Bajo un cielo londinense, el lanzamiento del nuevo libro de Harry Potter se vivió en Buenos Aires a pura magia
Miles de fanáticos asistieron al Magic Meeting, un evento donde pudieron comprar el último libro de J.K Rowling y sentirse como estudiantes de Hogwarts; disfraces, tatuajes, prácticas de Quidditch y más, en un antiguo colegio de Once
En medio de una multitud que grita “Vamos Gryffindor”, la gente que consulta cómo inscribirse en la Asociación Argentina de Quidditch, y los vendedores que no dan abasto a reponer libros en el mostrador, Matias Vera, de 22 años, logra concentrase de lleno en su dipositivo Kindle. Es que cada línea que lee, lo acerca a terminar hoy mismo Harry Potter y el Niño Maldito, el último libro de J.K Rowling lanzado hace apenas unas horas. A su alrededor pasan jóvenes con largas túnicas negras y bufandas de distinto color, de acuerdo a su casa. En el medio de un gran salón con luz tenue, pasa Harry Potter, Hagrid con una cerveza de manteca, Dumbledore con su nueva varita, y las prisioneras de Azkaban. Son miles las personas que decidieron disfrazarse para asistir al Magic Meeting, un evento realizado cada año en Buenos Aires para vivir un día como un estudiante de Hogwarts.
El 31 de julio es una fecha especial para el mundo Potter, ya que todos los años se celebra el cumpleaños de la escritora de la saga, J.K Rowling, y de su personaje preferido, Harry Potter. Por esta razón, los organizadores del Magic Meeting habían puesto esta fecha para llevarlo a cabo. Sin embargo, nunca se imaginaron que coincidiría con el lanzamiento del nuevo libro de la autora, Harry Potter y el Niño Maldito, que sale al público nueve años después de Las Reliquias de la Muerte.
“La coincidencia de las fechas fue una casualidad. Pero qué linda casualidad que los fanáticos tengan este evento para celebrar el lanzamiento del nuevo libro”, dice Nicholas Peverell (nombre de fantasía), uno de los organizadores de la Magic Meeting.
Un colegio del 1800, al estilo Hogwarts
Vestido con un traje gris y con una varita de pino rígida, Nicholas se encuentra vendiendo los tickets del evento en la puerta del colegio San José, ubicado en Azcuénaga al 100, en el barrio porteño de Balvanera, en la Ciudad de Buenos Aires. La elección del lugar no es al azar, dado que se trata de una institución de 1858, por lo que las escaleras, las columnas, el salón con luz tenue y un gran patio rodeado de ventanas simulan a la perfección la vida de Hogwarts, donde estudió el mago más famoso del mundo. Hasta el clima acompaña, dado que se trata de un día lluvioso con cielo gris, como un típico día londinense.
El evento, que se lleva a cabo un fin de semana al año, arrancó en 2012, ideado por un grupo de amigos que crearon la FanCon, una organización de eventos que nació en el año 2008 con el objetivo de crear espacios de entretenimiento y encuentro entre fans de diferentes temáticas.
Según cuenta Nicholas, a los partidos de Quidditch, los duelos de magos, las trivias de libros y los concursos de Cosplay, este año se sumaron clases de pociones, historia de la magia, encantamientos y adivinación en las distintas aulas. El año pasado, a la Magic Meeting asistieron 5 mil personas, y este año esperan superar ese número, dado el lanzamiento del libro.
Antes de ingresar al gran salón, decenas de parejas hacen filas para llegar al hombre de anteojos grandes y pelo blanco, que levanta los brazos y dice “los declaro marido y mujer en el mundo mágico”. Un mago es el encargado de casar a la gente y ponerles los anillos en el dedo anular.
Al subir las anchas escaleras de mármol, se encuentra el gran salón, donde se llevan a cabo en el escenario trivias, duelos de magos, conciertos de música y Cosplay y el baile de cierre. A la derecha, se encuentra el stand más solicitado: la librería SBS Argentina expone cientos de copias de Harry Potter y el niño maldito, a un precio de $538, que puede abonarse en efectivo o con cualquier tipo de tarjeta. Si bien el estante todo el tiempo tiene que ser repuesto por el libro de tapa amarilla, hay varios fanáticos que desean esperar al lanzamiento en español, que será el 28 de septiembre.
El último libro, leído en un día
No es el caso de Matías Vera. Estudiante de traducción de inglés, instructor de buceo y empleado de una empresa de informática, Matias combina esa vida con su fanatismo por Harry Potter. A los 7 años, su mamá, que había leído el libro, le recomendó que lo hiciera, y desde ese momento, el mundo de la magia ocupa gran parte de su vida.
