Barcelona: un pueblo de 7000 habitantes en conmoción y un colegio en silencio tras la tragedia de las gemelas argentinas
Los vecinos de la localidad de Sallent buscan entender las razones de la decisión de las dos hermanas; afirman que en el colegio secundario al que asistían las adolescentes se habían registrado otros casos de bullying
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BARCELONA.- Una vez pasadas ya las 48 horas del salto al vacío de las gemelas argentinas de 12 años en la localidad catalana de Sallent, más de 70 kilómetros de esta ciudad, cobra fuerza la idea de que su intento de suicidio estaría relacionado con los problemas que enfrentó una de ellas en su proceso de transición de género. Aunque los Mossos d’Esquadra, la policía autónoma catalana, mantiene abiertas todas las líneas de investigación sobre las motivaciones de las chicas, el diario El País reveló ayer que las dos cartas que dejaron escritas las adolescentes aludían a esta causa. El hecho, en el que murió una de las niñas, mientras que su hermana se encuentra en la unidad de cuidados intensivos, se enmarca en un aumento muy notable de los intentos de suicidio por parte de adolescentes en Cataluña después de la pandemia de Covid-19.
“Varios chicos que iban a su colegio nos han comentado que una de ellas era objeto de burlas porque quería cambiar de género. De hecho, había pedido que le llamaran Iván”, cuenta Arnau Valverde, el periodista del diario local Regió7 que cubrió la tragedia. Según informó El País, la gemela que no estaba en el proceso de transición de género habría escrito en su carta que habría decidido poner fin a su vida por solidaridad con su hermana. Las fuentes de Mossos d’Esquadra consultadas no confirmaron esta versión, que se podría hacer pública el viernes, cuando está previsto que se entregue a las autoridades judiciales el resultado de la investigación.
LA NACION contactó al director del Instituto Llobregat, el centro al que asistían las dos chicas, pero no quiso hacer declaraciones. Desde el colegio, se limitan a informar que las adolescentes estaban recibiendo tratamiento psicológico, pero no quisieron ofrecer más detalles por cuestiones de privacidad. Esta escuela secundaria pública está situada en la misma calle de Sallent en la que residían las chicas y es el único de la localidad.
Sin embargo, en el pueblo se comenta que este no es el primer caso de acoso por cuestiones de identidad de género y de orientación sexual que no se gestiona bien en el instituto. “En el mismo colegio, ya hubo un par de casos de bullying a alumnos homosexuales, pero los responsables no reaccionaron bien. Y al final, los padres acabaron por cambiar de centro a sus hijos”, asevera Valverde. El Departamento de Educación de la Generalitat de Cataluña, que en un primer momento rechazó que se tratara de un caso de bullying, abrió una investigación más profunda y ya no descarta ninguna hipótesis.
Estupor
Sallent, un pueblo de unos 7000 habitantes se encuentra todavía en un estado de conmoción y en sus calles se multiplican las velas en homenaje a las dos adolescentes. Conocido en la comarca por su fiesta de Carnaval, este año canceló todas las actividades relacionadas con esa celebración. A la espera de los resultados de la investigación policial, fue inevitable que se esparcieran diversos tipos de elucubraciones. Un familiar de las pequeñas aludió que sufrían bullying “por su acento argentino”. Sin embargo, el pueblo no tiene un historial de ataques racistas, y tampoco hay apoyo a Vox, el partido de ultraderecha que agita el rechazo de los migrantes.
Por su parte, el alcalde del municipio, Oriol Ribalta, pidió a los vecinos que “no difundan información falsa o no corroborada para respetar el derecho a la intimidad y evitar crear más dolor”. Desde el Ayuntamiento, se informó que la familia recibía asistencia del personal de servicios sociales, pero no se ha querido especificar qué tipo de problema padecían. “No parece que la familia tuviera problemas económicos, pero no ha habido manera de saber porqué necesitaban ayuda social”, cuenta Valverde. Ambos padres tenían empleo, y en el momento de la tragedia, la madre se encontraba en la cafetería donde trabajaba. La familia, que tenía un hijo varón más chico, de 10 años, llevaba cerca de dos viviendo en Sallent, y anteriormente residió en otros municipios catalanes.
Epidemia
David González, un psicólogo especializado en familias, apunta que es un error buscar una sola causa ante un caso de suicidio: “Siempre hay varios problemas, y a menudo también los hay dentro de la familia. La persona que piensa en suicidarse lo hace porque sufre dolor y también porque se siente abandonada, sin un círculo de relaciones fuertes a su alrededor”, apunta González, que percibe un aumento muy importante del número de chicos con trastornos psicológicos a partir de la pandemia, que en España se abordó con un duro régimen de aislamientos. “Es posible que la pandemia haya afectado, pero también es verdad que ahora hay una mayor conciencia de este problema, y se diagnostica más”, añade.
Los datos de los últimos estudios muestran que los especialistas no exageran cuando hablan de una “epidemia de salud mental”, sobre todo entre los adolescentes. De acuerdo con una encuesta de la Diputación de Barcelona, un 23% de los jóvenes catalanes ha tenido en algún momento pensamientos suicidas, y las más de 1800 tentativas de suicidio que se registraron en 2022 triplican la media del período anterior a la pandemia. Los sentimientos de tristeza y depresión, que pueden desembocar en un intento de suicidio, afectan en mayor medida a las chicas que a los chicos.
Según Francisco Villar, coordinador del Programa contra el Suicidio en el hospital de Sant Joan de Déu, en Barcelona, las redes sociales y los smartphones se hallan detrás de los problemas actuales. “Desde el fin de la pandemia, los intentos de suicidios se están reduciendo para los adolescentes, pero no para ellas. Y este malestar está muy relacionado con las presiones de las redes sociales”, sostiene Villar.