51.000 millones y cero son los dos números que, según Bill Gates, necesitamos tener en mente a la hora de hablar del cambio climático.
Y vencer este desafío sería “lo más asombroso que haya hecho la humanidad”, dice el multimillonario fundador de Microsoft.
En comparación, poner fin a la pandemia de covid-19 es algo “muy, muy fácil”, afirma.
El nuevo libro de Gates, “Cómo evitar un desastre climático”, es una guía para abordar el calentamiento global.
Y cuando hablamos la semana pasada me dijo que no hay que subestimar la escala del desafío.
“Nunca hemos hecho una transición como la que necesitamos hacer en los próximos 30 años. No hay ningún precedente para esto”, asegura.
De hecho, 51.000 millones es la cantidad de toneladas de gases de efecto invernadero que el mundo suele agregar a la atmósfera cada año.
Y cero neto es donde tenemos que llegar.
Esto significa reducir las emisiones a un nivel en el que cualquier emisión de gases de efecto invernadero se equilibre mediante la absorción de una cantidad equivalente de la atmósfera.
Una forma de hacerlo es plantando árboles, que absorben CO2 a través de sus hojas.
Pero el enfoque de Gates está en cómo la tecnología puede servir para lograrlo.
Las fuentes renovables como la energía eólica y la solar pueden ayudarnos a descarbonizar la electricidad, pero, como señala Gates, eso es menos del 30% de las emisiones totales.
También vamos a tener que descarbonizar el otro 70% de la economía mundial: el acero, el cemento, los sistemas de transporte, la producción de fertilizantes y mucho, mucho más.
Y simplemente no tenemos formas de hacer eso en este momento en muchos de estos sectores.
“Los gobiernos deben liderar”
La respuesta, dice Gates, está en un esfuerzo de innovación a una escala que el mundo nunca ha visto antes.
Y esto tiene que comenzar con los gobiernos, argumenta.
La mayoría de los usuarios no paga nada por el daño al medio ambiente causado por la contaminación de la gasolina en su automóvil o el carbón o el gas que genera la electricidad en su hogar.
“En este momento, no ves el dolor que estás causando al emitir dióxido de carbono”, dice Gates.
Por eso dice que los gobiernos tienen que intervenir.
“Necesitamos usar los precios para decirle al sector privado que queremos productos ecológicos”, argumenta.
Eso va a requerir una gran inversión por parte de los gobiernos en investigación y desarrollo, anticipa Gates, así como apoyo para permitir que el mercado de nuevos productos y tecnologías crezca, ayudando así a bajar los precios.
Cuando estaba convirtiendo a Microsoft en el gigante multimillonario que es ahora, sin embargo, Gates acostumbraba argumentar que la regulación sofocaba la innovación.
¿No es un poco hipócrita que ahora exija la intervención del gobierno?
Gates responde que siempre ha apoyado “el papel básico del gobierno en materia de carreteras, justicia, educación e investigación científica”.
Y, en el caso del clima, sostiene que será imposible evitar un desastre, particularmente para aquellos que viven cerca del ecuador, sin que los gobiernos de todo el mundo respalden el esfuerzo.
El Partido Republicano en Estados Unidos debe reconocer la importancia de abordar el cambio climático, dice Gates.
Esto debe ser un “impulso constante de 30 años”, sostiene.
“Las empresas simplemente no pueden cambiar toda esa infraestructura física a menos que las señales del mercado sean constantes y muy claras”, agrega
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¿Quién es Bill Gates?
Cofundó Microsoft en 1975.
Es la cuarta persona más rica del mundo con un patrimonio neto de US$124.000 millones, según Forbes
Ha donado casi US$50.000 millones a través de la fundación benéfica que creó con su esposa Melinda en 1994
Renunció a su puesto diario en Microsoft en 2008 para concentrarse en esfuerzos filantrópicos
Su enfoque actual incluye salud y desarrollo global, educación y cambio climático.