Tal es así que es uno de los organizadores del Círculo de Lectores de Harry Potter. Desde el stand, lee el último libro en formato digital con su kindle, que arrancó en la medianoche de ayer y espera terminar en algunas horas. Todavía no se anima a decir si le gustó o no: “Sólo voy a decir que es distinto a lo que venía leyendo. Según cómo se desarrolle la historia voy a evaluar si me gustó más o menos. Más no voy a decir”, dice a LA NACION.
“Sabíamos que se iba a expandir la historia en algún momento, pero nunca nos esperamos que la cronología fuese para adelante”, asegura. Es que Harry Potter y el Niño Maldito arranca diecinueve años después del último libro, con Harry Potter trabajando en el Ministerio de la Magia y con tres hijos. Uno de ellos, Albus Severus, arranca Hogwarts y se hace amigo de nada más ni nada menos que del hijo de Draco Malfoy, histórico archi enemigo de su papá.
Si bien con Las Reliquias de la Muerte J.K Rowling había prometido terminar con la vida del mago y dedicarse a novelas para adultos, el pedido mundial de los fans la llevó a escribir el octavo libro. Como ayer se estrenó la obra teatral Harry Potter y el Niño Maldito en Londres, los ávidos lectores que no pueden viajar hasta ahí o adquirir la entrada de 130 euros pidieron que el guión se transformara en libro. Y así fue.
“Se habla mucho de que van a llevar la obra también a Nueva York, porque si uno hoy quiere comprar entradas para la de Londres consigue recién para diciembre del 2017. Mi primer viaje al exterior fue a Estados Unidos al parque de Universal, así que ahora espero poder volver a ese país a ver la obra”, dice Matías, junto a sus compañeros. Planean realizar un encuentro para fanáticos el primero de septiembre para que todos puedan leer el libro y ese día poder debatirlo.
Al salir del gran salón y bajar otras escaleras, los visitantes de la Magic Meeting llegan al patio, donde una fila de puestos simulan ser el centro de Hogsmeade, donde los fanáticos de Harry Potter pueden comprar todo el merchandising. Con las caras de los principales personajes o los colores de las casas, se venden almohadones a $100, bolsos a $250, remeras a $160, mantas a $500, túnicas a $550, guantes a $200 y tazas a $120. La parte gastronómica sólo tiene un elemento mágico: la cerveza de manteca, que se ofrece a $60.
Homenajes, prácticas de Quidditch y tatuajes eternos
En el patio hay una pantalla gigante donde se proyecta un homenaje a Alan Rickman, el actor que interpretó al profesor Severus Snape y que murió a principios del 2016. Bajo la lluvia, las cientos de personas que observan están en silencio. Algunas, abajo sus paraguas; a otras, no les molestan las gotas, el clima frío, y el cielo negro, que hasta se asemeja al típico clima británico.
Cuando la lluvia cesa, comienzan las prácticas de Quidditch: el partido fue suspendido porque el piso está mojado, pero la gente aprovecha para practicar y tratar de embocar las pelotas en los aros. Sin participar del deporte, pasa el profesor Alastor “Ojoloco” Moody. Detrás de una máscara de latex que le llevó un mes, se encuentra Jeremías, de 26 años, de Vicente López. Se personificó de su personaje preferido, porque, según explica “está chapita como yo”.
El personaje más solicitado para las fotos es el querido profesor Albus Dumbledore. Miguel Angel Marchesi es artesano y vive de sus personajes en ferias temáticas. Pero al entrecerrar los ojos y extender el brazo, su barba larga y sus anteojos hacen la magia realidad. Los chicos le piden deseos y los escriben con pluma en su libreta.
A la salida del lugar, una mujer lleva su brazo arremangado con un papel film que le cubre una frase escrita en su brazo. Carolina tiene 39 años y acaba de tatuarse la frase “Expecto Patronum”, un hechizo que en el libro sirve para espantar a los malignos dementores. Pagó $600 porque con su diseño buscará “la protección de todos los demonios externos e internos que existen en la vida”. Fanática desde 1995, asistió al evento con amigos, porque a sus hijos chicos no les gusta Harry Potter. “No les gusta particularmente esta temática, pero la pasión por la imaginación y la magia se las inculqué igual”, cuenta.
Pasadas las 19, el evento va llegando a su fin con el baile musical. Desde las 13, cuando abrió, a cada minuto se suman más personas. Sobre el final, a nadie le importa la multitud, la lluvia o el frío. Tras conocerse que Gryffindor es el ganador de la Copa de las Casas, algunos no abandonan el lugar. Anochece, pero los jóvenes magos todavía esperan a que repongan el stand de la venta de libros para poder llevar a casa el último y deseado ejemplar.
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