NACION se comunicó con la dirección de prensa del municipio para consultar si está prevista la pavimentación de esas calles, pero hasta el momento no obtuvo respuesta.
"Ya pedimos un montón de reuniones con el intendente Mussi, pero desde que estamos jamás nos recibió. Tampoco vino a ningún acto de los que hicimos en todos estos años. A lo mejor no quiere embarrarse los pies", acusa el jefe del cuerpo.