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Se permiten aviones privados
Para Gates, simplemente consumir menos cosas (tomar menos vuelos, más comida producida localmente, utilizar menos electricidad y gas) no resolverá el problema.
“India va a construir viviendas para su gente, proporcionará iluminación por la noche, aire acondicionado para hacer que las condiciones sean habitables”, cree Gates, así que la demanda mundial no se reducirá.
Sostiene que la acción política es más importante, exigiéndole al gobierno que haga lo correcto y, utilizando nuestras voces como consumidores, insistiendo en lo mismo con las empresas.
“Si compras un automóvil eléctrico, una hamburguesa hecha con un sustituto de la carne, una bomba de calor eléctrica para su hogar, estás ayudando a aumentar la producción de estos productos y, por lo tanto, ayudando a bajar los precios”, explica.
Gates, sin embargo, todavía disfruta de los privilegios del estilo de vida multimillonario.
Utiliza aviones privados, pero insiste en que funcionan con unos biocombustibles de aviación fabricados a partir de productos vegetales.
“Pago tres veces más ahora por mi combustible de aviación, sabes, más de US$7 millones al año para compensar por mis emisiones”, destaca.
Y se ha unido a una guerra de ofertas multimillonarias para comprar una de las compañías de servicios de jet privado más grandes del mundo, una empresa llamada Signature Aviation.
Pero, ¿es apropiado cuando acaba de escribir un libro que le dice al mundo cómo evitar un desastre climático?
“No creo que tenga sentido dejar de volar”, responde. “Ese tipo de estrategia de fuerza bruta no nos llevará allí”.
Para él, la respuesta tiene que ser “un tipo de combustible de aviación que no cueste mucho más y que tenga cero emisiones y eso significa biocombustibles o energía eléctrica o quizás usar hidrógeno verde para impulsar el avión”.
Conspiraciones del covid
Gates también se ha convertido en una especie de fantasma para los teóricos de la conspiración del coronavirus.
Ha sido acusado de todo, desde inventar el virus en un laboratorio secreto como parte de un proyecto de las élites globales para despoblar el mundo, hasta usar vacunas para implantar microchips en las personas
Se ríe cuando se le pregunta sobre esto.
“¿Por qué querría rastrear a la gente? No estoy tan interesado en saber dónde va la gente”, dice.
El foco principal de sus enormes esfuerzos caritativos hasta la fecha ha sido abordar problemas de salud en los países en desarrollo.
Y me dice que está acostumbrado a que la gente se aburra cuando habla de la tuberculosis y la malaria en los cócteles, por lo que este es un cambio real de lo que él llama “la oscuridad normal de trabajar en enfermedades infecciosas”.
Gates, sin embargo, dice que le preocupaba que hablar sobre el clima pudiera generar una controversia similar.
“No quiero diluir mi voz en temas como la erradicación de la polio o la malaria”, explica Gates, quien sin embargo dice que sintió que era el momento adecuado para publicar su plan para abordar el cambio climático.
Dice que quiere que sus ideas se incorporen a los paquetes de estímulo ecológico que se proponen en todo el mundo y que se discutan en el período previo a la crucial conferencia climática que Reino Unido está organizando en Glasgow en noviembre de este año.
Estamos en un punto crucial del debate sobre el clima, afirma.
Y cree que la generación joven tiene una “convicción moral” de que deben participar para lograr un cambio en el tema que es necesario aprovechar.
“Tenemos que tomar esa energía y asegurarnos de que esté dirigida a las políticas que marcarán la diferencia”, argumenta.
Pero no va a ser fácil, advierte.
Esto tiene que seguir siendo una gran prioridad para el mundo año tras año.
La esperanza es que “tengamos un poco de suerte” y logremos desarrollar nuevas tecnologías innovadoras que realmente resuelvan las áreas difíciles, dice.
Pero es optimista de que aún podemos evitar los peores efectos del cambio climático.
“Sabes, lo he visto muchas veces, la innovación nos sorprende de manera positiva”, concluye.